Esta inteligencia artificial puede predecir y prevenir robos

Cuando hablamos de Inteligencia Artificial, una de las primeras diferencias que surgen frente a la mentalidad humana es el hecho de que no pueden procesar sentimientos. Sin embargo, esto no parece impedirlas ser capaces de leer e interpretar nuestros comportamientos mejor que nosotros mismos, pudiendo llegar incluso a predecir nuestras acciones.

Esto es lo que nos plantea Vaak, una pequeña startup japonesa que ha desarrollado una inteligencia artificial capaz de detectar cuándo se va a producir un hurto o robo en un establecimiento, incluso antes de que este se produzca.

Su funcionamiento es relativamente simple: sin la necesidad de realizar ninguna instalación, y a través de las propias cámaras de seguridad, lee y analiza los gestos y micro-expresiones que delatan inquietud, nerviosismo, o comportamientos que resalten como sospechosos.

De esta manera, se analizan desde la edad aproximada del individuo, los objetos que lleva consigo, el tiempo que pasa dentro del establecimiento, cada una de sus acciones, e incluso el tiempo que le lleva la realización de las mismas, todo para ofrecernos un porcentaje a tiempo real sobre su potencial de «peligrosidad».

Y es que aunque parezca de locos, ya el año pasado esta inteligencia artificial fue crucial para ayudar a atrapar a un ladrón en la ciudad de Yokohama, donde el software estaba siendo sometido a una prueba de campo en una pequeña tienda.

Este tipo de medidas que en occidente podríamos considerar algo abusivas, sin embargo forman parte ya del día a día de los grandes países asiáticos. La semana pasada os hablábamos del caso de China, que tras la implantación de su polémico sistema de valoración de ciudadanos, sorprendió al mundo con la noticia de vetar a más de 5 millones de personar para usar los transportes, debido a su bajo crédito social.

Más allá de tratarse de una sociedad basada en un modelo dictatorial comunista, cada vez son más los casos fuera de la ciencia ficción en los que nos enfrentamos a esta mentalidad de un «Gran Hermano» que nos vigile y controle de forma constante.

Por el momento sólo cabe esperar que este tipo de herramientas se usen de manera ética y controlada, aunque en lo personal, preferiría que a diferencia del muchos otros productos asiáticos, este no acabe expandiéndose al resto del mundo.