The Witcher de Netflix llega como una adaptación fiel y muy oscura

Tras su primer anuncio hace más de un año y medio, por fin la espera ha llegado a su fin, con el estreno de la primera temporada de The Witcher en Netflix, la serie adaptación de las novelas de fantasía y acción que encandilaron a la industria del videojuego.

Guionizada y dirigida por Lauren S. Hissrich, encargada de otras adaptaciones de Netflix como Daredevil y The Defenders, la serie optó por seguir una línea más fidedigna con respecto a la historia original de las novelas, dejando de lado algunos de los contenidos y la línea argumental de la trilogía de CD Projekt Red.

Y es que no será necesario conocer los juegos ni las novelas para disfrutar de esta serie. Algo que queda bien remarcado en el primer episodio, donde se realiza una bastante completa introducción de ambos Geralt de Rivia, protagonista de la serie; y El Continente, la tierra de fantasía medieval donde se desarrollará toda la serie.

Aunque la serie contará con las historias y narrativas adicionales de Ciri, una joven princesa con poderes misteriosos que huye de un reino rival; y Yennefer, una hechicera ferozmente independiente con grandes ambiciones, y que suplen los grandes vacíos y lentitud de una historia que de primera mano, quedaría algo menos interesante y difícil de seguir.

Y es que la propia estructura nos irá presentando pequeñas historias en cada uno de los capítulos, que si bien pueden seguirse de forma independiente, irán sumando detalles para el avance de la historia global.

De esta manera, The Witcher logra una vasta historia épica que incluye maquinaciones políticas, guerras entre reinos, y una importante parte de thriller centrado en la investigación de las increíbles y peligrosas criaturas mágicas.

Unas criaturas que, como mayor diferencia con los videojuegos, apenas contarán con presencia en la pantalla, y mucho menos, protagonismo en las escenas de acción. Y es que la gran mayoría de combates que podremos ver en esta temporada serán contra (que no entre) humanos. Algo que según su directora, cambiará notablemente para la ya confirmada segunda temporada.

Así pues, uno de los factores en los que sí se nota cierta influencia del juego es la estética de los personajes y los escenarios, que si bien presentan algunos cambios, mantienen ese aura de oscuridad, misterio y poder.

Y es que, pese a la gran inquietud de los fans frente a la elección de Henry Cavil para el papel principal, cabe decir que el antiguo hombre de hierro borda con creces el papel del brujo.

Ahora sólo queda ver si, con una enorme capacidad de extensión y recursos a su disposición, esta serie logra cumplir su objetivo y ocupar el enorme lugar que dejó el final de Juego de Tronos.