Cinco cosas que reducen la velocidad de tu conexión Wi-Fi
La velocidad de una conexión Wi-Fi depende de muchas cosas. No hay duda de que el servicio que tengamos contratado con nuestro proveedor y el router determinarán el valor máximo que podremos alcanzar, pero este puede reducirse de forma significativa por diversas razones.
Hace unas semanas descubrimos cinco cosas que pueden destruir casi por completo nuestra conexión Wi-Fi, y hoy vamos a conocer otras cinco que tienen un impacto menos rotundo pero que pueden llegar a reducir de forma significativa la velocidad de nuestra red Wi-Fi.
En cada apartado os dejaremos una solución que os permita resolver de una manera sencilla el problema en concreto. Hay casos en los que podremos salir del paso sin tener que gastar dinero, pero también hay otros en los que la mejor opción es realizar una pequeña inversión si queremos mejorar, de verdad, la velocidad de nuestra conexión.
1.-La distancia afecta al rendimiento de tu conexión Wi-Fi
Ya hemos dicho en varias ocasiones que los objetos, los muros y los electrodomésticos pueden afectar al alcance y a la velocidad de la conexión Wi-Fi, y lo mismo ocurre con la distancia.
Las ondas de radio que emite un router para crear una red Wi-Fi se van debilitando al recorrer grandes distancias, incluso aunque no encuentren ninguna barrera en su camino, así que cuanto más lejos estés de la fuente que emite dichas ondas más lenta será la conexión.
No hay una regla definitiva ya que el alcance de una conexión inalámbrica depende de muchas cosas, como la potencia de las antenas del router por ejemplo, pero la diferencia de velocidad entre estar a uno o dos metros del router y alejarse a tres o cuatro metros puede llegar a ser de hasta un 50%.
Solución: lo más sencillo y efectivo si no queremos gastar dinero es colocar el router en una posición central, ligeramente elevada y orientar bien las antenas. Si aún así la experiencia no es buena debemos considerar la compra de repetidores Wi-Fi.
2.-El modo de bajo consumo de tu router
Muchos routers vienen con un modo de bajo consumo perfectamente ajustado que permite disfrutar de una buena experiencia de uso en todo momento, pero hay otros que sacrifican alcance y rendimiento a cambio de un pequeño ahorro energético.
Si quieres cubrir un espacio relativamente pequeño y no tienes problemas con la velocidad de tu conexión Wi-Fi puedes saltar directamente este punto, pero en caso contrario ten en cuenta que el modo de bajo consumo puede ser el culpable de que tu conexión inalámbrica funcione con lentitud en una zona en la que debería ir bien.
Con este modo el router consume menos energía, pero a cambio la señal inalámbrica puede perder potencia y tener un alcance menor, lo que se traducirá en un rendimiento por debajo de lo esperado.
Solución: simplemente deshabilita el modo de bajo consumo entrando en las opciones de configuración de tu router.
3.-El ruido de la placa base afecta a la conexión Wi-Fi
Si te conectas a Internet vía Wi-Fi y utilizas una solución de red integrada en la placa base de tu PC o portátil debes tener presente que, en algunos casos, el ruido eléctrico que se genera en la placa base puede afectar a la velocidad de tu conexión.
Es un problema que, con el paso de los años, ha sido superado casi por completo y que en equipos actuales casi no se produce, pero en equipos relativamente antiguos, y especialmente en portátiles que tienen unos años encima, puede llegar a marcar una diferencia importante.
Si tu conexión a Internet funciona bien, tienes todo configurado de forma correcta y estás cerca del router pero tu conexión no funciona como cabría esperar deberías considerar este apartado como posible problema.
Solución: el método más simple es comprar un adaptador de red externo, por ejemplo uno que se conecte por USB 3.0, requiere una pequeña inversión, pero al tratarse de un problema a nivel de placa base es la única opción verdaderamente efectiva.
4.-La orientación de las antenas
Es una cuestión tan básica que muchas veces no le damos la importancia que merece, y no me refiero únicamente a las antenas del router, sino también a las antenas que traen algunos equipos con soluciones de red integradas para mejorar la experiencia de uso al conectarnos vía a Internet vía Wi-Fi.
La colocación del router es importante, pero también lo es la orientación de las antenas. En aquellos routers que cuentan con antenas externas debemos orientarlassiempre hacia arriba y efectuar una ligera inclinación en función de las zonas que queramos cubrir.
Por ejemplo, si tenemos el router en posición central y este tiene dos antenas externas es buena idea orientar una ligeramente hacia la izquierda y la otra ligeramente hacia la derecha. En caso de que tengamos un PC o portátil con antenas externas también podemos orientarlas hacia el router.
Solución: Como hemos dicho la clave está en jugar con las antenas. En caso de que tu router o tu equipo no tenga antenas externas la colocación de ambos será fundamental. Algunos modelos admiten antenas externas, una opción más económica, en muchos casos, que comprar un repetidor Wi-Fi.
5.-El firmware también influye
Muchos usuarios creen que el firmware no afecta realmente al rendimiento de su conexión Wi-Fi, o que su impacto es marginal, pero la realidad es muy distinta. Incluso aunque compres un router nuevo es probable que este no venga actualizado, o que traiga una versión que que ha sido superada recientemente, así que es recomendable que busques actualizaciones desde el primer minuto.
El firmware del router se encarga de hacer que todo funcione, y esto permite a los fabricantes introducir mejoras que afectan no solo a la seguridad y a la interfaz de usuario, sino también al rendimiento y a la calidad de la conexión. AVM, por ejemplo, renueva de forma constante su sistema operativo FRITZ!OS e introduce nuevas funciones que mejoran de forma notable sus posibilidades.
Un router desactualizado puede acabar dando problemas, sobre todo cuando vamos actualizando el sistema operativo del equipo y otros componentes, así que tenedlo muy en cuenta.
Solución: lo mejor es ir directamente a la web del fabricante de nuestro router y buscar actualizaciones sin que el sistema operativo de nuestro equipo actúe como intermediario.