GRID, carreras sin complicaciones

Como ocurre con otros géneros, los videojuegos de conducción han ido ganando complejidad con los años y cada vez es más complicado dar con un título donde prime la diversión inmediata y la espectacularidad por encima de cualquier otro factor. Esta es la apuesta de GRID, un título que hemos disfrutado durante unos días y que nos deja buenas sensaciones.

La nueva apuesta de Codemasters comienza poniéndonos a los mandos de vehículos espectaculares en cuatro escenarios míticos, sin tediosas escuelas de conducción ni decenas de reglajes a ajustar: acelerador, conducción agresiva y maniobras de alto riesgo serán nuestro particular “tutorial” al mundo que propone GRID.

GRID busca el delicado equilibrio entre el arcade más puro y una simulación ligera (nada que ver con propuestas como Project Cars, Dirt Rally o Asseto Corsa, por citar dos ejemplos), ofreciendo al jugador un reto suficiente como para dedicar un buen número de horas y eliminando la empinada curva de dificultad que caracteriza a otro títulos.

Para conseguir, el juego apuesta por una simulación física relajada (algo menos si subimos el nivel de dificultad y desactivamos algunas ayudas, como en intrusivo control de tracción) que perdona muchos errores e invita al jugador a estar siempre “en la pomada”. La posibilidad de rebobinar, la generosa tolenrancia a los choques o el comportamiento casi suicida de los rivales convierten cada carrera en un espectáculo más propio del cine que de una competición deportiva.

La excusa para ponernos al volante es una competición que combina eventos con superturismos, coches de serie, históricos, Muscle Cars y modificaciones de todo tipo hasta alcanzar las 60 pruebas divididas en 12 regiones diferentes. En total unas 108 carreras con truco: la repetición de pistas puede terminar por aburrir.

A nivel técnico la tercera generación de EGO Engine roza la excelencia, manteniendo los 60 frames en casi cualquier situación. En PS4 Pro, la plataforma donde lo hemos probado, solo hemos notado alguna “rascada” cuando se juntan los 16 vehículos de la carrera (normalmente en la salidas) y además hay algún efecto meteorológico activado. Nada grave ni que influya en la jugabilidad, en términos generales.

Una IA que no perdona

Uno de los aspectos más trabajados por Codemasters son las consecuencias que tiene nuestro comportamiento en carrera. Un adelantamiento por el interior o una trazada imprevista nos permitirá superar a un rival, pero también ganarnos un enemigo (némesis, en términos del juego) que hará todo lo posible por devolvernos la jugada.

Además, podemos comunicarnos con nuestro compañero de equipo vía radio y jugar con ciertas opciones estratégicas, como pedirle que haga de “tapón” o mandarlo al ataque si le vemos con oportunidades de hacerlo mejor que nosotros.

Mi recomendación es subir el nivel por defecto a “Difícil” , activar daños y desactivar el control de tracción (o dejarlo al mínimo). Con esta configuración el reto sube muchos puntos y pasamos de un arcade total a un punto medio realmente divertido y que premia la buena conducción y la toma de riesgos cuando es necesario.

Conclusiones

GRID no inventa nada, pero tiene su hueco entre los aficionados a las carreras que busquen algo más ligero a lo que estamos habituados y que sea divertido incluso para jugar “a ratitos”.

En el lado negativo un poco carrera con muy poca personalidad y la apuesta por contenido adicional en forma de DLC y temporadas, que no gustará a todo el mundo. Notable y recomendable para cualquier aficionado al género.