Usar Windows 10 sin cuenta de Microsoft cada vez será más difícil y enfadará a muchos usuarios
El uso de Windows 10 sin cuenta de Microsoft o para entendernos, usando una cuenta local, cada vez será más complicado en una nueva restricción que pretende imponer el gigante de software y que va a poner de los nervios a más de un usuario.
Si en la sede central de Redmond se sigue preguntando cómo es posible que Windows 7 mantenga una cuota del 25% del escritorio, siga instalado en 400 millones de máquinas a pesar de estar sin soporte de seguridad y no quieran actualizar a Windows 10 ni gratis, que piensen en este tipo de cuestiones y podrán encontrar algunos motivos.
Como sabes, Windows 10 se puede instalar con una cuenta local creada por el usuario o con una cuenta ID de Microsoft. El funcionamiento de algunas características del sistema operativo y su administración cambia según seleccionemos una u otra.
Una cuenta en línea, a través de una ID de Microsoft tiene sus ventajas, como una mejor conexión con las aplicaciones y servicios en nube de Microsoft, mejor sincronización con otros equipos o acceso a funciones como poder restablecer la contraseña desde la nube. Sin embargo, una cuenta local tiene otras ventajas sobre una cuenta de Microsoft, como no estar vinculada a una identidad en línea que puede ser pirateada y una mayor privacidad, uno de los puntos más cuestionables de Windows 10 y que persiste desde el lanzamiento del sistema.
¿Será posible usar Windows 10 sin cuenta de Microsoft?
Hasta el año pasado, Microsoft simplemente recomendaba usar una de sus ID para usar el sistema. Y no iba más allá. En septiembre pasado, llegaron los problemas cuando la compañía comenzó a usar esos «patrones oscuros» que tanto le gustan y que cabrean en grado superlativo a los usuarios informados a los que parecen tomar por tontos. Y no solo lo hace Microsoft.
Un patrón oscuro es una interfaz especialmente diseñada para empujar a los usuarios a elegir opciones que la compañía prefiere sobre las que los usuarios elegirían sin ningún tipo de presión. Lo de la «letra pequeña», pero incluso sin letra en un método más perfeccionado y oscuro. Aunque las cuentas locales siguen funcionando, la estrategia es esconderla todo lo posible, con una interfaz donde no es visible de manera predeterminada como sucedía hasta ahora.
El patrón (una restricción en toda regla) se implementó en septiembre para Estados Unidos y la novedad es que ahora ha llegado a Alemania y suponemos desde ahí a todo el planeta a pesar de las críticas que recibió. Por si te topas con ellas al instalar Windows 10 las soluciones van desde las que no se ven normalmente a otras chapuceras como:
- Accede a la opción de «Unirse a un dominio» y desde ahí selecciona la cuenta local.
- Instalar el sistema sin estar conectado a Internet. Como la cuenta de Microsoft está basada en la nube y necesita conexión, de esta forma obligas al sistema a ofrecer un mensaje para crear este tipo de cuenta.
- Aún conectado a Internet, escribe números de teléfono o cuentas de correo falsos para conectar a la cuenta de Microsoft. De esta manera no podrá validarse y de nuevo el sistema ofrecerá el uso de cuentas locales para completar la configuración.
- Por último, si «caes» en la trampa de usar una cuenta de Microsoft durante la configuración inicial, tendrás que perder tu valioso tiempo creando una cuenta local una vez que el sistema está instalado.
Vaya por delante que personalmente uso cuentas ID de Microsoft, pero no es esa la cuestión. En pleno 2020, tener que desenchufar Internet para poder acceder a una opción tan importante como las cuentas disponibles a la hora de instalar un sistema operativo es una cuestión para hacérselo mirar. ¿No es preferible usar un método respetuoso con el cliente, que aún señalando las ventajas de uso de un tipo de cuenta u otra sea totalmente transparente mediante una interfaz que ponga las dos al mismo nivel para que el usuario elija con total libertad? No nos extraña que millones de usuarios no quieran Windows 10 ni en pintura…