Roman Space Telescope ya tiene listo su espejo principal
Son buenos tiempos para la exploración espacial, y el Roman Space Telescope, o Nancy Grace Roman Space Telescope para ser más correctos, es una prueba más de ello. Y es que si hace solo unas semanas teníamos conocimiento de la fecha «definitiva» (ya se sabe que con esto nada es 100% seguro hasta que se haya producido el lanzamiento) del James Webb, que tendrá lugar el 31 de octubre del 2021, hoy sabemos que la NASA avanza de manera firme en los pasos para que, cuando el Hubble finalmente se retire de servicio, algo que está previsto para mitades de esta década, sigamos teniendo varios «ojos» en el espacio.
La última noticia al respecto la tenemos por SciTechDaily, que nos cuenta que ya se ha completado la producción del espejo principal del telescopio espacial Roman Space Telescope, que recogerá y enfocará la luz de los objetos cósmicos cercanos y lejanos. Con este espejo de 7,9 pies de diámetro, Roman capturará vistas espaciales con un campo de visión 100 veces mayor del que nos ofrece el veterano y querido Hubble.
El espejo principal es fundamental para cualquier telescopio, y el nivel de detalle que puede capturar depende directamente del mismo. Cuanto más grande es el espejo, más luz puede acumular el telescopio, lo que permite una resolución más fina de las características vistas en el cosmos. El espejo del Roman Space Telescope tiene el mismo tamaño que el empleado en el Hubble, pero pesa una cuarta parte (alrededor de 185 kilogramos).
El espejo primario, junto con otros componentes ópticos, enviará luz a los dos instrumentos científicos del Roman Space Telescope: la cámara de campo ancho y el cronógrafo. La primera es, esencialmente, una cámara gigante de 300 megapíxeles que proporciona la misma resolución nítida que el Hubble en casi 100 veces el campo de visión. Con este instrumento, los científicos podrán mapear la estructura y distribución de la materia oscura invisible, estudiar los sistemas planetarios alrededor de otras estrellas y explorar cómo evolucionó el universo hasta su estado actual.
Por su parte, el cronógrafo del Roman Space Telescope bloquea el resplandor de las estrellas y, de este modo, permite a los astrónomos tomar imágenes directamente de los planetas en órbita alrededor de ellos. Si la tecnología del coronógrafo funciona según lo previsto, verá planetas que son casi mil millones de veces más débiles que su estrella anfitriona y permitirá estudios detallados de planetas gigantes alrededor de otros soles.
Roman Space Telescope si situará a unas 930.000 millas (1,5 millones de kilómetros) de distancia de la Tierra en la dirección opuesta al Sol. El diseño en forma de barril del telescopio ayudará a bloquear la luz no deseada del Sol, la Tierra y la Luna, y la ubicación distante del dispositivo ayudará a mantener fríos los instrumentos, asegurando que podrá detectar señales infrarrojas débiles.
Debido a que experimentará un rango muy amplio de temperaturas entre la fabricación, las pruebas en la Tierra y las operaciones en el espacio, el espejo primario está hecho de un vidrio especial de expansión ultrabaja. De esta manera se evitará la oscilación común en los materiales a diferentes temperaturas, una deformación que podría, a su vez, deformar las imágenes capturadas por el Roman Space Telescope, malogrando de este modo todas sus observaciones.
«Lograr este hito es muy emocionante«, dijo Scott Smith, director del proyecto del Roman Space Telescope en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. “El éxito depende de un equipo en el que cada persona haga su parte, y es especialmente cierto en nuestro desafiante entorno actual. Todos juegan un papel en la recopilación de esa primera imagen y en la respuesta a preguntas inspiradoras.»