Raspberry Pi con RetroPie: respuesta a la guerra de Nintendo contra las ROMs
Raspberry Pi con RetroPie es una solución ideal para quien busque crearse una consola retro propia y una respuesta de los usuarios enfadados con las compañías que como Nintendo se han embarcado por motivos comerciales en una guerra contra los principales portales de ROMs.
Las consolas retro están de moda y compañías como Nintendo pretenden vender unidades por millones. La estrategia pasa por fulminar los portales de ROMs que a su juicio le hacen competencia con demandas multillonarias como las interpuestas recientemente contra LoveROMS.com / LoveRETRO.co y EmuParadise. Nintendo está en su derecho con las leyes actuales. Los emuladores no son ilegales, pero sí ejecutar en ellos juegos protegidos por copyright.
El aspecto ético es otra cosa. Tener el derecho legal no necesariamente lo hace moralmente correcto y algunas estrategias pueden reducir la reputación de una marca. Una editorial de PCWorld critica duramente la estrategia de Nintendo desde su mismo titular: «La ridícula guerra de Nintendo en ROMs amenaza la historia de los videojuegos». El artículo explica como la comunidad de emulación ha jugado (y juega) un papel crucial en la preservación de la historia de los juegos.
«La emulación ha salvado miles de juegos durante décadas y nadie ha dado un paso adelante con una alternativa. Ni Nintendo, ni nadie», aseguran. Si la emulación persiste, se debe a un fallo de los verdaderos titulares de los derechos, no de la audiencia. Nintendo ha visto -ahora- un filón en los juegos retro y tiene intereses comerciales que impulsar. Ese es el único motivo para la guerra contra las ROM, que, entre tú y yo, es una batalla perdida porque el cierre de tres portales no impide la circulación del software en Internet y los aficionados saben perfectamente donde encontrarlas.
Raspberry Pi con RetroPie
El usuario tiene alternativas para crearse su propia consola retro y no tener que seguir estrategias comerciales. Hay muchísimos juegos gratuitos y otros pocos protegidos, pero distribuidos legalmente que se pueden utilizar. Para el resto de ROMs, cada usuario tendrá que decidir. No somos ambiguos en este punto: el uso de software protegido por derechos de autor (ROMs incluidas) es ilegal.
En este punto, si te interesa una consola retro, ¿porqué no te la creas tú mismo y de paso le añades mayor potencial sumando otros emuladores y más juegos del número limitado que incluyen los fabricantes en sus consolas? Una Raspberry Pi, el desarrollo que lidera la categoría de mini-computadoras de “placa única” (SBC), es un componente ideal para cualquier proyecto, también como consola retro si utilizamos un software como RetroPie que está destinado específicamente a la creación de consolas retro bajo Raspberry Pi. Repasamos su creación con base en un proyecto de Ars Technica, entre los centenares que puedes encontrar en Internet.
Hardware necesario
La base a utilizar una Raspberry Pi 3, la versión más potente de este desarrollo y la primera que incluyó un chipset con procesador de 64 bits, un Broadcom BCM2837 basado en ARM Cortex A53, con cuádruple núcleo. Puedes comprarla en los distribuidores oficiales británicos o desde Amazon, con entrega en un día en España para premium por 36 euros.
Para este proyecto, es ideal cubrir la placa con un chasis adecuado. Tienes una infinidad de soluciones, desde la oficial Raspberry Pi 3 Case a otras, como esta YIKESHU NESPI CASE + que se asemeja a una retro de Nintendo. Hay cajas desde unos cuantos euros.
También nos hace falta una tarjeta microSD que como mínimo tiene que ser de 8 Gbytes de capacidad. Están baratísimas. Cuánto más grande, mayor podrá ser la colección de juegos a alojar. Si estás empezando con proyectos Raspberry Pi y como además necesitas un adaptador de 5V 2.5A micro USB, yo te recomendaría directamente queadquieras un kit completo para empezar. Puedes comprar un Raspberry Pi 3 Official Desktop Starter Bundle (8GB, White) por 68 euros.
En el apartado hardware nos faltaría el controlador. Los gamepads Buffalo Classic USB son uno de los recomendados por poco más de 20 euros, aunque tienes un montón. Retropie soporta otros mandos modernos y más antiguos que también puedes emplear. Una vez que tengamos todos los componentes hardware, el ensamblado es un juego de niños si utilizamos el chasis oficial, dividido en cinco piezas separadas para montaje por cualquier usuario.
Software para la consola retro
El apartado de preparación del software es algo más complicado, pero nada que no pueda hacer un usuario de nivel medio o alguien que empiece con ganas y tiempo. Como en cualquier proyecto Raspberry Pi (la placa no tiene almacenamiento interno) necesitaremos cargar el sistema operativo en la tarjeta microSD.
Ello lo haremos en un ordenador Mac, Windows o Linux con una ranura para tarjetas SD. Las consolas retro son un uso bastante más común en Raspberry Pi y hay decenas de proyectos. La mayoría utilizan libretro y sus emuladores sobre el sistema operativo Raspbian e incluyen la interfaz EmulationStation.
La mejor opción es utilizar RetroPie, un desarrollo donde se mezclan todos estos ingredientes juntos en un paquete que es relativamente fácil de usar, atractivo a la vista, y muy personalizable. También incluye soporte para un gran número de emuladores.
Puedes descargar la imagen desde la página oficial. Para quemar la imagen se recomienda Win32DiskImager para Windows, Apple Pi Baker si estás en macOS y Unetbootin si utilizas Linux. El proceso es idéntico lo hagamos en cualquier sistema, creando la imagen en una microSD formateada con FAT 32. También puedes crear tu sistema desde la consola de Linux, siguiendo esta guía.
Una vez que tengas preparado el sistema en la microSD, se coloca en la ranura de la Raspberry Pi, se conecta el cable HDMI a una pantalla, el controlador (o un teclado USB si quieres realizar más cómodamente el proceso de configuración), la fuente de alimentación y a disfrutar de tu súper consola retro.
Hay que currárselo, cierto, pero las posibilidades son muy superiores a las de una consola comercial, porque podrás añadir una buena cantidad de otros emuladores de 8 y 16 bits. Te va a sorprender lo bien que corren en una Raspberry Pi 3 con RetroPie.
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