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¿Qué tarjetas gráficas quedarán «obsoletas» cuando lleguen PS5 y Xbox Scarlett?
La llegada de Xbox Scarlett y PS5 va a marcar una importante transición que tendrá consecuencias directas en el mundo del gaming en PC, hasta tal punto que estamos convencidos de que buena parte de los procesadores y tarjetas gráficas que hoy nos permiten disfrutar de una buena experiencia acabarán quedando obsoletos.
No es la primera vez que el lanzamiento de una nueva generación de consolas obliga a dar un salto a nivel de requisitos en los juegos de nueva hornada. Ya lo vivimos con PS3 y Xbox 360, y también con PS4 y Xbox One, aunque con estas últimas esa transición se ha producido en dos fases muy marcadas:
- Una primera fase (2013) en la que contar con 6 GB de RAM era suficiente, y donde los procesadores de cuatro núcleos y las tarjetas gráficas de gama media del momento con 2 GB de memoria gráfica podían ofrecer una buena experiencia.
- La segunda fase (en la que nos encontramos y cuyo inicio se produjo en 2017) donde se produjo el salto a los 8 GB de RAM, a los procesadores de cuatro núcleos y ocho hilos (o seis núcleos) y a tarjetas gráficas de gama media del momento con 4 GB como nivel óptimo.
Esta diferenciación es muy importante y debemos tenerla clara desde el principio para poder entender todo lo que vamos a ver en este artículo. Ya os lo adelantamos cuando analizamos si los procesadores de cuatro y seis núcleos acabarán quedando obsoletos con el lanzamiento de PS5 y Xbox Scarlett, y hoy vamos a aplicar el mismo enfoque a las tarjetas gráficas.
Como dijimos en su momento, y como hemos indicado ahora, tendremos en cuenta esas dos fases que normalmente se producen con el lanzamiento de cada nueva generación de consolas, y valoraremos también una cuestión muy importante: el trazado de rayos.
Tarjetas gráficas de gama media: el Grial de la nueva generación
La gama media ha sido desde siempre la reína del sector por su buena relación precio-prestaciones, pero con el paso del tiempo se ha ido diluyendo de tal manera que hoy la única manera de poner un poco de orden entre la enorme cantidad de modelos que se integran en la misma es establecer subdivisiones de tipo gama media-alta y gama media-baja.
Por ejemplo, las GTX 970, GTX 1060 de 3 GB y Radeon RX 570 son tarjetas gráficas de gama media, y lo mismo ocurre con las Radeon RX 580 y GTX 1060, pero también encajan en esa gama las GTX 1660 Super y las RX 590, a pesar de que tienen un rendimiento claramente superior a las anteriores. Esa diferencia es más marcada con las RTX 2060 y las Radeon RX 5700, dos tarjetas gráficas que tienen una potencia muy superior, aunque no lo suficiente como para ser consideradas de gama alta. Por ello, y para evitar confusiones, es buena idea encajarlas en la gama media-alta.
Lo mismo ocurre a la baja. Por ejemplo, las Radeon RX 560 y GTX 1650 son tarjetas gráficas no merecen ser consideradas como de gama baja, ya que ofrecen un buen rendimiento en juegos con resoluciones 1080p y calidades medias o altas, pero tampoco quedan al nivel de una auténtica tarjeta de gama media, así que lo más justo es considerarlas como de gama media-baja.
Con esto claro tenemos la base que necesitamos para no perdernos en las próximas líneas. Normalmente las consolas de nueva generación tienen una solución gráfica que encaja, a grandes rasgos, con la gama media de la época en la que llegan al mercado, y PS5 y Xbox Scarlett no van a ser una excepción.
¿Podemos predecir entonces a qué tarjeta gráfica equivaldrá la solución gráfica que montarán PS5 y Xbox Scarlett? A grandes rasgos sí, puesto que todavía hay algunos detalles asociados al trazado de rayos que no están nada claros. En términos de potencia bruta cabe esperar un rendimiento similar al que ofrece la RX 5700 de AMD, y sí, cuando decimos «similar» significa que puede ser igual, ligeramente superior o un poco menor.
Es importante tener en cuenta que AMD normalmente integra mejoras importantes en sus GPUs semipersonalizadas, principalmente tecnologías avanzadas que no siempre están disponibles en sus tarjetas gráficas de consumo general en un momento determinado, lo que significa que cabe la posibilidad de que la solución gráfica de PS5 y Xbox Scarlett utilice una arquitectura superior y que cuente con novedades que le permitan aguantar mejor el paso del tiempo a pesar de que su potencia bruta será, como dijimos, muy parecida a la que ofrece la RX 5700.
Sobre el tema del trazado de rayos está confirmado que tanto PS5 como Xbox Scarlett van a contar con soporte a nivel de hardware. Esto es, sin duda, lo que más dudas ha generado hasta el momento, ya que la arquitectura RDNA de primera generación que utilizan las tarjetas gráficas Radeon serie 5000 de AMD no cuentan con elementos dedicados a nivel de silicio que puedan manejar trazado de rayos.
La conclusión es, a priori, bastante simple y clara, y nos lleva a pensar que ambas consolas estarán equipadas con una GPU Radeon basada en la arquitectura RDNA de segunda generación, aunque tampoco podemos descartar que se trate de una versión «1.5», es decir, de una solución a medio camino entre la generación actual y aquella.
¿Quedarán obsoletas las tarjetas gráficas sin trazado de rayos?
Creo que vamos a afrontar una transición parecida a la que vivimos cuando llegó la tecnología T&L (transformación e iluminación, por sus siglas en inglés). La implantación del trazado de rayos va a adquirir una importancia cada vez mayor y será más marcada cuando se produzca la llegada de las consolas de nueva generación, pero no se impondrá como un requisito indispensable para la mayoría de los juegos hasta dentro de unos años.
No puedo daros una fecha exacta porque al final todo dependerá del empuje de los desarrolladores y de otras partes interesadas, pero estoy seguro de que la consagración del trazado de rayos se completará con la nueva generación de consolas, es decir, que en la recta final del ciclo de vida de PS5 y Xbox Scarlett sí será realmente una locura comprar una tarjeta gráfica sin aceleración por hardware de dicha tecnología.
Bien, ¿y quiere esto decir que las tarjetas gráficas que no soporten trazado de rayos quedarán obsoletas? Sin duda, no ocurrirá de una manera súbita, y desde luego las tarjetas gráficas sin aceleración de trazado de rayos podrán tirar de potencia bruta para mover juegos que obliguen a ejecutar dicha tecnología (en aquellos que no sea obligatoria bastaría con desactivarla), pero al final se acabará imponiendo.
Es simple evolución, nada que no hayamos vivido en ocasiones anteriores. Ya hemos citado el ejemplo de la tecnología T&L, pero también hemos pasado por otras transiciones muy marcadas que hicieron que las tarjetas gráficas anteriores acabaran quedando «obsoletas» casi al instante. ¿Creéis que exagero? En absoluto, recordad lo sucedido con la llegada de la arquitectura de shaders unificados.
Sé que es probable que te preguntes si deberías decidirte a comprar entonces una tarjeta gráfica que no tenga soporte de trazado de rayos por hardware, y mi respuesta es un «depende». Lo ideal ahora mismo es esperar a ver qué pasa cuando lleguen PS5 y Xbox Scarlett, pero si no puedes (o no quieres) hacerlo lo mejor es que repases nuestra guía de compras de tarjetas gráficas y elijas la que mejor se ajuste a tu presupuesto, sin más.
Puede parecer contradictorio, pero como he indicado la imposición del trazado de rayos no ocurrirá a corto plazo, sino más bien en la etapa final del ciclo de vida de PS5 y Xbox Scarlett (dentro de unos cinco o seis años), y puede que para entonces ya estés pensando en volver a cambiar de tarjeta gráfica.
Notas finales: ¿qué debo sacar en claro?
Todas las tarjetas gráficas de gama media que estén por debajo de una Radeon RX 5700 (hasta la GTX 1060-RX 570) seguirán ofreciendo un buen rendimiento en juegos, no quedarán obsoletas de forma súbita y serán perfectamente viables en resoluciones 1080p, especialmente durante la época de transición en la que PS5 y Xbox Scarlett coexistirán con PS4 y Xbox One.
Cuando el proceso de transición avance y se complete el salto a la nueva generación de consolas vamos a tener un escenario muy distinto. Recordad lo ocurrido con PS4 y Xbox One, en su debut las GTX 460 y Radeon HD 5850 con 1 GB eran capaces de ofrecer una buena experiencia incluso en juegos con resolución 1080p, y ahora mismo para mover juegos en dicha resolución con un buen nivel de calidad gráfica y fluidez necesitamos contar con una GTX 970 o una Radeon RX 470 de 4 GB como mínimo.
Los juegos de nueva generación que moverán PS5 y Xbox Scarlett van a representar un salto importante tanto en complejidad gráfica (carga geométrica, peso de las texturas, efectos gráficos, étc) como en animaciones, inteligencia artificial y amplitud de los mundos. Todo esto va a hacer, en conjunto, que se incrementen de forma significativa los requisitos de memoria RAM, CPU y GPU.
Teniendo en mente todo lo que hemos expuesto hasta ahora tengo claro que las GTX 970-Radeon RX 470 y sus equivalentes directos podrían acabar por convertirse en los requisitos mínimos de esa nueva generación, y que todo lo que quede por debajo de ellas podrá ser considerado como «obsoleto», en el sentido de que no serán capaces de ofrecer una fluidez mínima manteniendo una calidad gráfica pasable.
Por contra a partir de una GTX 1070-Radeon RX Vega 56 con 8 GB de memoria gráfica deberíamos poder afrontar la transición a la nueva generación con ciertas garantías, aunque el mínimo recomendable arrancará en las RTX 2060 Super y Radeon RX 5700 XT. Sé lo que estáis pensando, ¿necesitaremos una tarjeta gráfica más potente que la que montarán ambas consolas? Sin duda, y la explicación ya la conocéis de sobra, los desarrollos se centran y se optimizan para las consolas, lo que en la mayoría de los casos hace que un mismo juego acabe siendo más exigente en compatibles.
Si tienes tarjetas gráficas de generaciones anteriores, como una GTX 780 Ti o una Radeon R9 290 ten en cuenta que llegas por los pelos a ese nivel mínimo que hemos dicho, aunque la primera utiliza una arquitectura que está envejeciendo terriblemente mal (Kepler) y puede que el salto que marcarán PS5 y Xbox Scarlett sea el clavo definitivo en su ataúd. Las GTX 960, Radeon R9 380X e inferiores deberían acabar quedando «obsoletas» tras la llegada de la nueva generación, especialmente los modelos limitados a 2 GB de memoria gráfica.
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