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Análisis

Análisis de DOOM Eternal en PC: un firme candidato a mejor juego de acción de 2020

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DOOM Eternal

El pasado 20 de marzo se produjo el lanzamiento de DOOM Eternal, un juego muy esperado que se presenta como una continuación directa de DOOM 2016, aunque representa una evolución técnica importante frente a aquél gracias a la utilización del idTech 7, un motor gráfico de última generación que permite mejorar de forma significativa el nivel de detalle gráfico, utilizar una geometría más compleja y conseguir escenarios «abiertos» más realistas sin sacrificios a nivel de rendimiento.

La saga DOOM siempre ha sido todo un referente a la hora de medir el rendimiento de un PC. La llegada del DOOM clásico en 1993, un juego que marcó a millones de jugadores en todo el mundo y definió las bases del género de acción en primera persona, motivó a muchos a actualizar el procesador y la gráfica de sus equipos para poder moverlo con fluidez, una situación que se repitió en 2004 con DOOM III, y que vivimos también con DOOM 2016.

Con DOOM Eternal la evolución a nivel técnico frente a DOOM 2016 ha sido muy marcada y se deja notar en muchos frentes, como vamos a ver en este artículo, aunque es cierto que algunos detalles pueden pasar un tanto inadvertidos si no ponemos un poco de cuidado, y es normal, al fin y al cabo estamos ante un juego de acción que mantiene el frenetismo y la intensidad que define a la franquicia.

Durante los últimos cuatro días he hecho una «visita intensiva» al inferno en la Tierra que nos propone Bethesda con DOOM Eternal, y hoy, por fin, estoy listo para contaros mis impresiones. No me dio tiempo a «comprar postales», pero tengo una buena ronda de fotos de mi «viaje» que estoy deseando compartir con nosotros. Como siempre analizaremos tanto el plano técnico como el jugable, y haremos una valoración del rendimiento en general.

No os entretengo más, sé que estáis deseando empezar a leer nuestras impresiones, así que empezamos con el análisis.

Requisitos de DOOM Eternal y equipo de pruebas

Antes de nada vamos a ver qué equipo necesitamos para poder disfrutar de DOOM Eternal en PC, ya que esa es la versión que hemos analizado. A continuación vamos a ver los diferentes listados que publicó Bethesda con las especificaciones mínimas y recomendadas, y os explicaremos de manera simplificada los errores de equivalencias, tanto a nivel de procesador como de tarjeta gráfica, para que no tengáis dudas.

Empezamos por los requisitos mínimos:

  • Windows 7 / Windows 10 de 64 bits.
  • Procesador Intel Core i5 a 3,3 GHz o AMD Ryzen 3 a 3,1 GHz.
  • 8 GB de RAM.
  • 50 GB de espacio libre en disco.
  • Gráfica NVIDIA GeForce 1050 Ti (4 GB), GTX 1060 (3 GB), GTX 1650 (4 GB) o AMD Radeon R9 280 (3 GB), AMD Radeon R9 290 (4 GB) o RX 470 (4 GB).

Aquí hay errores importantes en las equivalencias. Realmente para jugar en 1080p con calidad gráfica baja y 60 FPS estables necesitamos una GTX 1050. Todas las tarjetas gráficas listadas se encuentran por encima de ella, y tienen una potencia muy dispar, tanto que, de hecho, con la RX 470 de 4 GB podemos jugar a DOOM Eternal en 1080p y calidad alta sin problemas.

Si tenéis dudas sobre las equivalencias gráficas correctas no os preocupéis, echad un ojo a esta guía, en ella encontraréis un listado completo de equivalencias.

Pasamos a ver ahora a ver los requisitos recomendados para 1080p:

  • Windows 7 / Windows 10 de 64 bits.
  • Procesador Intel Core i5 a 3,3 GHz o AMD Ryzen 3 a 3,1 GHz.
  • 8 GB de RAM.
  • 50 GB de espacio libre en disco.
  • Gráfica NVIDIA GeForce GTX 1060 (6 GB) o AMD RX 480 (8 GB) (Calidad alta).
  • Gráfica NVIDIA GeForce 970 (4 GB) (texturas en calidad media).

En este caso solo hay un pequeño error, y es que la GTX 970 tiene menos potencia bruta que las GTX 1060 de 6 GB y RX 480 de 8 GB, además de menos memoria gráfica. No obstante con ella podemos jugar a DOOM Eternal de forma óptima si mantenemos el consumo de memoria gráfica por debajo de los 4 GB.

La RX 480 de 8 GB ofrece un rendimiento superior a la GTX 1060 de 6 GB, tanto que es capaz de mover DOOM Eternal en 1080p y calidad máxima (ultra pesadilla) con una estabilidad casi perfecta.

Vamos a ver ahora los requisitos recomendados para 1440p:

  • Windows 7 / Windows 10 de 64 bits.
  • Procesador Intel Core i7-6700K o AMD Ryzen 7 1800X.
  • 8 GB de RAM.
  • 50 GB de espacio libre en disco.
  • Gráfica GeForce GTX 1080 (8 GB), RTX 2060 (6 GB) o AMD Radeon RX Vega 56 (8 GB).

Tenemos un error importante en las equivalencias de procesadores y en las equivalencias gráficas. El Core i7 6700K tiene cuatro núcleos y ocho hilos, y el Ryzen 7 1800X tiene ocho núcleos y dieciséis hilos. No son una equivalencia directa, y de hecho para mover DOOM Eternal de forma óptima nos basta con un procesador de cuatro núcleos y ocho hilos con un IPC igual o superior al de los Ryzen 1000 o Core 4000.

Dicho esto hay que tener en cuenta que cualquiera de las gráficas listadas nos permite conseguir una buena experiencia en 1440p, pero no son equivalencias directas. La RTX 2060 es la que mejor rendimiento ofrece en DOOM Eternal de las tres. Las otras dos quedan muy cerca, a pesar de que en otros juegos la GTX 1080 es claramente superior a la Radeon RX Vega 56.

Terminamos con los requisitos recomendados para 4K:

  • Windows 7 / Windows 10 de 64 bits.
  • Procesador Intel Core i9-9900K o AMD Ryzen 7 3700X.
  • 16 GB de RAM.
  • 50 GB de espacio libre en disco.
  • Gráfica NVIDIA GeForce RTX 2080 Ti (11 GB).

Los requisitos están inflados a nivel de CPU, ya que al aumentar la resolución no aumenta la carga de trabajo sobre el procesador, sino sobre la tarjeta gráfica. Es esta la que marca el ritmo, y no al revés, y a esto hay que sumar que DOOM Eternal no ocupa por completo ni siquiera un procesador de seis núcleos y doce hilos, así que no necesitamos uno de ocho núcleos.

En cuanto a la tarjeta gráfica con una RTX 2080 Super también podemos moverlo en 4K y calidad máxima manteniendo una fluidez prácticamente perfecta.

De visita, viendo al «abuelo»

Pasamos a ver ahora el equipo de pruebas que hemos utilizado y la configuración gráfica:

El equipo de pruebas supera de sobra los requisitos mínimos y da la talla para mover DOOM Eternal en 4K, pero el monitor que hemos utilizado tiene resolución 1440p nativa y 144 Hz, así que lo hemos configurado en 2.560 x 1.440 píxeles con calidad «ultra pesadilla».

Como vemos en la imagen el consumo de memoria gráfica con esos ajustes es de casi 7 GB, lo que significa que todavía tendríamos margen de sobra para subir la resolución a 3.840 x 2.160 píxeles sin problema.

Apartado técnico: cuidando los pequeños detalles

Como he dicho al principio DOOM Eternal representa un salto importante a nivel técnico. La gran variedad de opciones gráficas entre las que podemos elegir y la buena optimización que han conseguido los chicos de id Software gracias al buen hacer del idTech 7 hacen que casi cualquier PC actual pueda moverlo en condiciones aceptables. Incluso una tarjeta gráfica que podemos comprar por 70-80 euros, la Radeon RX 470 de 4 GB, puede con él en 1080p y calidad alta.

El apartado gráfico es sobresaliente. DOOM 2016 puso el listón muy alto en este sentido, de hecho hasta ahora se mantenía, a mi juicio como el título de acción en primera persona de la presente generación con el mejor acabado visual. Es curioso que haya tenido que venir DOOM Eternal a bajarlo del trono, y lo ha hecho a lo grande.

Tanto los escenarios como el modelado de personajes, objetos y enemigos es soberbio, y el cuidado por el detalle que han puesto los chicos de id Software es tan bueno que enamora. Como me ocurrió en su momento con DOOM 2016 he vuelto a tener esa sensación única de que todo lo que me rodea en el juego es «orgánico» y «real», algo que no habría sido posible sin el cuidado que han puesto los desarrolladores en cada detalle.

El texturizado también roza la perfección, y los efectos de luces, reflejos y sombras raya a un nivel tan bueno que no he llegado a echar de menos el trazado de rayos, una característica que se introducirá próximamente a través de un parche. Será interesante ver cómo luce DOOM Eternal con dicha tecnología, y sobre todo cómo rinde. Creo que lo más probable es que id Software se acabe apoyando en el sistema DLSS para reducir el impacto de aquella en términos de rendimiento, como vimos en Wolfenstein Youngblood.

Los escenarios son, en esta ocasión, más amplios, están mejor diseñados y tienen un nivel de detalle mucho más elevado. Cuando nos movemos en las escenas del infierno en la Tierra todo luce también que es imposible no pararse un momento a disfrutar de la maravilla que ha creado los señores de id Software. Me quito el sombrero, y no solo por todo lo que ya he comentado, sino porque además han rescatado a la perfección detalles que me han recordado al DOOM clásico, como los humanos amontonados en jaulas y los restos empalados.

Podríamos pensar que un juego con este nivel técnico tiene que tener alguna pega, pero ahí está lo bonito, y es que no lo tiene. Durante las más de 14 horas que lo he jugado no he sufrido ni un solo error, ni un solo cuelgue, y ni siquiera llegado a ver el más mínimo defecto a nivel gráfico. Ni «popping», ni «stuttering» ni nada de nada, todo ha funcionado a la perfección, el rendimiento ha sido excelente y muy estable en la mayoría de los casos, salvando momentos puntuales en los que he tenido alguna caída por debajo de los 90 FPS. La media ha estado en unos 140-150 FPS.

No quiero olvidarme de comentar un detalle importante, y es que id Software ha conseguido que sintamos de verdad la contundencia de las armas del Slayer al cazar demonios. En DOOM 2016 nuestros ataques dejaban pequeñas marcas en nuestros enemigos, algo que en DOOM Eternal se ha llevado a otro nivel. Ahora nuestros disparos pueden arrancar trozos de carne y dejarnos ver los huesos de nuestros enemigos, hasta tal punto que podemos dejar a un caballero del infierno reducido a un saco de huesos con pequeños jirones de carne antes de que empiece a tambalearse.

Es realmente brutal, y debo decir que muy satisfactorio, no solo por lo espectacular que resulta a nivel técnico, sino también por el valor que aporta a la hora de disfrutar de esa acción frenética y única que solo DOOM Eternal es capaz de ofrecer. Los tiempos de carga son, además, mínimos, con medias de tres a cinco segundos (en un SSD PCIE NVMe).

Historia, jugabilidad y sonido: una apuesta arriesgada, pero bien resuelta

DOOM Eternal rescata de una manera muy acertada el argumento de DOOM II, el clásico de los noventa, un juego al que dediqué tantas horas en mi antiguo Pentium a 133 MHz que recuerdo al dedillo la mayoría de sus niveles.

En DOOM 2016, y en el DOOM original, las puertas del infierno se abren en Marte y se extiende a sus lunas, mientras que en DOOM Eternal, y en DOOM II, el infierno llega a la Tierra. En esta nueva entrega volvemos a encarnar al Slayer, al mítico marine conocido como «The DOOM Guy», que se sitúa enfrente de un conflicto divino que considera que la humanidad debe pagar de una vez una penitencia por sus pecados y «someterse» al infierno. Obvia decir que el Slayer no está por la labor de permitirlo.

No quiero hacer «spoiler», así que no voy a profundizar más allá de lo dicho, aunque sí que puedo confirmaros que la historia está bien hilada a pesar de que en un juego como este lo más importante es la acción frenética. Las localizaciones son variadas y los escenarios no solo encajan a la perfección, sino que contribuyen a su manera a narrar la historia del juego. Sí, cada escenario nos cuenta cosas, si prestamos un poco de atención.

Lo único que no me ha gustado es el final, ya que peca de simplista y podría haberse trabajado un poco más, pero debo decir que esto es todo un clásico de la franquicia, y si no me creéis jugad al primer DOOM y veréis que final más «curioso».

En cuanto a la jugabilidad está claro que id Software ha hecho cambios importantes en DOOM Eternal. Al igual que en DOOM 2016 tenemos una apuesta por la acción frenética, pero la curva de dificultad ha aumentado considerablemente. No podemos estar quietos, tenemos que administrar muy bien los recursos del Slayer y contar con unos reflejos muy buenos, salvo que queramos limitarnos al primer nivel de dificultad que, en general, es bastante asequible.

Los nuevos enemigos, y sobre todo la introducción de los «arachnotron» (cerebros montados en robots-araña) y de los «Arch-vile», representa una subida importante del nivel de dificultad que se ve redondeada por la agresividad que presentan y los daños masivos que podemos recibir incluso en dificultades moderadas si cometemos un error. Por suerte contamos con un arsenal de armas impresionantes y con nuevas habilidades, como el lanzallamas, que nos permite recuperar armadura rápidamente, la granada de hielo, que es un comodín para salir de situaciones complicadas, y el gancho de la recortada de doble cañón.

La movilidad del Slayer ha mejorado notablemente gracias a las carreras rápidas, que nos permiten impulsarnos hacia delante de forma instantánea y facilitan los movimientos de esquiva y la superación de saltos complicados, y también al gancho de la recortada, como hemos indicado, que es una excelente opción para realizar tanto movimientos ofensivos como defensivos.

Se ha mantenido el sistema de mejoras del traje, de las runas, de las armas y de la capacidad de salud, armadura y munición, aunque adoptando un enfoque más sencillo más práctico. La presencia de desafíos y secretos nos invita, además, a explorar a conciencia cada nivel, y contribuye a mantener la esencia de los clásicos de los noventa.

En líneas generales la jugabilidad de DOOM Eternal es tan buena que supera, a mi juicio, a DOOM 2016. Los cambios que ha hecho id Software aportan un soplo de aire fresco y permiten establecer un desarrollo con escenas de acción más intensas y más complicadas, pero también más gratificantes cuando aprendemos a manejar con soltura al Slayer. Los jefes finales tampoco os pondrán las cosas fáciles, así que no os preocupéis si en algún momento os cuesta avanzar, para triunfar a veces es necesario fracasar.

Por lo que respecta al sonido la contundencia de los efectos, el ruido ambiental y los gritos están a la altura del conjunto, y lo mismo ocurre con la música, aunque en algunos momentos he echado de menos la intensidad que tenía esta en DOOM 2016.

Notas finales: DOOM Eternal es un ejemplo a seguir

Lo tengo muy claro. Con DOOM Eternal en id Software no han querido limitarse a crear un buen juego de acción en primera persona, sino que han trabajado a tope para desarrollar el mejor juego de acción en primera persona que existe ahora mismo, no solo a nivel técnico, sino también a nivel jugable.

DOOM Eternal recupera algunos de los aspectos más importantes de DOOM II y los reinterpreta con gran acierto. Tampoco cae en el conformismo de mantener todas las claves de DOOM 2016, id Software ha querido arriesgar, y la jugada le ha salido prácticamente perfecta.

La ambientación y la calidad gráfica, unida a la excelente optimización, son toda una lección de que se puede crear un juego triple A con una calidad visual de infarto sin tener que establecer unos requisitos ridículos, y representa, en mi humilde opinión, un toque de atención para todos aquellos estudios que son incapaces de desarrollar un juego capaz de funcionar de forma fluida en 4K sobre una tarjeta gráfica de 1.200 euros.

Si te gusta DOOM no lo dudes, DOOM Eternal es una compra obligada, lo vas a disfrutar mucho, y cuando termines la campaña podrás embarcarte en un modo multijugador excelente que te dará la posibilidad de controlar al Slayer o a los demonios. En caso de que no seas fan de DOOM no te preocupes, si te gustan los juegos de calidad, bien terminados y quieres disfrutar de una buena dosis de acción deberías considerar seriamente hacerte con él. Recomendado.

Valoración final
9.8 NOTA
NOS GUSTA
Calidad gráfica.
Rendimiento.
Acción frenética.
Ambientación y diseño.
Bien pulido, sin errores.
Variado y bien narrado.
A MEJORAR
El final.
RESUMEN
DOOM Eternal llega para convertirse en el nuevo rey de los juegos de acción en primera persona. Su calidad gráfica es excelente, su ambientación está cuidada al milímetro y ofrece una experiencia casi perfecta a nivel jugable. Sin duda uno de los imprescindibles de 2020.
Gráficos y sonido10
Jugabilidad10
Rendimiento10
Duración9

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