Asus ROG X49VQ, análisis: Cuerpo ultrawide, corazón gamer
Desde hace un tiempo los monitores ultrawide han sabido hacerse hueco en los hogares de los más entusiastas, especialmente en los más jugones. Asus ha sido capaz de llegar aún más lejos, mediante la relación de aspecto 32:9 (como referencia, los monitores más habituales trabajan con un formato de pantalla de 16:9 o 16:10), con la pantalla Asus ROG XG49VQ. El monitor además se fabrica bajo el sello de la compañía Republic Of Gamers, que garantiza unas especificaciones para deleitar a los jugadores más exigentes, desde tiempos de respuesta casi nulos hasta resoluciones de vanguardia.
Gracias a Asus hemos tenido la oportunidad no solo de probar este monitor, sino de analizar cómo es trabajar y jugar con él una vez te acostumbras al formato ultrawide, ya que se trata de un producto cuyas impresiones van cambiando y que, hasta que te haces con él, puede llevar cierto tiempo, pero la verdad es que este “aprendizaje” merece mucho la pena.
Además del formato ultrawide (32:9), hay que resaltar el resto de características técnicas de este monitor gaming:
- Monitor de 49 pulgadas 32:9 (Super ultrawide)
- Panel VA. Resolución de 3840×1080.
- Tasa de refresco de 144 Hz
- Curvatura panel: 1800R
- Tiempo de respuesta de 4 ms.
- Contraste según el fabricante: 2500:1.
- Brillo: 450 cd / m²
- Altavoces 2x5W.
- HDMI 2.0 , DisplayPort 1.2
- Medidas (con peana): 1193,33 x 529,10 x 344,74 mm.
- Tecnología HDR.
Ya de por sí la caja del Asus ROG XG49VQ asusta por su tamaño, que nos avisa de las dimensiones del producto, que son fuera de lo común con respecto a otros monitores. Preparado para el transporte de todos los elementos de forma segura, la caja incluye todo lo necesario para disponer del monitor de la forma que prefiramos, ya sea utilizando su propio soporte como utilizando cualquier soporte compatible con VESA.
Para nuestro análisis, aprovechando esta compatibilidad, la hemos acoplado directamente a nuestro brazo de monitores, pero debido al tamaño de dicha pantalla hemos tenido que suprimir nuestra configuración de tres monitores por este, ya que hace imposible su convivencia con otros monitores (tampoco le hacen falta, como veremos más adelante). Debido al tamaño del monitor, y como en otro tipo de instalaciones, es altamente recomendado instalar el monitor con la ayuda de alguien.
Cuerpo ultrawide, corazón 100% gaming
Descrito en una sola frase, el Asus ROG XG49VQ es curvo, de 49 pulgadas con una relación de aspecto de 32:9, que basándonos en los monitores tradicionales, el Asus XG49VQ equivale a dos monitores de 27 pulgadas de relación 16:9. Sobre el papel parece una mejora adicional sobre lo ya existente en el mercado, pero lo cierto es que el formato ultrawide supone un submundo en el campo de los monitores. La curvatura facilita el aprovechamiento de estas pulgadas (si no fuera curvo, la superficie a visionar sería la misma, pero sería más complicado utilizarla) y ayuda tambien a la inversión en juegos con persectiva en primera persona.
Ya que el monitor y todas sus prestaciones están orientadas al gaming, vamos a centrar el análisis en este campo, para luego dedicar unas líneas a la navegación web y a herramientas Office.
Dentro del gaming, en los juegos de primera persona o de conducción viviremos una experiencia de las que marcan un antes y un después, porque la pantalla nos absorberá. No habrá espacio en desde nuestro punto de vista sin pantalla, y veremos en la mayoría de los juegos un aumento del campo de visión. Dependiendo del juego, incluso puede considerarse una ventaja, porque la visión ganada en los laterales con respecto a una pantalla 16:9 o 10 es más que notable.
La resolución nativa del monitor es de 3840×1080, que podríamos titular como Full HD Súper Ultrawide. La resolución está por debajo de otros monitores ultrawide que cuentan con resolución 2k, pero como monitor ultrawide cumple perfectamente aunque trabaje con 1080p. La frecuencia del monitor es de hasta 144 Hz, un requerimiento de los jugones más exigentes que se traduce en una mayor fluidez a la hora de mostrar los fotogramas de cualquier juego o en un mejor tiempo de respuesta.
Para exprimir esta característica debemos hacernos con un ordenador cuyas características permitan igualar los fotogramas por segundo de los juegos con la frecuencia del monitor. FreeSync puede ayudar con esto, si disponemos de tarjetas AMD. Para nuestro banco de pruebas, nuestro ordenador cumplía con los requisitos para llegar a esa tasa de imágenes por segundo (i7 8700k + RTX 2080 Ti).
Sí vemos destacable comentar que, en ambos mundos, nos enfrentaremos a una curva de aprendizaje para poder sacar el máximo partido a este monitor, a la vez que disfrutamos de él. Y es que después de nuestros primeros minutos con él, veremos que algunos juegos se volverán más difíciles de controlar.
Un claro ejemplo de ello es League of Legends, que cuenta con una interfaz de usuario sin apenas personalización, lo que hace que se adapte a las dimensiones de la pantalla. Esto se traduce en que todos los componentes de esta interfaz (barra de salud, minimapa, salud de nuestros compañeros,…) se vaya a los extremos de la pantalla.
Esto se traduce en un mayor esfuerzo por parte del usuario a la hora de tener visión de todos los componentes de la interfaz, ya que estas 49 pulgadas se nos harán demasiadas. Lo mismo pasa con juegos de disparos como Apex: Legends: el minimapa y nuestras habilidades se irán a zonas muy alejadas del centro de la atención del juego.
Nuestras primeras partidas con el monitor fueron más un “bautismo de fuego” con este monitor ultrawide que una experiencia completa. Ya acostumbrados a este tipo de interfaces en nuestro monitor, contaremos incluso con grandes ventajas con respecto a nuestro antiguo monitor 16:9, ya que estaremos literalmente duplicando nuestro campo de visión, con las ventajas que ello conlleva.
Ya fuera del gaming, la navegación web o el uso de herramientas Office no relucirán especialmente en esta pantalla, ya que como era de esperar no están optimizadas para este tipo de pantallas. En pantalla completa desaprovecharemos las 49 pulgadas, y veremos muchos elementos “achatados”, intentando adaptarse a la pantalla. Lo mismo pasará con el contenido multimedia que no cumpla con la resolución del monitor: bien achataremos la imagen o contaremos con dos columnas en negro a los lados.
Hay que hacerse a la idea de que esto es más común de lo habitual en el mundo ultrawide, y requerirá por nuestra parte de abandonar la pantalla completa y acostumbrarnos a la gestión de ventanas. Gracias a la función PBP del monitor, podemos separar la pantalla en hasta tres secciones, aprovechando todas las conexiones de entrada del monitor (HDMI y displayport, principalmente). Siempre será mejor utilizar una sola entrada, ya que tres pantallas se nos quedarán muy pequeñas con respecto al panel completo, pero Asus nos ofrece esta posibilidad por si queremos contar con entradas independientes, ya sea por gestionar mejor nuestro escritorio y manera de trabajo, o incluso utilizar dos o tres ordenadores distintos desde una misma pantalla.
Conclusiones
Una vez se entra en la gama de monitores Ultrawide no hay vuelta atrás, dicen sus principales propietarios, y no es exageración. La cantidad de pantalla que se gana con la relación de aspecto 32.9 es simplemente abrumadora, consiguiendo un campo de visión impresionante.
Sin embargo, todo sea dicho, la primera impresión no es solo de asombro, sino también de confusión, ya que adaptarse a esta relación de aspecto no es tarea fácil, especialmente cuando tratamos con un monitor que su diagonal son 49 pulgadas. Hace falta un tiempo de adaptación que, una vez completado, todo serán ventajas con respecto a un monitor normal. Sin duda es un monitor que consigue inmersión en los juegos, especialmente en juegos de disparos en primera persona. Sin embargo, para trabajo o navegación web, como hemos comentado antes, tendremos que hacer una muy buena gestión de ventanas para que no nos abrume.
Todo esto sin añadir el resto de especificaciones de vanguardia en un monitor gaming, como sus 144 Hz de frecuencia o su compatibilidad con la tecnología FreeSync. Su resolución es casi sobresaliente, dejando el diez si tuviera 1440p de vertical o más, como otros monitores ultrawide con la misma relación de aspecto.
Finalizamos recomendando el monitor a aquellos jugones que quieran invertir en inmersión, que la relación 16:9 o 16:10 les sepa a poco y que quieran dar el salto directamente al 32:9, algo que os dejará boquiabiertos desde el momento en que encendáis la pantalla. ¿Es el futuro de las pantallas? El tiempo lo dirá, su intención es la de convertirse en un estándar para los más exigentes a la hora de jugar, de momento los monitores de formato habitual tendrán que aprender a convivir con ellos.
Jose Miguel Gomez-Casero