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Procesadores Intel o AMD: ventajas y desventajas de cada marca
Es una de las decisiones más complicadas que debemos tomar, elegir entre procesadores Intel o AMD ya no es tan fácil como hace unos años, y eso es, en el fondo, bueno para los usuarios por varias razones. Por lado, porque significa que ambas empresas compiten de verdad, de tú a tú, y por otro lado también indica que las dos tienen productos interesantes en diferentes rangos de precios.
Pensad, por un momento, lo que ocurriría si no existiese esa competencia real a la que hemos hecho referencia. Lo tendríamos «más fácil» a la hora de elegir, pero porque habría menos variedad de productos, y el valor precio-prestaciones de estos sería mucho más limitado. No tenemos que irnos muy lejos para ver un ejemplo real, recordad lo ocurrido cuando AMD no levantaba cabeza con Bulldozer y teníamos a Intel dominando por completo el mercado de consumo general, estuvimos muchos años estancados en los cuatro núcleos y se produjeron cambios mínimos.
Con la llegada de Zen se vivió un importante punto de inflexión. Los procesadores de seis y de ocho núcleos empezaron a democratizarse, y a Intel no le quedó más remedio que empezar a subir el conteo de núcleos de sus procesadores de consumo general, un movimiento que estuvo acompañado, además, de una bajada importante de precios.
No importa que seas fan de una u otra marca y que prefieras, «porque sí», los procesadores Intel o AMD, lo importante es que gracias a esa competencia entre ambas hoy puedes comprar procesadores fantásticos a un precio muy bueno. Por ejemplo, tienes el Ryzen 5 3600 disponible por 189,90 euros, y el Core i5 10400F por 172,90 euros, dos chips que tienen un alto IPC y que suman seis núcleos y doce hilos. Hace tres años con ese dinero solo habrías podido comprar un procesador de cuatro núcleos, y a unas frecuencias muy limitadas.
Podemos mirar, incluso, más allá, y nos encontramos con soluciones que hasta hace relativamente poco rondaban los 1.000 o incluso los 2.000 euros. Por ejemplo, el Core i9 6950X, que tenía 10 núcleos y 20 hilos, se acercaba a la franja de los 2.000 euros, y hoy podemos comprar modelos como el Ryzen 9 3900X, que suma 12 núcleos y 24 hilos, por unos 479 euros, y también tenemos alternativas como el Core i9 10900K, con 10 núcleos y 20 hilos, por unos 600 euros.
Procesadores Intel o AMD: ¿qué diferencias presentan?
Es un hecho, AMD se ha recuperado por completo gracias a la arquitectura Zen, y con el lanzamiento de los procesadores basados en Zen 2 ha demostrado que Intel ya no tiene una ventaja enorme en términos de IPC. Sin embargo, esto no quiere decir que los Ryzen 3000 sean «perfectos» y que superen por completo a los Core serie 10 de Intel.
Ambas generaciones de procesadores presentan diferencias importantes a nivel de arquitectura, y como es lógico esto afecta al rendimiento que ofrecen ambos, y también a otros aspectos, como las temperaturas de trabajo, el consumo, la capacidad de overclock, el precio de venta y la plataforma en la que se integran.
Los procesadores Intel utilizan un diseño de núcleo monolítico, lo que significa que todos sus núcleos se integran en una única pastilla de silicio. Esta arquitectura representas unas ventajas muy importantes frente a la arquitectura MCM que utiliza AMD en sus procesadores Ryzen serie 3000, basados en la arquitectura Zen 2:
- Alcanzan frecuencias de trabajo más elevadas.
- Tienen más margen para hacer overclock.
- Las latencias de las memorias caché son inferiores.
- Menor dependencia de la frecuencia de la memoria RAM.
El Core i5 10400F es uno de los mejores procesadores por menos de 200 euros que podemos comprar, y también es, sin duda, uno de los mejores exponentes de las ventajas que ofrece la arquitectura de núcleo monolítico de Intel frente a la arquitectura MCM de los Ryzen 3000 de AMD, ya que es capaz de superar al Ryzen 5 3600X en muchas pruebas incluso con una configuración de memoria más lenta (2.666 MHz frente a 3.200 MHz).
Sin embargo, esta arquitectura también tiene importantes desventajas que debemos tener muy en cuenta:
- Dificulta los saltos de proceso de fabricación con un alto conteo de núcleos.
- Tiene un mayor coste a nivel de producción.
- No permite el mismo grado de aprovechamiento de los chips defectuosos.
No resulta complicado de entender. Cuando hablamos de procesadores Intel o AMD y hacemos referencia al precio de ambos nos damos cuenta de que, en la generación actual, hay una diferencia muy marcada. Esto se debe, principalmente, a esas tres razones que os hemos dado anteriormente.
Lo entenderemos mejor con un ejemplo. AMD puede producir un Ryzen 9 3900X utilizando dos chiplets defectuosos con seis de ocho núcleos activos en cada uno, y no necesita llegar a unas frecuencias especialmente elevadas. Por contra, Intel se lo juega todo a una carta para fabricar un Core i9 10900K, ya que necesita un chip con diez núcleos funcionales que alcance, además, los 5,3 GHz de forma estable con un núcleo activo, y 4,9 GHz con todos los núcleos activos.
Está claro que Intel mantiene un margen de beneficio elevado, pero también debemos entender que los costes de producción de sus procesadores con un alto conteo de núcleos son más elevados que el de los procesadores Ryzen de AMD.
Por su parte, los procesadores AMD utilizan, como hemos dicho, un diseño MCM, siglas en inglés de módulo multi-chip. Esto significa que los núcleos de cada procesador se dividen en chiplets. Cada chiplet integra ocho núcleos, y está compuesto por dos unidades CCX de cuatro núcleos cada una. Los diferentes chiplets se comunican a través de un sistema Infinity Fabric, y los elementos I/O han sido externalizados a un encapsulado que comunica también con todos los chiplets.
Esta configuración tiene importantes ventajas:
- Facilita los saltos de proceso, incluso en procesadores con un alto conteo de núcleos.
- Mejora la tasa de éxito por oblea y ayuda a reducir costes de producción.
- Permite un alto grado de aprovechamiento de chips defectuosos.
- Hace posible el diseño de chips con muchos núcleos manteniendo un precio reducido.
Podríamos poner muchos ejemplos de esas ventajas, pero creo que el Ryzen 7 1700 es uno de los mejores exponentes del potencial que ofrece un diseño MCM. Este procesador tiene 8 núcleos y 16 hilos, y llegó al mercado español con un precio de unos 340 euros, aproximadamente. Su equivalente de Intel, en aquel momento, el Core i7 6900K, tenía un precio medio de 1.200 euros, pero en la práctica ofrecía casi el mismo rendimiento.
El valor en relación precio-prestaciones que es posible alcanzar con un diseño MCM está fuera de toda duda, y podemos verlo también en la generación actual, ya que el Ryzen 9 3900X tiene 12 núcleos y 24 hilos y cuesta 479 euros.
Obvia decir que esta arquitectura tampoco es perfecta, y que también presenta desventajas importantes:
- Alcanza frecuencias de trabajo inferiores.
- Tiene un menor margen de overclock.
- Las latencias de las memorias caché son más altas, lo que obliga a integrar una mayor cantidad.
- Mayor dependencia de la frecuencia de la memoria RAM.
Los chiplets se integran en diferentes pastillas de silicio, lo que significa que hay una pequeña distancia física entre ellos, algo que no ocurre en los diseños de núcleo monolítico, que integra todos los núcleos en la misma pastilla, con todo lo que ello supone en términos de latencia.
Sobre el tema de la memoria RAM y su dependencia de la velocidad de trabajo ya hemos hablado anteriormente al citar a los Ryzen 5 3600 y Core i5 10400F, así que nos queda la cuestión de las frecuencias de trabajo. Como hemos dicho justo arriba, el Core i9 10900K alcanza los 5,3 GHz con un núcleo activo, y puede funcionar a 4,9 GHz con todos sus núcleos activos. Por contra, el Ryzen 9 3900X solo llega a 4,6 GHz con un núcleo activo, y ronda los 4,3 GHz con todos sus núcleos activos.
Procesadores Intel o AMD: cosas que debemos tener en cuenta
Todo lo que hemos dicho hasta ahora nos sirve como punto de partida para decidir si debemos elegir procesadores Intel o AMD, pero es importante terminar de desarrollar toda esa información para extraer conclusiones concretas que nos ayuden a definir unos criterios de elección más sólidos que nos ayuden a entender mejor las ventajas que ofrecen los chips de amas marcas.
Como habréis podido imaginar esas diferencias a nivel de arquitectura ponen de relieve que al elegir procesadores Intel o AMD ganaremos en unas cosas, pero perderemos en otras, ya que ninguno de los dos se impone al otro en todos los aspectos clave que deben guiar la compra de un procesador. Sin embargo, si nos centramos en el valor precio-prestaciones está claro que AMD es la ganadora indiscutible.
Dicho esto vamos a continuar desgranando y desarrollando esa idea de procesadores Intel o AMD viendo sus ventajas y desventajas concretas. Antes de lanzarnos de lleno un apunte importante, y es que elegir procesadores Intel o AMD tiene, a día de hoy, una consecuencia importante a nivel de plataforma y de funciones avanzadas.
AMD ha apostado por ofrecer una mayor longevidad en sus placas base AM4, de hecho las series B350 y X370, que llegaron en 2017, son compatibles con muchos de los procesadores Ryzen 3000, lanzados el pasado año. Esto nos deja un ciclo de vida de tres años, mientras que Intel normalmente limita el ciclo de vida de sus placas base a dos generaciones, es decir, a dos años.
Elegir procesadores Intel o AMD determina la vida útil de la plataforma que vamos a montar, pero también sus características de última generación. En general AMD ofrece un valor más sólido gracias a la integración del estándar PCIE Gen4, disponible en las placas base con chipset B550 y X570, y a la democratización del overclock, una característica que no está limitada a las placas base de gama alta, como ocurre en el caso de Intel.
Ya hemos terminado con la cuestión de la plataforma y hemos visto, de forma resumida, sus claves más importantes, así que estamos listos para valorar, de pleno, las ventajas y desventajas que tendremos al elegir procesadores Intel o AMD.
Ventajas de los procesadores Intel
Una de las más importantes es que ofrecen un mayor rendimiento por núcleo, gracias a sus altas frecuencias de trabajo y a su mayor margen de overclock. Esto quiere decir que superan a los AMD Ryzen 3000 en aquellas aplicaciones que dependen en mayor medida del rendimiento monohilo, entre las que se encuentran los juegos, por ejemplo.
Otra ventaja a tener en cuenta es que su rendimiento bruto depende menos de la memoria RAM, lo que facilita el montaje de configuraciones bastante económicas. Si nos dejamos llevar por el valor precio-prestaciones el Core i5 10400F sigue siendo de lo mejor que tiene Intel ahora mismo en su catálogo.
Por último quiero recordar otra ventaja que, si bien es cierto que no depende de nada relacionado con el rendimiento ni con la arquitectura, resulta interesante y debemos tenerla muy en cuenta, y es que en la mayoría de los casos los procesadores Intel han mantenido un mayor valor residual en el mercado de segunda mano. Esto puede ayudarnos a realizar actualizaciones con una inversión menor, ya que recuperaremos más dinero vendiendo el procesador en el mercado de segunda mano.
Desventajas de los procesadores Intel
La más importante es que ofrecen un valor en relación precio-prestaciones que queda claramente por debajo de la mayoría de los procesadores Ryzen 3000. Si vamos a elegir entre procesadores Intel o AMD el valor general que ofrecen debe guiar siempre, como pilar principal nuestra elección, y en este sentido Intel pierde la partida.
Por si alguien duda de ello vamos con un ejemplo sencillo. El Core i5 10600K, que tiene 6 núcleos y 12 hilos, cuesta 306 euros, mientras que el Ryzen 7 3700X, que tiene 8 núcleos y 16 hilos, tiene un precio medio de 310 euros. El segundo tiene un valor muy superior, como hemos dicho, ya que ofrecen mayor potencia bruta por lo que cuesta.
Otra desventaja importante la encontramos en su consumo y sus temperaturas de trabajo, ya que ambos valores son, en la mayoría de los casos, más altos que los de sus contrapartes de AMD. Sin ir más lejos, el Core i9 10900K, que tiene 10 núcleos y 20 hilos, consume más y alcanza temperaturas más elevadas que el Ryzen 9 3950X, que tiene 16 núcleos y 32 hilos.
Debemos añadir, además, que para utilizar de forma óptima los modelos más avanzados, necesitamos de un sistema de refrigeración muy potente, sobre todo si vamos a hacer overclock.
Ventajas de los procesadores AMD
Sin duda la más interesante es la excelente relación precio-prestaciones que ofrecen. En términos de rendimiento por euro invertido tienen un valor muy sólido, y son capaces de trabajar sin problemas ofreciendo una experiencia fantástica con cualquier aplicación actual, juegos incluidos.
Otra de sus principales ventajas la tenemos en sus temperaturas de trabajo, que son bastante contenidas, lo que nos permite utilizarlos sin problema incluso con los sistemas de refrigeración que traen de casa. De hecho, incluso el Ryzen 9 3900X, que tiene 12 núcleos y 24 hilos, funciona sin problemas con el Wraith Prism RGB, y la única excepción real a esta regla la encontramos en el Ryzen 9 3950X, una «bestia» que suma, como sabemos, 16 núcleos y 32 hilos.
Su consumo también es mucho menor, vienen con unas frecuencias de trabajo bastante ajustadas que podemos incrementar sin esfuerzo a través de la herramienta Ryzen Master, y sin tener que invertir una gran cantidad de dinero en comprar una placa base de gama alta, ya que los modelos B350 y superiores ya soportan overclock.
Desventajas de los procesadores AMD
La más relevante es su menor rendimiento en aplicaciones monohilo, debido, como hemos indicado anteriormente, a que sus frecuencias de trabajo no son tan altas como las que encontramos en los procesadores Core de Intel. No es grave, ya que lo compensan con un mejor valor -precio-prestaciones, como hemos dicho, pero si buscas el máximo rendimiento en juegos Intel sigue manteniendo «la corona».
Tienen una mayor dependencia de la velocidad de la memoria, y para que puedan desarrollar todo su potencial debemos buscar un equilibrio entre frecuencias y latencias, teniendo cuidado, además, de que no se dispare el precio. A partir de los 3.200 MHz y latencias CL16 ya nos movemos en un nivel óptimo y equilibrado.
Su valor residual es mucho menor. Por ejemplo, los procesadores Ryzen 7 1700, que llegaron al mercado con un precio de 340 euros, se pueden encontrar actualmente por unos 100 euros, y tienen menos margen de overclock.
Procesadores Intel o AMD: notas finales
A día de hoy elegir procesadores Intel o AMD es una decisión que depende, en gran medida, no solo del presupuesto, sino también de lo que tengas pensado hacer con tu PC
Si lo más importante para ti es el rendimiento en juegos y quieres asegurarte de que podrás sacar todo el partido a ese monitor 1080p o 1440p con una alta tasa de refresco no lo dudes, un Intel Core serie 10 te permitirá arañar unos FPS extra, pero tendrás que asumir, en la mayoría de los casos, un precio más elevado que el de los equivalentes de AMD.
Por contra, si buscas el mejor valor en relación precio-prestaciones y no te importa aceptar una pequeña diferencia de rendimiento en juegos y en ciertas aplicaciones la cosa está bastante clara, a la hora de decidir entre procesadores Intel o AMD los Ryzen 3000 son tu mejor elección.
Ese es el enfoque general que nos permitiría resolver esa dualidad de procesadores Intel o AMD, aunque no son máximas absolutas a día de hoy, ya que Intel tiene un valor importante en la gama media, el Core i5 10400F, que compite de forma clara y muy efectiva con el Ryzen 5 3600.
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