Cómo llevar al límite tu CPU y tu GPU, y por qué deberías hacerlo
Muchos usuarios se preguntan qué sentido tienen las pruebas que permiten llevar al límite tu CPU y tu GPU, no entienden qué importancia puede tener el hecho de someter a ambos componentes a una carga de trabajo tan intensa que ambos puedan acabar alcanzando temperaturas muy elevadas, o incluso mostrando problemas de estabilidad.
Lo cierto es que ya os hemos adelantado, en esencia, la razón de ser de este tipo de pruebas, pero vamos a ofreceros una explicación más profunda y menos simplista para que os quede claro de verdad por qué es recomendable llevar al límite tu CPU y tu GPU.
El auge de los procesadores multinúcleo no ha estado acompañado de una evolución acorde del software, especialmente en el mercado de consumo general. Hoy en día podemos encontrar procesadores con configuraciones de hasta 16 núcleos y 32 hilos, como el Ryzen 9 3950X, que tiene un precio bastante bueno para lo que ofrece en términos de rendimiento bruto.
Hemos pasado, en poco más de tres años, de tener procesadores de cuatro núcleos y ocho hilos a contar con modelos de 16 núcleos y 32 hilos. Recordad que, hasta la llegada de la arquitectura Zen, el Core i7 7700K era la solución más potente dentro del mercado de consumo general.
Sin embargo, esa enorme evolución no ha estado acompañada de unos avances realmente grandes en lo que a software se refiere. Sí, podemos encontrar numerosas herramientas profesionales y pruebas sintéticas que son capaces de aprovechar configuraciones basadas en procesadores de más de seis núcleos, pero si miramos al mercado de consumo general, y concretamente a los juegos, nos daremos cuenta de que no hay nada que aproveche de verdad un procesador de más de seis núcleos.
Esto tiene una consecuencia importante, y es que el hardware de muchos equipos de gama media y de gama alta no se aprovecha adecuadamente y queda sujeto, por tanto, a una carga de trabajo que lo infrautiliza, y que no sirve para poner a prueba, de verdad, su correcto funcionamiento.
Utilizar aplicaciones y herramientas capaces de llevar al límite tu CPU y otros componentes de tu equipo te permiten comprobar que estos funcionan correctamente, que no presentan problemas de temperatura ni de estabilidad, y que no tendrás nada de lo que preocuparte cuando tengan que afrontar cargas de trabajo más marcadas.
La idea clave detrás de llevar al límite tu CPU, tu memoria RAM o tu GPU es, por tanto, muy importante, tanto que, personalmente, recomiendo realizar pruebas de estrés nada más terminar el montaje de un nuevo PC, ya que nos permitirá asegurarnos de que todo está bien y despreocuparnos por completo de posibles errores que hayamos podido pasar por alto, y descartar defectos de fábrica en esos componentes.
Cómo llevar al límite tu CPU de manera controlada
La CPU es uno de los componentes más importantes de cualquier PC, y también es uno de los más relevantes cuando hablamos de pruebas de estrés. El motivo es el que os hemos explicado anteriormente, a día de hoy un procesador de más de seis núcleos queda infrautilizado en casi cualquier escenario (a nivel de consumo general, obviamente), y por tanto no llegamos a ser realmente conscientes de que realmente es capaz de funcionar correctamente.
Os pongo un ejemplo, mi Ryzen 7 1800X. Tiene ocho núcleos y dieciséis hilos, y funciona por defecto a una frecuencia de 3,6 GHz. Con overclock fui capaz de llevarlo a los 4,1 GHz subiendo los voltajes al límite de lo aceptable. Todo parecía estable hasta que, un día, utilicé un juego que era más exigente a nivel de CPU y que cargaba más el procesador, el equipo se bloqueó y tuve que hacer un reinicio forzoso.
La culpa la tenía el overclock del procesador, que realmente no era estable cuando tenía que asumir cargas de trabajo que rondaban el 50% de uso. Reduje el overclock a 4 GHz y listo, todo funciona a la perfección. Pues bien, puedes descubrir estas cosas al llevar al límite tu CPU, algo que puedes hacer de una manera sencilla y sin esfuerzo con la prueba Prime95, que es, además, totalmente gratuita.
Cosas que debes saber para llevar al límite tu CPU de forma segura:
- Debemos medir las temperaturas. Es fundamental para tener claro que se mantienen dentro de niveles razonables. Lo ideal sería movernos siempre por debajo de los 80 grados, aunque no tendremos que empezar a preocuparnos de verdad si nuestro procesador no supera los 90 grados.
- Tened en cuenta que hablamos de temperaturas con el procesador a plena carga durante largos periodos de tiempo. Una prueba para llevar tu CPU al límite de forma válida no debe durar menos de 30 minutos, y debe realizarse en condiciones normales, sin trampas. Por ejemplo, abrir el lateral del chasis para que salga el aire caliente es una «trampa».
- Si tu CPU supera la prueba pero alcanza temperaturas de más de 90 grados deberías considerar utilizar un sistema de refrigeración más potente. A esas temperaturas la mayoría de los procesadores reduce frecuencias de trabajo (turbo dinámico). Para la mayoría de procesadores actuales de gama alta, salvo contadas excepciones, un kit AIO de 240 mm como el Corsair H100i RGB PRO XT, es más que suficiente.
No es necesario que mantengas una prueba de estrés durante horas para llevar al límite tu CPU. Todavía se mantiene este mito, pero no solo no es cierto, sino que además puede acabar teniendo consecuencias negativas.
Por otro lado, tampoco es necesario hacer estas pruebas con frecuencia. Basta con hacerla al terminar el montaje de un PC, y en ocasiones concretas que lo hagan aconsejable, como por ejemplo si cambiamos de procesador, si aplicamos nueva pasta térmica, si montamos un nuevo disipador o si hacemos overclock.
Para monitorizar la temperatura existen muchas aplicaciones interesantes y gratuitas, como HWiNFO y CoreTemp.
Cómo llevar al límite tu GPU de manera controlada
Para probar este componente la base es, en esencia, la misma que en el caso anterior. Existen muchas pruebas que nos permitirán llevar al límite nuestra GPU, aunque personalmente la más interesante, efectiva y fácil de utilizar es FurMark que, además, es gratuita.
Prime95 no tiene como objetivo principal probar el rendimiento que ofrece un procesador, sirve para llevar al límite tu CPU, y con FurMark ocurre exactamente lo mismo. No queremos ver cuánto rinde nuestra tarjeta gráfica, queremos determinar si puede funcionar de forma estable a plena carga durante largos periodos de tiempo, y esta aplicación cumple esa tarea a la perfección.
De nuevo os pongo un ejemplo. Cuando compré mi GTX 980 Ti intenté afinar al máximo el overclock, ya que se trataba del modelo G1 Gaming de GIGABYTE, una versión que, por su alta calidad de construcción y buen sistema de refrigeración, era capaz de alcanzar niveles muy elevados de overclock de forma estable.
Estuve jugando con las frecuencias en la GPU y en la memoria GDDR5, y conseguí rozar los 1.495 MHz en la primera y los 2.000 MHz (8 GHz efectivos) en la segunda. En algunos títulos menos exigentes el resultado era bueno, pero en otros, como The Witcher III, aparecían pequeños fallos gráficos que me confirmaban que algo no iba bien. No tuve bloqueos ni problemas de temperatura, eso sí, pero esos errores gráficos no eran normales, y no quería romper la tarjeta.
Probé la estabilidad de la configuración con FurMark, y efectivamente, ese overclock no era sostenible. Reduje a 1.478 MHz y 7,9 GHz y encontré el punto máximo óptimo para dicha tarjeta gráfica. Las temperaturas de trabajo se mantenían, siempre, por debajo de los 80 grados con un perfil de ventiladores nada agresivo.
Cosas que debes saber para llevar al límite tu GPU de forma segura:
- Como ocurre cuanto intentas llevar al límite tu CPU, haciendo lo propio con tu GPU también tendrás que monitorizar las temperaturas. El nivel óptimo o deseable debe estar siempre por debajo de los 80 grados.
- La mayoría de las tarjetas gráficas empiezan a reducir las frecuencias de trabajo del modo turbo dinámico cuando alcanzan los 84 grados, lo que significa que su rendimiento decae con el aumento de la temperatura.
- Debemos realizar pruebas con una duración mínima de 30 minutos, y, como en el caso anterior, en condiciones normales, sin trampas.
Todo lo que hemos dicho al hablar de cómo llevar tu CPU al límite de forma segura aplica también a este caso. No es necesario mantener FurMark abierto durante horas, de hecho no es nada recomendable, y tampoco hace falta pasar esta prueba con frecuencia, solo cuando acabamos de montar un PC, cuando hemos cambiado de tarjeta gráfica o cuando le hemos cambiado la pasta térmica o el sistema de disipación, o si hemos hecho overclock.
Podemos monitorizar la temperatura sin problemas con HWiNFO.
Notas finales: la importancia de la estabilidad en general
Al llevar al límite tu CPU y GPU no solo te aseguras de que ambos componentes funcionan correctamente, y de que serán capaces de responder sin problemas cuando tengan que afrontar cargas de trabajo elevadas, también constatas que la fuente de alimentación está a la altura de las circunstancias.
Cuando utilizamos tarjetas gráficas muy tragonas realizar una prueba bajo FurMark puede ayudarnos a tener claro que la configuración que hemos elegido es la apropiada, y que no tendremos que cambiar la fuente de alimentación ni a corto ni a medio plazo. También podremos identificar posibles defectos o fallos de fábrica y hacer valer nuestra garantía.
En este sentido es importante tener en cuenta que aunque todos los componentes actuales pasan pruebas de control de calidad y llegan al mercado en un estado «óptimo», a veces se producen errores durante la etapa de diseño o de montaje que no tienen consecuencias graves durante esas fases de pruebas, y por tanto acaban llegando al usuario con un defecto importante.
Por ejemplo, las XFX RX 5700 XT THICC II Ultra daban problemas de temperatura a pesar de su alta calidad de construcción, y lo mismo ha ocurrido con otras versiones de la RX 5700 XT, que incorporan sistemas de refrigeración de primera, pero que presentan fallos a nivel de diseño que limitan su efectividad.
Llevar al límite tu CPU y tu GPU de forma puntual, y en ocasiones concretas, es necesario. No solo te ayudará a confirmar que ambos componentes funcionan, sino que también será un indicador claro de que todo ha ido bien durante el montaje de tu nuevo PC (o durante la actualización del mismo).