Cinco cosas que NVIDIA debería cambiar si quiere mejorar
NVIDIA mantiene un cómodo liderato en el sector de tarjetas gráficas para consumo y también para entornos profesionales, de ello no hay duda. AMD y la serie Radeon han tenido momentos mejores, aunque el sector del criptominado y las soluciones semipersonalizadas han dado un gran impulso a la división gráfica de la compañía y les ha permitido cerrar generación con unos números muy positivos.
Estar a la cabeza de un sector determinado no tiene porqué ser malo, pero cuando esa posición se mantiene con demasiada comodidad y de forma prolongada es fácil que empiecen a surgir malas prácticas que acaben siendo perjudiciales para el consumidor y para la imagen de la compañía. Dormirse en los laureles del éxito nunca es bueno pero NVIDIA lleva un tiempo haciéndolo, y por ello hemos querido dar forma a este especial en el que veremos cinco cosas que creemos que deberían cambiar para seguir mejorando.
1-Nombres de producto confusos
Es algo que NVIDIA lleva utilizando desde hace varios años, pero que con la serie GTX 10 ha alcanzado un punto intolerable. No hablamos por hablar: la GTX 1060 se ofrece en dos versiones diferentes, 3 GB y 6 GB, la GT 1030 se comercializa con memoria DDR4 y GDDR5, la GTX 1050 tiene una versión de 2 GB y otra de 3 GB y la GTX TITAN X existe en dos versiones: Maxwell y Pascal.
Mantener ese esquema puede que no sea un problema para los usuarios con conocimientos avanzados, pero aquellos que se encuentran en un nivel inferior pueden acabar eligiendo la tarjeta gráfica equivocada y llevarse una desagradable sorpresa por el uso de nomenclaturas confusas e inapropiadas.
NVIDIA lo tiene muy fácil para solucionar este problema: centrar la diferenciación de modelos más potentes sobre el distintivo TI. Por ejemplo la GTX 1060 Ti y GTX 1060. En el caso de modelos inferiores o con especificaciones similares lo más sencillo es cambiar la numeración. Por ejemplo la GT 1030 con DDR4 podría haberse llamado GT 1020.
2-Exceso de productos y modelos redundantes
Pascal ha sido un éxito, pero NVIDIA ha lanzado demasiadas tarjetas gráficas diferentes: dos modelos de GT 1030, tres modelos de GTX 1050, tres modelos de GTX 1060 (incluyendo la versión con GDDR5 a 9 GHz), dos modelos de GTX 1070, dos GTX 1080 (incluyendo la versión con GDDR5X a 11 GHz), una GTX 1080 TI y dos GTX TITAN X (la original y la xP).
Ese catálogo está cargado de versiones recortadas en posiciones que llegan a pisarse con los modelos más cercanos. Por ejemplo la GTX 1070 TI con overclock rinde al nivel de una GTX 1080, y la GTX 1050 de 2 GB rinde casi al mismo nivel que una GTX 1050 de 3 GB. Por su parte la GT 1030 con DDR4 ofrece un rendimiento tan malo que directamente no debería ni de existir.
Ofrecer una línea de productos simplificada y sin redundancias ayudaría al consumidor y mejoraría la imagen de NVIDIA.
3-Ajustar los precios de una vez
La burbuja ha explotado, ya no hay una demanda enorme por parte del sector del minado de criptodivisas y por tanto ya no hay razón para seguir cobrando las tarjetas gráficas a precio de oro.
Esta simple realidad ha quedado patente en una demanda a la baja y en una acumulación de stock muy grande que tanto NVIDIA como las principales ensambladoras parecen negarse a aceptar. La serie Pascal lleva ya dos años en el mercado, es una generación que pronto quedará «obsoleta» y su precio de venta es mayor que el que tenían cuando llegaron al mercado. Simplemente inaceptable.
Cuando antes se asuma esa realidad y antes se ajusten los precios de una manera apropiada antes podrán los de verde y sus ensambladoras empezar a limpiar stock. Mientras tanto seguirán ancladas en intentos vacíos de promociones sin sentido con precios inflados.
4-Optimización y GameWorks
Desde su introducción GameWorks ha generado una fuerte polémica. Es cierto que ya no se trata de algo totalmente exclusivo y limitado a las GPUs NVIDIA, pero el impacto en el rendimiento que tienen las tecnologías asociadas a dicho middleware sigue siendo enorme y no está justificado en absoluto.
Activar efectos como HairWorks puede llegar a reducir el rendimiento hasta en un 50%, todo para tener efectos de cabello y pelaje más realistas. Sin embargo este ejemplo no es nada comparado con el desastre que marcó Batman Arkham Knight, un título que en su versión para PC fue desarrollado alrededor de GameWorks y que acabó siendo un auténtico despropósito.
La optimización debería ser el objetivo principal de esta tecnología de NVIDIA, y no la introducción de mejoras gráficas prescindibles que acaban ahogando a la GPU.
5-Mejorar el soporte de generaciones anteriores
Entendemos que cuando llegue una nueva generación gráfica al anterior acabe desplazada, pero hay cosas que no podemos justificar de ninguna manera. La optimización a través de los nuevos controladores es algo fundamental, ya que permite a un juego aprovechar al máximo las tecnologías presentes en una determinada gama de tarjetas gráficas.
Descuidar el soporte de una generación a favor de otra puede generar diferencias muy marcadas que sin embargo resultan totalmente artificiales. Un ejemplo lo tenemos en Fortnite, título en el que una GTX 1060 de 3 GB ofrece prácticamente el mismo resultado que una GTX 980 de 4 GB, una tarjeta gráfica ésta última que en realidad está por encima de una GTX 1060 de 6 GB en la mayoría de los casos.
Podemos entender que una nueva generación tenga un mejor soporte que la anterior, pero se debería evitar que esto pueda llegar a marcar una diferencia artificial en casos concretos, ya que al final perjudica al consumidor.