Las vacunas contra el COVID-19 serán efectivas y duraderas, apuntan últimas investigaciones

La creación de las vacunas contra el COVID-19 es una carrera contra el reloj en la que participan centenares de investigadores a nivel mundial. China ya ha autorizado ensayos clínicos de un desarrollo experimental exitoso a cargo de un grupo muy especializado y de gran experiencia contra el brote de SARS de 2003 o el ébola, y se sabe que grandes laboratorios de otros países han avanzado en este terreno. Lamentablemente, se necesitan meses/años para que puedan llegar a la población

Más allá de las teorías conspirativas que siempre pululan en este tipo de casos y aunque la situación actual es terrible en infectados y fallecidos por lo que frenar la pandemia es el gran objetivo a corto plazo, el desarrollo de una vacuna es esencial para protegernos contra los nuevos brotes del virus. A este respecto, nos llegan otras noticias prometedoras.

Un nuevo estudio de investigadores italianos sugiere que el coronavirus SARS-CoV-2, la causa de la pandemia del COVID-19, es relativamente lento para mutar, lo que significa que cualquier vacuna que se desarrolle para prevenir la infección debería ser ampliamente efectiva en poblaciones geográficamente separadas y durante un período de tiempo relativamente largo.

La investigación, realizada por dos equipos independientes, realizó pruebas de secuenciación genética utilizando tecnología desarrollada por Thermo Fisher Scientific en muestras del virus tomadas de pacientes italianos. Luego compararon estas muestras con un genoma de referencia que fue secuenciado a partir de una muestra del virus tomada dos meses antes del brote original surgido en la provincia china de Wuhan.

Las diferencias entre las dos muestras del virus eran muy pequeñas en términos de variación genética. Solo aparecieron cinco nuevas variantes en las muestras italianas posteriores, lo que es indicativo de que el coronavirus SARS-CoV-2 permanece bastante estable incluso después de una larga transmisión a través de múltiples individuos, regiones y tiempo transcurrido.

Esperanza para las vacunas contra el COVID-19

Esta es una noticia alentadora. Hay que recordar que el COVID-19 es un especimen del grupo de coronavirus y estos pueden mutar muy rápidamente. El ejemplo extremo lo tenemos en la gripe estándar, estacional y tremendamente mutante, razón por la cual cada año hay que desarrollar una nueva vacuna contra ella. Además, no siempre es efectiva, porque los investigadores no conocen en detalle cada mutación y tienen que adelantarse para tener las vacunas antes del nuevo brote.

Afortunadamente no todos se comportan igual y otros virus mutan muy lentamente (o incluso pueden no mutar) y el coronavirus que conduce al COVID-19 parece estar entre ellos, pero el trabajo realizado por la Universidad John Hopkins y otros investigadores de ciencias de la salud en todo el mundo respaldan hasta ahora esta opinión.

Una investigación pública-privada que ha comenzado a desarrollarse en Reino Unido, de alto impacto y más completa que las anteriores, debería proporcionar a los científicos algo de luz sobre las mutaciones del virus. Son estudios preliminares y no concluyentes, ahora mismo la gran emergencia es otra y aún faltan meses para que lleguen a la población, pero no cabe duda que es un camino que también tenemos que recorrer en el imprescindible desarrollo de las vacunas contra el COVID-19. Paciencia, ánimo, a cuidarse mucho y en casa. Lo superaremos.