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Google y la fragmentación en Android, un problema «imposible» de superar
Durante el primer día de la Google I/O 2019 el gigante de Mountain View aprovechó para anunciar la beta 3 de Android Q, un sistema operativo que sucederá a Android P, y que estará disponible en versión final en algún momento del tercer trimestre de este mismo año.
Siempre que hablamos de Android y de fechas de lanzamiento hay que tener claro que esto no quiere decir que no nos referimos a un despliegue general, sino limitado a una serie concreta de smartphones y tablets. Esto se debe principalmente a dos grandes razones:
- Muchos fabricantes añaden capas de personalización a Android, lo que obliga a desarrollar una versión adaptada que normalmente llega varios meses después.
- Los smartphones basados en dicho sistema operativo tienen un soporte limitado, en general, a dos años (tres de años de actualizaciones de seguridad). Esto significa que un terminal tope de gama de 2016 ya no recibe nuevas versiones de Android, a pesar de que sigue siendo perfectamente viable para cualquier usuario medio.
Dejar en manos de fabricantes y vendedores las actualizaciones a nivel de sistema operativo y esa obsolescencia programada a nivel de software han dado forma a un escenario caótico que podemos ver perfectamente ilustrado en el cuadro adjunto.
Hace poco vimos que Google llevaba mucho tiempo sin actualizar los datos de cuota de mercado de las diferentes versiones de Android, algo que nos hizo pensar que la compañía de Mountain View estaba evitando mostrar una imagen de fragmentación absoluta, y hoy podemos confirmar que esos malos augurios no iban desencaminados.
Han pasado casi cuatro años desde que fue anunciado, y a pesar de ello Android M se mantiene como la versión más utilizada. La cuota de mercado en general está muy repartida, y resulta muy llamativo ver que versiones tan antiguas como Android KitKat y Oreo, lanzadas respectivamente en 2013 y 2014, todavía mantengan porcentajes tan elevados.
Esto tiene una explicación que confirma lo que ya hemos comentado anteriormente, esa obsolescencia programada vía software. Muchos usuarios todavía mantienen smartphones que dejaron de recibir actualizaciones a nivel de sistema operativo hace unos años.
¿Puede Google resolver el problema de la fragmentación en Android?
Es muy complicado. Incluso recurriendo a un despliegue oficial a través de la Play Store o potenciando sus acuerdos con fabricantes y vendedores el mercado de terminales basados en Android es tan enorme y presenta tantas particularidades que se perfila, por desgracia, como un objetivo imposible.
Faltan unos pocos meses para que llegue la próxima gran versión del popular sistema operativo de Google, y según los datos oficiales de la compañía hasta el pasado 7 de mayo Android P apenas estaba instalado en un 10,4% del total de dispositivos basados en dicha plataforma.
Cuando esté disponible Android Q la situación habrá mejorado, pero casi todos los terminales lanzados en 2016 y buena parte de los que llegaron en 2017 no recibirán dicha versión, así que la fragmentación no hará más que empeorar.
Es un tema complejo pero interesante, así que os invito a que nos digáis en los comentarios qué medidas creéis que debería tomar Google para acabado con la fragmentación en Android.
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