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Análisis

Fitbit Ionic, análisis

Analizamos el Fitbit Ionic, un smartwatch enfocado a la práctica deportiva que dispone de GPS y es resistente al agua.

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Fitbit se fundó en el año 2007 para crear productos enfocados a la salud y la actividad física, un objetivo que pronto se convirtió en una historia de éxito gracias a monitores de actividad como Fitbit Zip, Fitbit Flex, Fitbit Alta o Fitbit Charge, que fueron los elegidos por cientos de miles de personas en todo el mundo, tantas que actualmente hay más de 50 millones de usuarios activos en una comunidad que sin lugar a dudas es el mayor activo de esta empresa.

Las pulseras medidoras de actividad física, como por ejemplo la Fitbit Charge 2, número uno en ventas gracias a su diseño y prestaciones (sobre todo la tecnología de control del ritmo cardiaco PurePulse y la conexión con el GPS de nuestro móvil), continuarán ingresando mucho dinero en la cuenta de resultados de la compañía, pero la presión de smartwatches de empresas como Samsung y sobre todo Apple obligó a Fitbit a meterse, en 2016, en el mercado de los relojes inteligentes con su Blaze, un gran producto pero incapaz de competir «de tú a tú» con un Gear S3 o un Watch Series 3, sin olvidar otras marcas como Suunto, Polar o Garmin.

Fitbit Ionic, análisis

Conscientes de encontrarse en un momento peligroso que podría incluso sacarles de la posición de liderazgo que disfrutan en el sector de los wearables para la monitorización de la actividad física, Fitbit se puso manos a la obra para lanzar un smartwatch con prestaciones de primera fila, y podemos afirmar que lo han conseguido con el Fitbit Ionic, un reloj inteligente que ya está a la venta en España desde hace unos días (con un precio de 349,95 euros) y que llevo usando desde mediados de septiembre con versiones beta del firmware, pero que ya han sido perfectamente «pulidas» para su lanzamiento oficial.

Fitbit Ionic, análisis

Mismo diseño, diferente apariencia

En Fitbit tienen claro que los compradores de tecnología buscan prestaciones, pero también sentirse especiales a través del diseño, que en ningún caso debe estar por encima de la comodidad, sobre todo en un smartwatch que vas a llevar en tu muñeca muchas horas al día (incluso podrías no quitártelo en ningún momento durante varios días seguidos, pero no quiero adelantar más sobre la autonomía de su batería porque ya le llegará su turno en este análisis).

Fitbit Ionic, análisis

A la hora de adquirir un Fitbit Ionic puedes elegir entre tres combinaciones de colores: gris azulado/gris plateado, azul pizarra/naranja fuego y gris carbón/gris basalto. El primer color es el de la correa, mientras que el segundo es el de la caja del smartwatch y la hebilla. Además de estas tonalidades, Fitbit dispone de un buen número de correas diferentes: las de piel de color coñac y azul nocturno que han sido elaboradas con cuero Horween y se venden por 59,95 euros en talla grande o pequeña; las deportivas en color coral y gris azulado, negro y gris carbón o cobalto y lima que se venden por 29,95 euros en dos tamaños, y las clásicas, también de 29,95 euros y en colores gris carbón, azul pizarra o gris azulado, de nuevo en talla grande o pequeña.

Fitbit Ionic, análisis

Cambiar las correas en el Fitbit Ionic no puede ser más sencillo y rápido, sólo hay que apretar ligeramente en la parte trasera para desenganchar cada lado de la correa e introducir la nueva. Aunque he mencionado que hay dos tamaños (grande para muñecas de entre 170 y 206 mm de diámetro y pequeño que se ajusta a muñecas de entre 140 y 170 mm de diámetro), Fitbit incluye en la caja del Ionic los dos tamaños, un detalle muy de agradecer. Eso sí, si adquieres nuevas correas por separado, tendrás que tener claro cuál es tu tamaño porque hay que elegir entre las dos tallas disponibles.

Fitbit Ionic, análisis

Una de las opciones de personalización del Fitbit Ionic la encontramos en la posibilidad de cambiar fácilmente el formato de su esfera.

En cuanto al tamaño del Fitbit Ionic, tiene una pantalla táctil Gorilla Glass 3 resistente a arañazos de 348 x 250 píxeles de resolución, brillo de hasta 1.000 nits  y unas dimensiones de 29,232 x 21 mm con una diagonal de 35,99 mm y un grosor de 12 mm, todo ello con un peso de 46 gramos acorde a otros smartwatches de la competencia. Su carcasa cuadrada de una sola pieza hecha de aluminio de calidad aeroespacial de la serie 6000 lo convierte en un dispositivo muy cómodo de llevar que respeta las dos premisas que cualquier persona que haga deporte pide a un smartwatch: que sea resistente y que sea ligero.

Por cierto, al estilo de la colaboración del Apple Watch con Nike, Fitbit también ha firmado un acuerdo con un gigante deportivo, en este caso Adidas, una alianza que dará sus frutos en 2018 y que nos permitirá añadir un nuevo «look» al Ionic, pero que también incluirá programas de entrenamiento específicos en esta edición especial.

Hablemos de deporte

Fitbit ha creado un dispositivo resistente, ligero y con opciones de personalización gracias a las diferentes correas y tonalidades de su carcasa, lo que supone haber recorrido medio camino de la «carrera» que disputa con sus competidores en una posición de privilegio. Llega el momento de hablar de las prestaciones que ofrece en el terreno deportivo y ver si podrá aguantar el «sprint» final.

¿Qué tiene que tener, sí o sí, un smartwatch deportivo? En mi opinión hay tres funciones irrenunciables: GPS integrado, medidor de ritmo cardiaco y que sea resistente al agua. Fitbit Ionic cumple con todas ellas y además la duración de su batería (cuatro días en condiciones óptimas, que se verán reducidos según el uso del GPS y la reproducción de música que hagamos) permite que nos planteemos monitorizar cualquier actividad durante el día e incluso el sueño durante toda la noche.

Fitbit Ionic, análisis

Fitbit Ionic, análisis

Fitbit Ionic, análisis

Contar con el GPS integrado sirve para olvidarnos del móvil y no tenerlo que llevar con nosotros para ver en tiempo real la ruta y la distancia recorrida, así como la elevación y el ritmo medio tanto si vamos corriendo como en bicicleta. Además, gracias a la función «run detect» registra automáticamente las carreras en cuanto empezamos a correr y se pone en pausa cuando paramos, por ejemplo, para beber agua o esperar a que se ponga en verde un semáforo.

Los accesos directos a los diferentes ejercicios que podemos tener en nuestro Ionic son siete como máximo. Desde la app de Android o iOS podremos modificar esos accesos directos en cualquier momento, pero siempre hasta tener un máximo de siete. Los ejercicios que cuantifica Ionic son: correr, ciclismo, natación, carrera en cinta, pesas, entrenamiento, entrenamiento a intervalos, tenis, golf, caminar, pilates, circuito de entrenamiento, spinning, máquina de escaleras, senderismo, kickboxing, elíptica, yoga, artes marciales y bootcamp (entrenamientos militares para civiles).

Desde la app mencionada podremos seleccionar si queremos que el GPS se active con cada ejercicio en concreto (por ejemplo, con las pesas o el yoga no tiene mucho sentido, lo que nos ayudará a ahorrar batería) y también algunas funciones como la pausa automática al correr, lo que elimina la necesidad de parar de forma manual una actividad cuando estamos en reposo.

Respecto a la medición del ritmo cardiaco, la mejora de la tecnología PurePulse de Fitbit es otro de los puntos fuertes del Ionic. La monitorización continua de los latidos de nuestro corazón nos permite tener un conocimiento más exacto de las calorías que quemamos, pero también es fundamental para optimizar resultados al comprobar en tiempo real las zonas de ritmo cardiaco y poder variar así de intensidad, medir nuestro estado cardiovascular en reposo e incluso relajarnos con sesiones de respiración guiada que se basan en nuestras pulsaciones.

Las pruebas que he realizado de medición del ritmo cardiaco con el Fitbit Ionic en comparación con un monitor Omron de presión arterial han sido muy positivas por la escasa desviación en los resultados, excepto al nadar, donde sí noté algunas imprecisiones a la hora de medir los latidos de mi corazón.

Y ya que hablo de nadar, otra de las grandes novedades del Ionic es que, sin necesidad de tocar ningún botón ni antes ni después de meternos en el agua, el dispositivo nos permitirá monitorizar nuestros entrenamientos. Esta funcionalidad me parece un gran acierto porque podremos olvidarnos de que llevamos el Ionic puesto y no preocuparnos por si llueve a cántaros mientras corremos, nos metemos en la ducha o nos caemos a la piscina.

Fitbit Ionic, análisis

Tampoco me quiero olvidar de otras funciones puramente deportivas o relacionadas con la salud como Fitbit Coach o el monitor de sueño. La primera es un entrenador personal que a través de vídeos que reproducimos en la pantalla del Ionic se centra en planes específicos de entrenamiento e incluso en programas de mejora de nuestra salud como reducir el hábito de consumir azúcar paulatinamente. En el dispositivo se incluyen tres entrenamientos, pero para el acceso a más sesiones (incluido el plan de acabar con el azúcar que he comentado) habrá que esperar a 2018 y será a través de un servicio de suscripción mensual o anual (todavía desconozco los precios).

Respecto a la medición del sueño, desde Fitbit saben que dormir afecta a todos los aspectos de nuestra vida y que hacerlo correctamente ayuda a mejorar el rendimiento, la productividad y a evitar el aumento de peso y la depresión. El Fitbit Ionic registra la duración de nuestro sueño y monitoriza fases como sueño ligero, profundo y REM gracias al sensor de ritmo cardiaco PurePulse y a los detectores de movimiento. Una información que nos permitirá establecer una rutina, recibir recordatorios para no perder nuestro objetivo y también configurar una alarma silenciosa (el Ionic vibrará) que nos evitará el sobresalto propio de escuchar el pitido de un despertador.

Funciones de smartwatch

Diseño, comodidad, prestaciones deportivas… Por el momento estoy seguro de que el Fitbit Ionic no os está defraudando, pero la competencia en el mercado de los relojes inteligentes es poderosa y por eso en Fitbit no han descuidado otras características que los usuarios demandan. Voy a mencionarlas por orden de importancia, según mi parecer.

La primera es la posibilidad de escuchar música a través de auriculares inalámbricos Bluetooth gracias a los 2,5 GB de almacenamiento que el Ionic dispone para este cometido. Con la app «Música» del Ionic se pueden almacenar y por supuesto reproducir varias horas de canciones y podcasts. Para descagar las listas de reproducción es necesario tener conectado nuestro PC o Mac a una red WiFi y seguir unos sencillos pasos.

Lo primero será crear una playlist (también sirven las que ya están creadas) en iTunes o Windows Media Player (en caso de iTunes, asegúrate de que apruebas la app para compartir listas de reproducción con el Ionic) y por supuesto, si no lo has hecho todavía, que sería extraño, de tener instalada la aplicación de Fitbit en tu ordenador. Tras comprobar que tu PC o Mac y el Ionic están conectados a la misma WiFi, ya estarás a punto de poder transferir música. Solo queda ir a la app «Música» y pulsar sobre el icono «Transferir Música»; este proceso durará más o menos según las canciones que estemos transfiriendo. Al finalizar ya estarán en nuestro Ionic preparadas para ser escuchadas.

La principal crítica que encuentro a este método es que sea necesario usar la aplicación del ordenador (no es posible desde la app de Android o iOS) y que la modalidad de consumo en streaming esté representada por una única opción como es Pandora, un servicio muy minoritario en España frente a Spotify.

Fitbit Ionic, análisis

He mencionado que sirve cualquier auricular Bluetooth para escuchar la música del Ionic, y así es, pero quiero aprovechar para hablar de otra de las novedades presentadas por Fitbit en este último mes y que amplía su catálogo de productos, me refiero a los auriculares Fitbit Flyer, que se venden por 129,95 euros. Como podéis observar en la imagen de arriba, tienen un diseño pensado para practicar deporte y, aunque no se pueda apreciar, incluyen un revestimiento hidrofóbico resistente a la lluvia, a las salpicaduras y al sudor,  sin olvidar la posibilidad de intercambiar las almohadillas, alas y aletas para conseguir mayor comodidad y que, básicamente, no se nos caigan mientras realizamos deporte. Además, están disponibles en dos colores: azul noche y gris lunar.

La batería de los Fitbit Flyer tiene una autonomía de seis horas y puede hacerse una recarga rápida en 15 minutos que prolongará una hora la duración. Y como han sido pensados para hacer deporte, su control de tres botones nos permitirá ajustar el volumen del sonido, parar la música o cambiar las canciones sobre la marcha. Además, indicaciones sonoras nos informarán de llamadas entrantes y de la duración de la batería.

Respecto a la calidad del sonido, cuentan con el códec AAC Wireless, que permite que la canción suene lo más parecido posible al original, y con la función de aislamiento pasivo de ruido para reducir los sonidos del exterior. Además, la tecnología Waves MaxxAudio añade dos perfiles de sonido diferentes para personalizar la experiencia auditiva. Y gracias a su micrófono dual podremos hacer llamadas en modo manos libres con una alta calidad al cancelar ruidos externos.

Otra funcionalidad propia de un smartwatch son las notificaciones, tales como llamadas entrantes, mensajes (de Whatsapp, por ejemplo), alertas de calendario y otras propias de apps como Facebook, Instagram, Slack, etc., eso sí, siempre que el teléfono móvil esté cerca del Fitbit Ionic. Y qué decir de las apps, fundamentales para crear un ecosistema alrededor del dispositivo que sea capaz de aumentar sus funcionalidades. Actualmente están disponibles Strava, la red social integrada por atletas de todo el mundo, y el tiempo a través de AccuWeather, pero desde Fitbit prometen que la «App Gallery» seguirá creciendo con más apps gracias a la existencia de un kit de desarrollo (SDK) con el que muchos desarrolladores ya están trabajando.

He dejado para el final la función Fitbit Pay, similar a Apple Pay o Samsung Pay, ya que permite que los establecimientos que dispongan de un lector de tarjetas «contactless» acepten pagos con el Ionic. En España se han cerrado acuerdos con el Banco de Santander y con la tarjeta PASS de Carrefour. Poco más que añadir de esta prestación, yo la he probado varias veces y nunca he tenido problemas.

Ficha técnica

Conclusiones

La comunidad de usuarios de Fitbit se merecía un producto como el Ionic. Por mucho que existiera el Blaze, había sido claramente superado por los smartwatches de Apple o Samsung. Es cierto que el nuevo Apple Watch Series 3 con conectividad LTE (es decir, capaz de comportarse como un teléfono móvil porque integra una SIM electrónica) aporta una característica nueva que será apreciada por muchos usuarios, pero no olvidemos que todavía no ha llegado a España porque las operadoras deben hacer algunos cambios en su backoffice (sobre todo porque hay que compartir el mismo número de teléfono en el móvil y en el Series 3) y que hay muchos usuarios que no consideran esta función tan importante.

Fitbit es una empresa especializada en el deporte y la salud y lo ha plasmado en su Ionic. Se nota en la comodidad de su diseño, en el uso que hace del GPS para medir recorridos, en la exactitud de su monitor de ritmo cardiaco, en el hecho de que podamos nadar con él sin preocuparnos de que vaya a estropearse y en su batería, que nos permite hacer «tiradas largas» en nuestras carreras o trayectos en bicicleta medidos con el GPS.

Por todo esto merece nuestro galardón de «Producto Recomendado», aunque quiero advertir que desde Fitbit deben seguir trabajando para dotar de más apps a su plataforma (muy escasas en número por el momento), llegar a algún acuerdo con Spotify y presentar un precio competitivo para su servicio Fitbit Coach.

 

Notas finales

9Nota

Prestaciones9

Rendimiento8

Formato y diseño8

Batería9

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