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Los tres mejores procesadores para jugar que puedes comprar ahora mismo por menos de 100, 200 y 350 euros
Intel y AMD tienen un gran catálogo de CPUs de consumo general, ¿pero cuáles son los mejores procesadores para jugar? Es una pregunta que no resulta nada fácil de responder, sobre todo porque gracias a la guerra de precios que se ha producido entre ambas compañías ahora mismo podemos encontrar una gran variedad de soluciones interesantes, pero en este artículo vamos a darle respuesta centrándonos en tres grandes presupuestos: menos de 100 euros, menos de 200 euros y menos de 350 euros.
Nuestro objetivo es identificar los tres mejores procesadores para jugar que podemos encontrar en el mercado ahora mismo en esos rangos de precio. Veremos sus especificaciones, qué valor ofrecen para ser considerados como «lo mejor» y os explicaremos qué podemos esperar de ellos tanto a corto como a medio y largo plazo.
Este enfoque tiene un motivo, y es que comprar un procesador es una de las decisiones más complicadas que debemos tomar, y también es una de las inversiones más importantes a la hora de montar un PC. Conocer su rendimiento a corto y medio plazo es importante, pero si tenemos clara su vida útil a largo plazo seremos plenamente conscientes de cómo aguantará el paso del tiempo, y de cuándo tendremos que cambiarlo sin más remedio.
Como siempre espero que esta guía dedicada a los tres mejores procesadores para jugar os sea útil y que os ayude a elegir el procesador que mejor se ajuste a vuestras necesidades. Si tenéis cualquier duda podéis dejarla en los comentarios y os ayudaremos a resolverla.
Los mejores procesadores para jugar: consideraciones previas
Antes de lanzarnos a elegir debemos tener claros qué elementos definen a un buen procesador para juegos, es decir, qué requisitos son imprescindibles para que una CPU pueda ser considerada como buena si tenemos pensado utilizarla para jugar.
Si nos limitamos a hacer una mirada a corto plazo es bastante sencillo perfilar esos requisitos:
- Debe contar, al menos, con cuatro núcleos y ocho hilos.
- Su IPC debe estar a la altura de los procesadores Core 4000 de Intel (serie Haswell) o al nivel de los Ryzen serie 1000 (serie Zen).
- La frecuencia de trabajo real, ya sea en modo turbo o tras aplicar overclock estable, no debe bajar de los 3,6 GHz.
Bien, partiendo de la base de esos tres requisitos podemos decir que, por ejemplo, el Ryzen 5 1500X es un buen procesador para juegos, y lo mismo ocurriría con el Core i7 4770K y con otros como el Core i7 7700K o el Ryzen 5 2600.
Como vemos no es complicado encontrar, a día de hoy, procesadores buenos para jugar, ¿pero qué es lo que hace que algunos puedan ser considerados como los mejores procesadores para jugar? En este caso tenemos sumar, a esos tres requisitos que hemos visto y que nos sirven de base, otras ideas fundamentales que vamos a ver a continuación:
- Que tengan un precio competitivo y acorde al valor real que ofrecen comparados con otros modelos equivalentes.
- Deben tener una eficiencia y unas temperaturas de trabajo equilibradas y razonables.
- Tiene que estar integrado en una plataforma moderna, completa y gozar de una vida útil razonable.
- Un buen rendimiento tanto a medio como a largo plazo, pero sin excesos innecesarios.
Si aplicamos esos cuatro puntos junto con los tres anteriores vemos que la lista de candidatos a mejores procesadores para jugar se reduce de manera considerable. Por ejemplo, el Core i9 9900KS es un procesador con un alto rendimiento que se integra en una plataforma moderna, pero tiene unas temperaturas de trabajo muy elevadas y un precio demasiado alto para lo que ofrece. Esto hace que no sea uno de los mejores procesadores para jugar, al menos en sentido estricto, es decir, si nos atenemos a esos requisitos.
Otro ejemplo, pero esta vez del lado de AMD. El Ryzen 9 3900X es un procesador muy potente que tiene un alto potencial en cargas de trabajo paralelizadas, gracias a sus 12 núcleos y 24 hilos, se integra en una plataforma muy completa y actualizada y tiene unas temperaturas de trabajo muy buenas. Su precio también está equilibrado, pero su potencial real no se aprovecha a día de hoy, y tampoco se aprovechará a medio y largo plazo, así que representa un exceso «innecesario». Por ello tampoco es uno de los mejores procesadores para jugar.
Los mejores procesadores para jugar no son los que más rendimiento bruto ofrecen, sino aquellos que ofrecen el mejor valor precio-prestaciones cumpliendo, además, esas ideas de eficiencia, vida útil y de plataforma que hemos visto anteriormente.
Mejores procesadores para jugar: menos de 100 euros
Empezamos por un nivel que hasta hace relativamente poco resultaba un poco complicado, sobre todo tras el declive gradual que han ido experimentando los procesadores de cuatro núcleos y cuatro hilos, una configuración que ha pasado, en poco más de dos años, de ser un estándar en la gama media a convertirse en gama «baja».
Gracias al empuje de AMD y a la competitividad que ha ido mostrando Intel con las series Core 8000 y 9000 hemos vivido una revolución que ha llevado los procesadores de seis núcleos a caer a un nivel de precios que hasta hace poco no nos habríamos atrevido a soñar.
A principios de 2017 un procesador de seis núcleos y doce hilos como el Core i7 6800K costaba más de 450 euros. Con la llegada de los Ryzen de primera generación fue posible comprar un Ryzen 5 1600, con seis núcleos y doce hilos, por menos de 250 euros, y poco a poco los precios fueron bajando hasta llegar a poco más de cien euros.
Como hemos indicado arriba un chip que quiera entrar en ese top tres de los mejores procesadores para jugar debe cumplir siete requisitos importantes, y en la categoría de menos de 100 euros no hay competencia, el ganador indiscutible es el Ryzen 5 1600 AF de AMD, un chip que está basado en la arquitectura Zen+ (12 nm) y fabricado en proceso de 12 nm.
Su rendimiento es solo entre un 2% y un 5% inferior al que ofrece el Ryzen 5 2600, y cuesta 99,99 euros. Estas son sus especificaciones:
- Arquitectura Zen+ en proceso de 12 nm.
- Seis núcleos y doce hilos a 3,2 GHz-3,6 GHz, modo normal y turbo.
- Admite overclock con chipsets B350 y superiores.
- 16 MB de caché L3.
- TDP de 65 vatios.
- Compatible con el socket AM4.
Con este procesador podremos jugar a cualquier título actual de forma totalmente óptima, y aguantaremos la primera etapa de transición que marcarán las consolas de nueva generación. La plataforma AM4, en la que se integra, nos permitirá, además, actualizar sin problemas a un procesador superior sin tener que cambiar nada.
Alternativas: la única alternativa real si buscáis un chip Intel es el Core i5 9400F, que tiene seis núcleos y seis hilos. Tiene un IPC mayor y un rendimiento mononúcleo superior, pero se limita a seis hilos y tiene un precio mucho más elevado, ya que cuesta 151,90 euros.
Mejores procesadores para jugar: menos de 200 euros
Saltamos a un nivel complicado, ya que es en el que se mueven la mayoría de los consumidores y donde más competencia suele haber. Tanto AMD como Intel tienen ahora mismo una gran cantidad de opciones de generaciones distintas en este nivel, incluido el Core i5 9400F que hemos indicado en el apartado anterior, pero el ganador indiscutible por valor precio-prestaciones, plataforma y vida útil es el Ryzen 7 2700. Os contamos por qué.
Estamos ante un procesador de 8 núcleos y 16 hilos que es capaz de alcanzar, en modo turbo, los 4,1 GHz, y que viene con un ventilador capaz de mantener las temperaturas en un nivel más que aceptable. Esto quiere decir que no necesitamos hacer ninguna inversión adicional para disfrutar de un buen rendimiento, y su precio es excelente: 149,99 euros.
Con el Ryzen 7 2700 podremos jugar a cualquier título actual y estaremos preparados para la transición que vendrá con la llegada de PS5 y Xbox Series X, gracias a sus 8 núcleos y 16 hilos. Es una buena compra por el valor que ofrece tanto a día de hoy como a largo plazo, y si necesitamos cambiarlo no tendremos problema, ya que la plataforma AM4 en la que se integra escala hasta los Ryzen serie 3000.
Para terminar os dejamos un resumen con sus especificaciones:
- Arquitectura Zen+ en proceso de 12 nm.
- Ocho núcleos y dieciséis hilos a 3,2 GHz-4,1 GHz, modo normal y turbo.
- Admite overclock con chipset B350 y superiores.
- 16 MB de caché L3.
- TDP de 65 vatios.
- Compatible con socket AM4.
Alternativas: en este caso Intel no tiene ningún procesador que compita realmente en valor precio-prestaciones con el Ryzen 7 2700. La solución más cercana es el Core i7 9700F, y tiene un precio de 327 euros, así que no tiene sentido considerarlo como alternativa en esta categoría.
Mejores procesadores para jugar: menos de 350 euros
En este caso tenemos dos firmes candidatos: el Ryzen 7 3700X y el Core i7 9700F. Los dos ofrecen un valor bastante sólido para el precio que tienen, ¿pero cuál es mejor opción? Vamos a ver sus especificaciones y a desgranar su rendimiento y sus características para poder realizar una elección debidamente justificada.
Especificaciones del Ryzen 7 3700X:
- Arquitectura Zen 2 en proceso de 7 nm.
- Ocho núcleos y dieciséis hilos a 3,6 GHz-4,4 GHz, modo normal y turbo.
- Admite overclock con chipset B350 y superiores.
- 32 MB de caché L3.
- TDP de 65 vatios.
- Compatible con socket AM4.
- Precio: 320,90 euros.
Especificaciones del Core i7 9700F:
- Ocho núcleos y ocho hilos a 3 GHz-4,7 GHz, modo normal y turbo.
- Socket LGA 1151 con chipset serie 300.
- Arquitectura Coffee Lake Refresh.
- Multiplicador bloqueado.
- TDP de 65 vatios.
- 12 MB de caché inteligente.
- Precio: 324,90 euros.
Si nos atenemos a las especificaciones en bruto está claro que el Ryzen 7 3700X pinta como la opción ganadora, ¿pero es realmente así? En términos generales sí. Ahora mismo ambos ofrecen un rendimiento prácticamente idéntico en juegos y por ello son dos de los mejores procesadores para jugar que podemos encontrar en el mercado de gama alta.
La diferencia que en este caso inclina la balanza a favor del Ryzen 7 3700X es el soporte de la tecnología SMT, que le permite trabajar con 8 procesos y 16 subprocesos, es decir, que tiene 8 núcleos y 16 hilos. Por contra, el Core i7 9700F tiene ocho núcleos y ocho hilos, ya que Intel decidió eliminar la tecnología HyperThreading y dejarla como exclusiva del Core i9 9900 en todas sus variantes.
Esa menor cantidad de hilos y el hecho de que PS5 y Xbox Series X vendrán con procesadores Zen 2 de 8 núcleos y 16 hilos es lo que me lleva a declarar vencedor al Ryzen 7 3700X. Este chip representa una mejor inversión si miramos a largo plazo, y por ello es el ganador en esta gama de nuestra guía de los tres mejores procesadores para jugar.
Alternativas: el Core i7 9700K es la mejor alternativa si nos preocupa menos la cuestión de la inversión a largo plazo.
¿Y qué hay de los procesadores de más de 400 euros?
Sé que es probable que más de uno de nuestros lectores se pregunte por qué hemos omitido esta categoría, y la respuesta es sencilla, porque para un usuario normal no merece la pena invertir tanto dinero en un procesador, y menos aún si nuestro objetivo principal va a ser jugar.
Los mejores procesadores para jugar son aquellos que se encuadran en la franja de menos de 350 euros por una razón simple, son los únicos que se aprovechan de verdad y que ofrecen un valor equilibrado desde una perspectiva a corto, medio y largo plazo.
Nos vamos de nuevo al ejemplo que hemos puesto del Ryzen 9 3900X. Es un procesador muy potente y con un buen valor precio-prestaciones, pero no veremos juegos que lo aprovechen ni siquiera a largo plazo, y lo mismo ocurre, obviamente, con el Ryzen 9 3950X.
Sin embargo, esos dos procesadores sí tendrían sentido para un usuario que juegue y que haga streaming, por ejemplo, o para aquellos que quieren unir en un solo PC trabajo y ocio y que utilicen aplicaciones profesionales capaces de sacar partido a chips con una capacidad de paralelizado tan elevada. En ambos casos la lista de los mejores procesadores para jugar cambiaría, porque ya no se limitaría a esa tarea.
Me gustaría hacer un pequeño inciso antes de terminar en relación a los procesadores de cuatro núcleos. No están muertos, soy consciente de ello, pero a día de hoy solo tienen sentido si nuestro presupuesto es muy ajustado y queremos montar algo que nos permita jugar en condiciones a corto plazo, es decir, si somos conscientes de que tendremos actualizar dentro de uno o dos años.
Si te encuentras en este caso el Ryzen 3 1200 es la mejor opción que existe ahora mismo, ya que cuesta 48,99 euros. Estas son sus especificaciones:
- Arquitectura Zen en 14 nm.
- Cuatro núcleos y cuatro hilos a 3,1 GHz-3,4 GHz, modo normal y turbo.
- Admite overclock con chipsets B350 y superiores.
- 8 MB de caché L3.
- TDP de 65 vatios.
- Compatible con el socket AM4.
Ofrece un rendimiento bueno y se integra en la plataforma AM4, lo que significa que podrás actualizar sin tener que cambiar la placa base. Así, podrías montarlo en una configuración básica y cambiarlo dentro de uno o dos años por un Ryzen 7 2700, por ejemplo.
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