Internet y velocidad de conexión: ¿cuándo tengo que empezar a preocuparme?
Para disfrutar de una buena experiencia navegado por Internet debemos cumplir con una serie de mínimos en lo que respecta tanto a la velocidad como a la estabilidad de la conexión.
Muchos usuarios todavía creen que lo único que importa a la hora de navegar por Internet es la velocidad de la conexión, pero como vimos recientemente en este artículola realidad es muy distinta. La latencia, y otros aspectos, tienen una influencia muy importante.
Contar con una elevada velocidad de conexión a Internet puede ayudarnos a descargar contenidos más rápido, y es evidente que hay unos niveles óptimos que nos permitirán disfrutar de una experiencia óptima en tareas relativamente exigentes, como por ejemplo la reproducción de contenidos en streaming de alta resolución, pero como ya hemos dicho en artículos anteriores de poco sirve una alta velocidad si tenemos una latencia elevada o una conexión inestable que se cae a cada momento.
El router, y todo el hardware y los elementos de conexión, también juegan un papel muy importante. Si nuestro router no da la talla y no es capaz de gestionar de forma efectiva una conexión a Internet de alta velocidad tendremos problemas.
Velocidad de conexión a Internet: un mínimo para cada tarea
Ya tenemos clara la realidad que hay detrás de la velocidad de conexión a Internet, ¿pero dónde está el mínimo? ¿A partir de qué nivel tendría que empezar a preocuparme porque no podré tener una buena experiencia de uso?
No podemos dar una respuesta única y uniforme, ya que cada tarea requiere de una velocidad determinada, y por tanto no presenta el mismo nivel mínimo. En este artículo vamos a repasar esos niveles, y os vamos a explicar dónde está ese punto del que nunca deberíamos bajar. Como siempre, si tenéis cualquier duda podéis dejarla en los comentarios y os ayudaremos a resolverla.
- Si queremos hacer un uso básico de Internet que incluya navegación web, envío de correos electrónicos y archivos ligeros y ejecución de aplicaciones sencillas debemos preocuparnos si bajamos de los 2 Mbps de velocidad de descarga.
- En caso de que queramos reproducir contenidos en streaming HD (720p) contar con menos de 4 Mbps de velocidad puede afectar a nuestra experiencia de uso, y si reproducimos contenidos en 4K no debemos bajar de 25 Mbps, aunque algunos servicios requieren un ancho de banda inferior.
- Para reproducir contenidos en streaming HD (720p) en varios dispositivos de forma simultánea necesitamos entre 10 Mbps y 15 Mbps, dependiendo de cuántos dispositivos vayamos a utilizar.
- Para trabajar con aplicaciones de videollamada en resolución HD necesitamos un ancho de banda mínimo de 2 Mbps si utilizamos Skype. Otras aplicaciones pueden requerir un ancho de banda mayor, y recordad que en videollamadas con varios participantes este requisito aumenta de forma considerable. Si vamos a realizar videollamadas con varios participantes una conexión de menos de 9 Mbps puede darnos problemas.
- Si vamos a jugar en línea la velocidad de nuestra conexión a Internet es menos importante que la estabilidad y la latencia, y también adquiere una importancia considerable la velocidad de subida. Contar con una velocidad de descarga de menos de 8 Mbps y una velocidad de subida de menos de 1 Mbps puede darnos problemas.
- Por último tenemos el caso de la descarga de contenidos. Es una de las pocas tareas que hacen un uso verdaderamente intensivo de la velocidad de descarga. En este caso cuanta mayor sea nuestra velocidad más rápido descargaremos los archivos y contenidos. Si vamos a descargar con cierta frecuencia contenidos de varios gigabytes de peso debemos contar, al menos, con una velocidad de 30 Mbps para que el proceso no se haga excesivamente largo y pesado.
Ejemplos de velocidades de conexión equilibradas
Una conexión a Internet preparada para cubrir las necesidades de cualquier usuario medio debería tener, al menos, una velocidad de descarga de 30 Mbps y una velocidad de subida de 3 Mbps, ese es el nivel mínimo que deberíamos buscar.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que contar con una mayor velocidad de descarga puede ayudarnos en gran medida a mejorar la experiencia de uso en casos concretos. Por ejemplo, en mi caso utilizo mucho plataformas de distribución digital de videojuegos como Steam, y contar con una velocidad de descarga de 900 Mbps me permite bajar juegos de varias decenas de gigabytes en unos pocos minutos.
Al final la elección de la conexión a Internet, y su velocidad, depende de nuestras propias necesidades, así que, aunque debamos fijar un mínimo aceptable tened en cuenta que puede que vosotros necesitéis una conexión más rápida.