Chrome, los enlaces profundos y los agoreros de la privacidad
Los enlaces profundos existen desde que la Web es Web, y de no hacerlo la experiencia que disfrutamos hoy en día sería mucho peor. Pero se podían mejorar y es lo que ha hecho Google, implementando en Chrome una función que, sin embargo, está recibiendo críticas por las posibles repercusiones que podría tener en la privacidad del usuario.
Esta función, por cierto, llegó con el lanzamiento de Chrome 80, la última versión del navegador disponible desde principios de mes, aunque ha pasado desapercibida para la gran mayoría de usuarios. Te contamos en qué consiste, cómo puedes probarla y la discusión en torno a la privacidad que ha suscitado en los círculos de expertos.
Antes, un poco de contexto para entender mejor de qué hablamos.
Enlaces profundos
Los enlaces profundos son aquellos que apuntan a un contenido concreto de un sitio web, sea un archivo o una página. Es decir, los enlaces profundos son todos los que no dirigen a la entrada del sitio, sino que se adentran en él. Por ejemplo, si tú compartieses este artículo en redes sociales o lo enlazases desde tu blog, estarías utilizando enlaces profundos, porque en lugar de enviar al navegante a:
Este tipo de enlaces profundos, cuya lógica es aplastante por la funcionalidad que proporcionan, generó en su momento polémica, rechazos e incluso pleitos, debido a que muchos grandes sitios comerciales entendían que es una forma de intromisión y hasta de sortear su publicidad. Preferían que el visitante accediese a través de su página principal y buscase por su cuenta lo que fuera de su interés, multiplicando así el número de páginas vistas y el tiempo de permanencia en el sitio.
Pero ‘la Internet’ es muy terca y aunque todavía hay sitios que redirigen los enlaces profundos a la entrada, son los menos. Por una sencilla razón: lo más probable es que el visitante no pase por el aro y se vaya para no volver. Es de sentido común.
Enlaces profundos con ancla
Por supuesto, todo es susceptible de mejora y los enlaces profundos no son una excepción. Así, evolucionaron primero con la introducción de las ‘anclas’, una pequeña indicación en el código HTML que permite enlazar a una parte determinada de la página, normalmente una sección o apartado de la misma. Es muy útil para focalizar el clic en en páginas con mucho contenido.
Por ejemplo, pongamos que este artículo tratase de las lenguas que se hablan en Europa y utilizase como referencia a Wikipedia. Las posibilidades añadiendo enlaces serían tres:
Enlace normal:
Con ese enlace te estaría mandando a Wikipedia, y ya buscas tú lo que quieras. Nada práctico.
Enlace profundo:
Con ese enlace te estaría mandando al artículo de Wikipedia sobre Europa, donde está la información que te interesa. Además, Wikipedia suele incluir en todos sus artículos un índice, por lo que no te sería difícil encontrar lo que buscas. Sin embargo, no sucede lo mismo en todas las páginas y, en cualquier caso, se puede hacer mejor.
Enlace profundo con ancla:
Con ese enlace accederías directamente al apartado que te interesa, sin dar más vueltas.
El problema de las anclas es que es el responsable del sitio el que las proporciona, esto es, las pone o no donde quiera, y aunque seguramente te has encontrado con muchos enlaces de este tipo, no es lo más común salvo en sitios de documentación.
¿Y no sería genial que quien crea y comparte el enlace pudiese dirigir el clic exactamente a donde quiera? Eso es lo que, desde su última versión, ha implementado Google en Chrome.
Enlaces profundos de Chrome
En esencia, estos «enlaces profundos de Chrome» no son más que una evolución de los enlaces profundos corrientes y las anclas, con la particularidad de que permiten enlazar cualquier fragmento de texto de una página. La función se llama ScrollToTextFragment y hace lo dicho: enlazar el fragmento de texto que se incluya en el enlace, además de destacarlo con un fondo coloreado.
Se trata de una idea de tantas que surgen en el Web Platform Incubator Community Group (WICG), un grupo de trabajo encargado de proponer nuevas características de navegación que trabaja bajo el paraguas del World Wide Web Consortium (W3C), el «consorcio internacional que genera recomendaciones y estándares que aseguran el crecimiento de la World Wide Web a largo plazo». No obstante, el WICG solo aporta ideas, no estándares.
Una queja reiterada acerca del WICG es la sobrerrepresentación de Google, y es que de las muchas compañías que participan, Google es con diferencia la que más cambios propone. Si a ello le sumamos que desde que se propone un cambio hasta que es considerado para convertirse en un estándar puede pasar demasiado tiempo y no hay garantías de que sea aprobado como tal, no es de extrañar que haya quien se adelante implementando la idea en su navegador y eso de más que puede ofrecerle a sus usuarios.
Como bien saben los desarrolladores web, introducir características de navegación ajenas a los estándares es una práctica extendida que en mayor o menor medida han llevado a cabo todos los navegadores web, aunque es especialmente delicada cuando lo hacen los que están arriba, antaño Internet Explorer, hoy Chrome, porque terminan imponiendo su forma de hacer las cosas, dificultando el desarrollo web y perjudicando a los usuarios de otros navegadores. Pero ese no es el tema que nos ocupa ahora.
De hecho, la función que nos ocupa, estos «enlaces profundos de Chrome», no afecta a cómo se desarrolla un sitio web, ya que todo lo hace el navegador. Veámoslo con más detalle.
Probando los nuevos enlaces profundos de Chrome
Aunque parece por lo que se puede leer por ahí que a partir de Chrome 80 la función está activada por defecto, no es lo que me he encontrado yo al ir a probarla. He tenido que habilitarla manualmente a través de las preferencias avanzadas del navegador. Si quieres probarla tú, introduce lo siguiente en la barra de direcciones:
chrome://flags/#enable-text-fragment-anchor
Activa la opción («Enabled») y reinicia el navegador. Es entonces cuando podrás comprobar la potencia de ScrollToTextFragment. Retomando el ejemplo anterior con el artículo de Europa, ya no solo podría mandarte a un apartado del mismo, sino que podría hacerlo a una palabra o fragmento de texto específico:
Eso es es ScrollToTextFragment, la nueva función que ha implementado Chrome y que está dando poco de que hablar, pero para mal. ¿Por qué, te preguntas, cuando se antoja todo lo contrario, una función de verdadera utilidad que ni siquiera influye en el código de la página? Por cuestiones de privacidad que me vas a permitir que ponga en duda.
Los agoreros de la privacidad al ataque
La preocupación por la privacidad del usuario al utilizar esta función viene a cuento de la información que se transmite en el enlace, o sea, la palabra o texto que se incluya, dado que cualquiera que pueda ver el tráfico DNS (el proveedor de la conexión, del servicio DNS o el administrador de la red) verá también esa información.
En un artículo que le han dedicado en Forbes al tema lo ilustran con este ejemplo: un empleado se conecta a la red de su empresa y pulsa sobre un enlace de estos que dirige a una página médica con el término ‘cáncer’. Pues bien, la empresa podría deducir que su empleado tiene cáncer (y despedirlo antes de que coja la baja, se supone aunque no lo expresen). ¿Muy rebuscado? Sí, pero es cierto.
¿Y no sucede lo mismo cuando entras a través de un enlace en una página con una URL como esta?:
Es decir, en base a esa URL, ¿no podría saber por ejemplo tu ISP que estás entrando en Wikipedia a leer un artículo sobre Europa? No, porque lo que tramitan las DNS es la resolución de nombres de dominio. Verían que estás entrando en Wikipedia, pero no qué estás consultando.
Puedes estar tranquilo, porque cuando entras en YouTube a ver vídeos que nunca reconocerías ver en público, cuando entras en Facebook a trolear en grupos de determinada ideología política o cuando entras en un portal para adultos y vas directo a tu categoría favorita , tu ISP no se va a enterar. Solo ven el continente -que ya dice mucho, ojo-, no el contenido.
Ahora bien, ¿sabes quién sí se va a enterar con pelos y señales de todo? Primero, el sitio en el que entras, evidentemente; y segundo y más importante, tu navegador web. Sobre todo si usas Chrome, que se lo chiva todo a Google. Es por eso que califico de actitud de agoreros de la privacidad poner el grito en el cielo por algo así. Agoreros inconsistentes, además, pues apuntan al Sol, pero solo se fijan en el dedo.
No me entiendas mal, querido lector. Esta función, especificación o como la quieras llamar, tiene sus implicaciones en materia de privacidad y, más delicado si cabe, en materia de seguridad. Los desarrolladores de Chromium las han tenido en cuenta y aun así han decidido tirar hacia adelante. Porque todo en Internet tiene implicaciones de privacidad y seguridad y no es razón para capar funcionalidades.
La opinión al respecto de los desarrolladores de otros navegadores web bien conocidos varía: Microsoft (Edge) lo ve con buenos ojos, Apple (Safari) lo está considerando y Mozilla (Firefox) muestra escepticismo; pero tanto los que están a favor como los que no lo tienen claro, coinciden en que lo más relevante es la implementación técnica de la especificación. Motivo por el cual deberían ponerse de acuerdo para impulsar un estándar.
Como todo sitio de tecnología que se precie, en MC solemos hablar bastante de privacidad. Porque es importante y nos afecta, cada día más. Solemos publicar noticias al respecto y otra clase de artículos más técnicos, por ejemplo para recomendarte prácticas o herramientas que respetan y protegen tu privacidad en línea. Y tú decides qué usar.
Lo que no parece lógico es llevarse las manos a la cabeza y soltar titulares del tipo Google acaba de dar a millones de usuarios una razón para abandonar Chrome (así titula Forbes su artículo) como si esos millones de usuarios se fuesen a enterar del asunto, o como si los que se enterasen tuviesen que huir de un navegador que saben que registra toda la navegación del usuario cual taquígrafo de tribunales, solo por algo así.