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Análisis

Opel Corsa GSI, chispa

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¡Está vivo! ¡Vivo! Henry Frankenstein (El doctor Frankenstein, 1931)

Te vi y te seguí con la mirada. No hice ni un ruido, parecías andar con prisa así que comencé a seguirte procurando que no me vieras. Enseguida aceleraste y pronto ibas muy deprisa para un paseo por la playa, incluso me costó seguirte aunque tuvieras esas piernas cortas y torcidas, aunque tratabillaras cada dos por tres y respirases afanosamente. Pero seguías corriendo y yo me mantuve detrás. Creo que tu olor fue lo que más me atrajo de ti, lo capté a mucha distancia, como siempre y enseguida te vi. Creo que podría haberte alcanzado, sobre todo al principio, pero aumentaste el ritmo, respirando cada vez con más dificultad y mantuve la distancia. Observando. De repente decidiste correr tierra adentro y por un momento me detuve a mirar esas huellas que dejabas en la arena.

Pero aún estaba lo bastante cerca para que tu olor me llegara llevado por la brisa que devolvía las olas al mar. Miré a mi alrededor. El sol se estaba poniendo mar adentro tiñendo todo de rojo. Qué adecuado. Me dispuse a seguirte, sin prisa pero manteniendo las distancias. Escuché cómo tropezabas rompiendo las ramas de los matorrales y rasgando la tela de tus pantalones. Tomé un pequeño rodeo sobre las dunas para evitar rozarme contra las mismas ramas. Sin perderte de vista. Empezaste a mirar hacia atrás, pero no me viste porque estaba sobre las dunas. Entonces te desplomaste sobre una piedra que sobresalía sobre el mar de matorrales y te pusiste a llorar. Tu olor me llegó entonces más fuerte, agaché la cabeza y me adentré en los matorrales procurando no tocarlos, deslizándome bajos sus ramas. Y cuando te tuve cerca salté sobre ti con un rugido. Y entonces por un instante pude oler tu miedo.

Ya hemos hablado en otras ocasiones de la edad de oro de los coches compactos deportivos, un tipo de vehículo pensado para la diversión, para proporcionar las sensaciones de conducir un deportivo sin tener que desembolsar grandes cantidades de dinero. La idea es sencilla: se cogía un utilitario o compacto, se incorporaba un motor más potente (o se modificaba un motor de serie) y se retocaban suspensiones y otros elementos para darle un comportamiento más dinámico. Y por supuesto se modificaba la carrocería para transmitir esa deportividad al exterior. En algunos casos el retoque era discreto, un faldón y alerón trasero y poco más. En otros casos las modificaciones eran profundas y se llegaba a revolucionar también el aspecto interior con volantes deportivos, pedales en aluminio…

Ficha técnica

La misión del equipo de ingenieros y diseñadores a los que se les encomendaba la tarea, que seguramente se divertirían mucho con ella, era transformar un coche práctico en un juguete. Y hay verdaderos coches míticos que nacieron de estas especies de laboratorios del doctor Frankenstein en los que se juntaban piezas para dar nueva vida a estos modelos. Uno de los ilustres miembros de esta saga de deportivos asequibles era sin duda el Corsa GSI, un modelo que fue lanzado por primera vez en 1987 y que Opel ha seguido fabricando hasta ahora con esta última generación de Corsa.

Lo miran

Una de las características principales de los miembros de esta selecta familia con abultado pedigrí es el de no pasar desapercibido y el Corsa GSI que hemos tenido la ocasión de probar cumple perfectamente con este requisito. El color amarillo intenso llama la atención de por si, pero hay muchos elementos que hacen que no apartemos la mirada. El frontal luce una toma de aire adicional en el capó (apostaríamos que no funcional), rejilla del radiador en red denido de abeja, embellecedores en color metálico para las luces antiniebla y faldón / spoiler delantero.

En la parte trasera lo que más sobresale es el gran spoiler en la parte de arriba del portón que sube con el mismo cuando lo abrimos para acceder al interior. Redondean el diseño de este Corsa las pinzas de color rojo. En realidad se trata de una carrocería idéntica a la del modelo OPC que pudimos probar pero con una sola salida de escape, quizás para transmitir que el GSI es una versión más «tranquila» aunque con planteamiento igualmente deportivo. Ahora que el OPC ha salido del catálogo de Opel el GSI se ha quedado como la versión más extrema de este utilitario.

El aspecto en general es agradable porque guarda un buen equilibrio entre los guiños a la deportividad y mantener el aspecto de un vehículo urbano más discreto. Quizás el detalle que más salta a la vista es el alerón trasero que sobresale mucho en la parte posterior y que tiene una función eminentemente decorativa. Y no podemos dejar de decir que el tono amarillo de la carrocería nos ha parecido una buena elección para este tipo de coche que en el fondo busca llamar la atención…

En el interior se mantiene el mismo espacio y las mismas características que las que vimos en el OPC. Al igual que en aquella versión del Corsa, el coche está pensado sobre todo para que conductor y acompañante vayan cómodos con dos asientos deportivos de la marca Recaro muy cómodos y con sobresaliente sujección lateral y por la comodidad del acceso gracias a las grandes puertas que dejan mucho espacio para acceder. Eso a pesar de que el coche es bajo y tendremos que inclinarnos más que en otras versiones.

Interiores

En el interior los acabados son bastante buenos y se han añadido muy pocos detalles para subrayar el caracter deportivo de esta versión como los pedales en aluminio o el volante. Por lo demás podríamos estar dentro de un Opel Corsa cualquiera. Y eso no es poco, ya que el interior tiene un buen nivel de acabados para ser un utilitario y una pantalla con buena visibilidad con el eficaz sistema de información y entretenimiento que proporciona Opel.

La verdad es que quizás se echan de menos más detalles de deportividad como un cuentarrevoluciones y tacómetro de diseño especial y algún pespunte en color de la carrocería o en rojo, por ejemplo, pero eso es ya cuestión de gustos. Por lo demás el diseño sobrio y práctico del interior cumple perfectamente con el cometido y todos los mandos están a mano y su funcionamiento es intuitivo.

Difícil atrás

En la parte de atrás el acceso es algo más dificultoso, aunque los asientos Recaro se pliegan sin problemas no dejan tanto espacio como otros modelos de tres puertas. A pesar de eso detrás se puede viajar bastante cómodos, siempre que no invitemos a un tercero a que nos acompañe. Cabrá pero el espacio entonces es algo más sacrificado. También es algo justo el espacio para los pies pero en conjunto podremos acoger pasajeros sin demasiados problemas aunque la visibilidad delantera de estos se verá reducida por los asientos de la parte delantera.

El maletero tiene el mismo tamaño que el del Corsa de serie, con la salvedad del alerón que se levantará cuando abramos el portón por lo que abrá que tener cierto cuidado. Noi se trata de un espacio de almacenaje sobresaliente en tamaño pero con una forma regular muy aprovechablle en la que podremos meter compras y equipaje para viajes cortos que nos permitan de disfrutar del carácter del coche. Y a eso nos disponemos en la siguiente fase de la prueba.

Start

El arranque de este tipo e coches es un momento importante y lo solemos hacer una vez con la puerta abierta y otra con la puerta cerrada. Y la razón no es otra que uno e los ingredientes fundamentales de este tipo de modelos es sin duda la música, el sonido que hace el motor a través del tubo de escape. Y he de decir que el que emite el GSI no es el más rabioso que he podido escuchar pero es agradablemente ronco y por lo tanto con suficiente carácter. Con la puerta cerrada y aunque aceleremos hasta rojar la zona roja el sonido que se filtra no es demasiado. El coche está bastante bien insonorizado, quizás demasiado para el que le guste disfrutar del mencionado sonido del escape.

Al volante del GSI el caracter deportivo se deja notar, aunque hay que esperar a que el motor alcance las 2.000 revoluciones par sentir realmente un empuje que pueda definirse como deportivo. Esto nos permite, por ejemplo en ciudad o para mantener velocidades de crucero en autopista, dejar tranquilo el felino salvaje que lleva dentro este pequeño Corsa y conducir tranquilos y con más confort de marcha.

Pero basta jugar con el cambio para sacar su lado más travieso sentir toda la personalidad de este compacto alemán. Es cierto que el empuje del OPC es mucho mayor, pero también más brusco, por lo que este GSI quizás es más indicado para personas que quieran un carácter deportivo algo más rebajado y bajo control. Y por otro lado la diferencia de 50 caballos, que son muchos, no es tan notable y podemos sacarle mucho partido al Corsa GSI (sobre todo si no cargamos demasiado el coche).

Las suspensiones son lo bastante firmes como para mantener la compostura en cualquier tipo de curva a buena velocidad pero han sido diseñadas también para ser cómodas en carretera por lo que no sentiremos tanto los baches como en otras versiones extremas que han endurecido más el tarado de las mismas. Redundando en nuestra impresión del motor el GSI nos ha parecido en sus reacciones al volante un coche muy divertido pero fácil y que no pone nunca en dificultades al conductor por muy alegre que se sienta ese día.

Beber, bebe pero…

En el apartado de consumos y como suele ser habitual en este tipo de coches hay una gran diferencia entre un día tranquilo en autopista que otro en el que nos invada un espíritu más revoltoso. Si lo que queremos en ahorrar combustible (quizás para llegar con la mayor cantidad de gasolina posible a la carretera con curvas que nos espera para divertirnos) podemos mantener los consumos incluso por debajo de los seis litros. Si en cambio exigimos al motor… el consumo sube mucho desde luego.

El comportamiento del coche corresponde a un vehículo muy ligero con un motor potente y bien calibrado para su uso deportivo. Si cargamos el coche penalizaremos bastante este comportamiento. Esa es una de las grandes diferencias con versiones que equipan motores con más potencia y par, como el mencionado OPC (que por otro lado es más pesado).

Conclusiones

Este Corsa GSI es todo un juguete por dos razones: es divertido y fácil de utilizar. Y es una combinación de las dos cosas, es decir, por querer divertirnos con él no se complica su manejo por lo que la diversión es doble. Hay conductores que prefieren coches más enérgicos y duros que transmiten más sensaciones a costa de que el conductor tenga que poner más de su parte, pero esos tiempos parece que han cambiado y gracias en parte a la ayuda de la electrónica podemos disfrutar de coches con personalidad, divertidos pero como decimos fáciles de llevar.

Este corsa además puede llegar a ser un coche práctico ya que esta motorización algo menos extrema y una configuración algo menos deportiva permite por un lado contener los consumos (si somos cuidadosos) y por el otro viajar muchos kilómetros sin notar demasiado los baches y defectos de la carretera. En fin, todo un éxito en lograr el difícil compromiso entre deportividad y practicidad.

Valoración Final
7.9 NOTA
NOS GUSTA
Aspecto y carácter deportivo
Buenas prestaciones
A MEJORAR
Faltan algunos detalles en el interior
Menos potente que otros rivales
RESUMEN
El Cosra GSI es un compacto deportivo para todos los públicos, con carácter suficiente para arrancar una sonrisa pero lo suficientemente civilizado para ser conducido por cualquiera sin riesgos ni sobresaltos
Prestaciones8.5
Diseño9
Consumo6.5
Confort7.5
Sistema de infoentretenimiento8

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