El Intel Core con GPU Vega pulveriza en rendimiento a GPUs Intel y NVIDIA

Intel ha acertado de pleno con el nuevo procesador Core con GPU Vega. Toda una novedad en la industria por lo que supone de colaboración con un rival como AMD aprovechando los puntos fuertes de ambos: una CPU Core serie H, una gráfica discreta Radeon Vega personalizada y memoria HBM2.

Y todo integrado en un mismo encapsulado bajo tecnología Embedded Multi-Die Interconnect Bridge (EMIB), lo que permite  plataformas móviles más delgadas, ligeras y potentes al combinar procesadores de gran rendimiento y tarjetas gráficas discretas en diseños de portátiles ultradelgados. Un equipo ideal para muchos de nosotros que buscamos movilidad, productividad y ejecutar videojuegos con un nivel aceptable sin tener que acudir a un portátil con gráfica dedicada. O para sistemas mini-PCs para escritorios o equivalentes para entretenimiento en sala de estar. Sus posibilidades son amplias.

Los primeros equipos OEM con este procesador Core con GPU Vega los hemos visto en el CES. El primero fue el convertible HP Spectre x360 15 y después llegaron otros como el 2 en 1 Dell XPS 15, que utiliza el Core i7-8705G con gráfica Vega. Sobre este último, HotHardware ha realizado una comparativa de rendimiento enfrentándolo a un portátil Acer Switch con procesador Core de octava generación, gráfica integrada Intel HD 620 y una dedicada MX 150 de NVIDIA.

Como esperábamos, el Intel Core con GPU Vega ofreció un resultado sobresaliente (teniendo en cuenta que se trata de un integrado) superando por bastante a la gráfica MX-150. En un juego como Rise Of The Tomb Raider, en configuración gráfica «Alta», obtuvo una media de 34 FPS frente a los 23 FPS de la gráfica NVIDIA. La Intel HD 620 obtuvo 8 FPS: injugable.

A la vista de estos buenos resultados debemos preguntarnos si, ¿Intel debe ampliar la colaboración con AMD en este tipo de desarrollos, abandonando -en su caso- sus propias soluciones gráficas que dan para muy poco? ¿Por ejemplo en procesadores de sobremesa? Veremos.

Tampoco nos engañemos. El máximo rendimiento lo vamos a lograr con gráficas dedicadas de alta gama de NVIDIA o AMD, pero para tratarse de un integrado este Intel Core con GPU Vega nos parece una opción excelente.