Nuestros lectores hablan: ¿Cuál ha sido la peor tarjeta gráfica que has tenido?
Es una pregunta difícil, sobre todo para los que llevamos varias décadas utilizando ordenadores. Elegir la peor tarjeta gráfica de todas las que hemos tenido requiere tirar de memoria, pero también es importante ponerla en contexto, tener claro cuánto nos costó, qué podíamos encontrar en el mercado en su momento por ese precio y qué experiencia tuvimos con ella en general.
Por suerte todavía recuerdo al dedillo todas y cada una de las tarjetas gráficas que he tenido, y también aquellas que tuve la oportunidad de probar o de utilizar durante un tiempo, y para bien o para mal no me faltan candidatos a peor tarjeta gráfica «de toda mi vida», o al menos de los años que llevo «a cuestas».
Hagamos una lista de finalistas para darle un poco de emoción. Mi primer PC propio, un Pentium a 133 MHz, venía con 16 MB de RAM, un HDD de 1,2 GB y una modesta tarjeta gráfica SVGA SiS con 1 MB de memoria. No era una mala tarjeta gráfica en sí misma, pero la tuve en un momento en el que la aceleración 3D ya empezaba a ser clave, así que no tuve más remedio que cambiarla a los pocos meses por una S3 3D Virge de 2 MB que luego amplié a 4 MB. El presupuesto no me daba para comprar una Voodoo 1 que, si no recuerdo mal, rondaba las 40.000 pesetas (unos 240 euros), así que tuve que comprar aquella por 8.000 pesetas (unos 48 euros).
Aunque no lo parezca fue todo un acierto, ya que me permitió jugar a títulos como Resident Evil 1 y 2 con aceleración 3D (Direct3D) activada y disfrutar de una experiencia relativamente buena. Recuerdo que había errores gráficos en las transparencias debido a la limitada aceleración 3D que tenía la S3 3D Virge, pero «me hizo un mundo» para lo que me costó. Dejamos, por tanto, a la SiS de 1 MB como candidata número uno.
La segunda candidata es la GeForce FX 5200 Ultra de 128 MB, una tarjeta gráfica con la que acompañé en su momento a un Pentium 4 a 2,8 GHz con 512 MB de RAM, que luego amplié a 1 GB. Fue una mala compra, no me importa reconocerlo. En aquella época (principios del año 2000) no teníamos tanta información como ahora, así que era fácil cometer errores de este tipo. A nivel de soporte podía mover todos los juegos de la época, ya que era compatible con DirectX 9 (aunque de forma limitada), pero su rendimiento era muy pobre, tanto que recuerdo que apenas podía mover DOOM III en 640 x 480 con calidad media (mi monitor tenía una resolución de 1.024 x 768 píxeles).
Al final la cambié por una GeForce 6600 GT de 256 MB y la diferencia fue enorme. DOOM III funcionaba sin problemas en 1.024 x 768 píxeles con calidad alta, y hasta pude jugar a Quake 4 sin problemas. Sin duda una de las mejores tarjetas gráficas que he comprado.
La tercera candidata es la Radeon HD 2400 Mobility, una tarjeta gráfica que utilicé durante años en un portátil LG R200 Chocolate, acompañado de un procesador Core 2 Duo T7200 y 2 GB de RAM. Quería esquivar la malísima Radeon X2300 que montaba también este modelo para poder disfrutar de juegos sencillos, como Guild Wars, pero no logré el resultado que esperaba. Fue una decepción total.
Bien, con las candidatas encima de la mesa tengo claro cuál es la que merece convertirse en la peor tarjeta gráfica que he tenido hasta el momento, la Radeon HD 2400 Mobility. Sí, sé que es un modelo de gama baja para portátil y que no podemos pedirle peras al olmo, pero como dije la experiencia fue peor de lo que esperaba. La GT 740M, un modelo de gama baja que tengo en mi portátil Lenovo, me ha dado, por contra, muchísimas alegrías.
Ahora os toca a vosotros, ¿cuál ha sido la peor tarjeta gráfica que habéis tenido? Los comentarios son vuestros. Si estáis buscando tarjeta gráfica os recuerdo que podéis consultar esta guía donde repasamos cinco modelos que no debemos comprar, y cinco que sí.