Las placas base H310 soportarán procesadores Coffee Lake de ocho núcleos
Los primeros rumores que aparecieron sobre los procesadores Coffee Lake de ocho núcleos sugerían que Intel podría reducir el soporte de estas nuevas CPUs a las placas base con chipsets Z370-Z390. Esta idea se ha manteniendo como una posibilidad bastante creíble durante varias semanas, pero hoy podemos decir que ha sido totalmente descartada gracias a ASRock.
El conocido fabricante de placas base ha confirmado a través de la imagen adjunta que incluso las placas base más económicas con chipset H310 podrán montar procesadores Coffee Lake de ocho núcleos sin mayor problema, aunque es importante tener en cuenta que por las propias limitaciones de dicho chipset no será posible aprovechar los modelos que vengan con multiplicador desbloqueado, ya que seguirán requiriendo un modelo con chipset Z370 o Z390.
Es una buena noticia tanto para los usuarios que han montado un equipo de gama baja basado en Coffee Lake como para aquellos que tienen pensado montar un equipo apostando por Intel pero tienen un presupuesto reducido. La compatibilidad con placas base H310 confirma obviamente el soporte en placas base con chipsets superiores, lo que incluye a los B360 y H370.
La competencia obliga a Intel a razonar
No es un secreto, durante los últimos años Intel ha dominado el mercado CPU con contundencia y ha hecho y ha deshecho a su antojo. La falta de competencia por parte de AMD permitió a Intel estirar los procesadores de cuatro núcleos en el mercado de consumo general de una manera exagerada, de hecho basta ver que desde 2007 hasta 2017 no aumentaron el máximo total de núcleos pasando de cuatro a seis.
Esto quiere decir que Intel ha mantenido los procesadores de cuatro núcleos como tope de gama para consumo durante diez años, y sólo decidió aumentar el total cuando Ryzen dio un golpe sobre la mesa ofreciendo procesadores de seis núcleos y doce hilos por poco más de 200 euros y procesadores de ocho núcleos y dieciséis hilos por poco más de 300 euros (precios de lanzamiento).
El regreso de AMD y la sorpresa que ha dado con Ryzen ha cogido por sorpresa a Intel y ha tenido un gran impacto en el mercado. La guerra de precios que se ha generado entre ambas empresas ha beneficiado al consumidor, que hoy puede comprar procesadores de seis núcleos por menos de 156 euros y procesadores de ocho núcleos por apenas 206 euros.
Hemos vivido un cambio enorme en muy poco tiempo y no sólo se ha notado en los precios de los procesadores actuales, sino también en el soporte a nivel de plataforma y en la calidad de los próximos procesadores de Intel. El hecho de que el gigante del chip haya decidido hacer compatibles los procesadores Coffee Lake de ocho núcleos con sus chipsets más económicos es una manera de incentivar y de atraer a los usuarios, dándoles la oportunidad de montar configuraciones más económicas o de aprovechar las que ya tienen. Con esto evitan además la posibilidad de que opten por los procesadores de AMD.
Pero esto no es todo, según las últimas informaciones esos nuevos procesadores Coffee Lake de ocho núcleos vendrán con el IHS soldado. Todos los Ryzen de AMD (excepto sus APUs) vienen con el IHS soldado, un detalle importante ya que afecta a las temperaturas de trabajo (las reduce de forma notable) y mejora la vida útil del procesador. Curiosamente Intel dejó de utilizar soldadura con los Core 3000 (Ivy Bridge), pero ahora ha decidido volver a apostar por ese acabado de mayor calidad. No es coincidencia, eso está claro.
¿Vale la pena una placa base H310 para una CPU de 8 núcleos?
Es una buena pregunta y la respuesta es que sí. Si Intel lanza un modelo con el multiplicador bloqueado la idea de montar un PC con una placa base equipada con chipset H310 y un procesador Coffee Lake de ocho núcleos sería tan buena como lo es a día de hoy montar dicha placa con un Core i5 8400 de seis núcleos.
Es importante tener en cuenta que no todos los usuarios necesitan una placa base con funciones avanzadas o con soporte de configuraciones SLI y CrossFire, una realidad que hace que los modelos más económicos tengan un gran valor para aquellos con menos pretensiones y con presupuestos más ajustados.
Por lo que respecta a la calidad de construcción la mayoría de placas base actuales de gama baja rayan a un gran nivel y no tienen nada que ver con lo que existía en el mercado hace varios años, así que no cabe esperar problemas en este sentido.