Vida extraterrestre en nuestro sistema solar: ¿dónde podría darse?
Hay pocas preguntas que intriguen más al ser humano que las relacionadas con la posible existencia de vida extraterrestre. Y es que cuanto más sabemos sobre el universo, su extensión y la innumerable cantidad de estrellas, planetas, satélites y demás que hay en la misma, más tendemos a pensar que sería sorprendente saber que las únicas formas de vida se han dado y se dan en nuestro planeta. Como decía Jodie Foster en la adaptación cinematográfica de Contact, la novela de Carl Sagan, «cuanto espacio desaprovechado«.
Con la futura llegada del rover Mars Perseverance a la superficie del planeta rojo, y tal y como ya te contamos hace unos días, nos acercaremos más a saber si nuestro planeta vecino pudo albergar vida extraterrestre en el pasado. Es importante, eso sí, aclarar que el tipo de vida que busca es de carácter microscópico. No hablamos de sociedades avanzadas, vida inteligente y, menos aún, de criaturas pseudoantropomórficas. Los platillos volantes también quedan fuera de la ecuación, al menos de momento. Hablamos de seres vivos, aunque sean unicelulares… al fin y al cabo ese fue también nuestro origen.
Partiendo de esa base, The Conversation publica un artículo muy interesante, en el que plantea cuatro ubicaciones de nuestro sistema solar que, por sus condiciones, podrían albergar vida extraterrestre, según los parámetros en los nos basamos, y que son precisamente los que hacen posible que se de la vida en la Tierra. Si hay tipos de vida extraterrestre que se puedan dar en base a otros parámetros, eso tardaremos bastante más en saberlo… si es que llegamos a averiguarlo algún día.
¿Y qué ubicaciones son esas? Pues la primera es más que evidente, tanto que ya la hemos mencionado anteriormente: Marte. Pese a las enormes diferencias entre ese planeta y el nuestro, en realidad es uno de los planetas más parecidos a la Tierra de todo el sistema solar: desde su ciclo solar hasta la presencia de casquetes polares que cambian estacionalmente, el agua ha tenido una enorme importancia en la historia de Marte, al igual que en la Tierra. La simple presencia de agua ya es un elemento que nos puede hacer pensar en vida extraterrestre.
Además, un elemento clave que apuntaría a la existencia en el pasado de vida en Marte, es la abundancia de metano. Y es que el origen de este gas suelen ser determinados procesos biológicos. Ojo, esto no significa que el metano de Marte tenga necesariamente ese mismo origen, pero sí que es un origen más que probable. A día de hoy las condiciones del planeta rojo no son especialmente positivas para la vida, pero sí que lo fueron en el pasado, por lo que quizá sí que hubo vida extraterrestre en nuestro vecino rojo.
De un tamaño sensiblemente inferior al de la Luna, nuestro satélite, Europa orbita alrededor de Júpiter completando una vuelta al planeta cada tres días y medio. Sí, eso es muy rápido, y debido a los efectos gravitaciones de Júpiter y de otras de sus lunas, su «vida» geológica debe ser muy activa, según especulan los científicos. Una vida que, debido a las condiciones que se dan tanto en su interior como en su superficie, podrían reproducir modelos que en nuestro planeta han dado lugar a ecosistemas muy ricos y diversos. Así, tanto la superficie helada (de agua, por supuesto) y la masa acuática que se encuentra bajo ésta, podrían albergar algún tipo de vida extraterrestre.
Orbitando alrededor de Saturno nos encontramos Encelado, una luna similar en algunas de sus características a Europa: una gran cobertura de hielo que cubre un océano de agua en estado líquido y con presencia de géiseres cerca de su polo sur. Estos elementos apuntan a presencia de más agua en estado líquido en el interior de esta luna. Y lo vuelvo a recordar: el agua es un elemento clave si buscamos vida extraterrestre.
No solo se detectó agua en estos géiseres, sino también una serie de moléculas orgánicas y, lo que es más importante, pequeños granos de partículas de silicato rocoso que solo pueden estar presentes si el agua del océano subterráneo está en contacto físico con el fondo del océano rocoso a una temperatura de al menos 90 grados. Esta es una evidencia muy sólida de la existencia de respiraderos hidrotermales en el fondo del océano, que proporcionan la química necesaria para la vida extraterrestre, así como fuentes de energía.
Y por último, pero no por ello menos interesante, seguimos en Saturno, pero esta vez nos dirigimos a Titan, la más grande de sus lunas, y la única luna del sistema solar con una atmósfera sustancial. Está cubierta por una espesa neblina naranja de moléculas orgánicas complejas y un sistema meteorológico de metano en lugar de agua, con lluvias estacionales, períodos secos y dunas de arena en la superficie creadas por el viento.
Un punto clave de su atmósfera es que se compone principalmente de nitrógeno, un elemento químico importante y que participa en la creación de proteínas en todas las formas de vida conocidas. Las observaciones de radar han detectado la presencia de ríos y lagos de metano y etano líquidos y posiblemente la presencia de criovolcanes, características similares a volcanes que hacen erupción de agua líquida en lugar de lava. Esto sugiere que Titán, como Europa y Encelado, tiene una reserva subterránea de agua líquida.
A una distancia tan enorme del Sol, la temperatura de la superficie de Titán es de -180 ° C, demasiado fría para el agua líquida. Sin embargo, las abundantes sustancias químicas disponibles en Titán han generado especulaciones de que podrían existir allí formas de vida extraterrestre que, eso sí, se basaría en una química muy diferente a la de los organismos terrestres .