Mirrors Edge Catalyst, análisis en PC
No os voy a mentir, tenía muchas ganas de poder disfrutar de Mirrors Edge Catalyst y por un motivo muy simple, el primero me encantó y no sólo porque me pareció un soplo de aire fresco dentro del género de la acción en perspectiva subjetiva o primera persona, sino porque además con el salto a la nueva generación podía dar mucho de sí.
Con los primeros vídeos que tuvimos ocasión de ver quedaba claro que DICE se había querido mantener fiel al espíritu del juego original, algo que es positivo hasta cierto punto ya que pecar de continuista tampoco es nada bueno.
Afortunadamente eso no ha ocurrido, trae novedades y cambios que consiguen mejorar lo que vimos en la primera entrega y nos dejan con un buen sabor de boca, aunque como suele ocurrir con casi cualquier juego hay cosillas que se podrían haber hecho mejor.
De todo ello hablaremos en este análisis, aunque ya os adelantamos que con esta segunda entrega Mirrors Edge Catalyst se consagra como franquicia y nos pone en escena a una Faith muy cuidada y con un diseño muy acertado, acompañada de una ambientación y una puesta en escena muy buena.
Equipo de pruebas, ajustes y rendimiento
El juego ofrece diferentes opciones de configuración de calidad gráfica, incluyendo las clásicas «bajo», «medio», «alto» y «ultra», a las que añade además la opción «hyper», pero para esta última se recomienda una GTX 1070 como mínimo.
Dado que la fluidez en este juego es vital para disfrutar de una buena experiencia hemos jugado en 1080p y calidad ultra,consiguiendo 60 FPS fijos en todo momento, sin el más mínimo atisbo de caída. Tampoco hemos experimentado errores ni fallos gráficos, así que podemos decir que DICE ha hecho un buen trabajo.
Os dejamos las especificaciones completas del equipo de pruebas:
- Intel Core i5 4690K @ 4,1 GHz.
- 16 GB DDR3 a 2.133 MHz.
- GTX 970 Windforce 3X de Gigabyte con los últimos controladores.
- SSD Samsung EVO 850 de 500 GB.
- Windows 10 Pro de 64 bits.
Dado que hablamos de una segunda parte que marca un salto generacional es imprescindible hablar del salto a nivel de calidad gráfica. Mirrors Edge Catalyst se siente como un juego de nueva generación desde el primer momento, especialmente cuando salimos de la prisión y vemos el ambiente, la lluvia, los reflejos y los efectos de luces y sombras.
El salto a un planteamiento tipo mundo abierto y el cuidado que han puesto en los escenarios, incluso en los detalles más lejanos, también evidencia una mejora clara, a la que debemos unir el modelado de los personajes, que me parece simplemente excelente, y la mayor riqueza en detalle de los escenarios interiores.
Sin embargo no todo es perfecto, hay ciertas texturas de baja calidad y detalles mejorables en escenarios exteriores, como los coches voladores o algunas zonas inferiores. Por lo general no se notan ya que la acción es frenética y cumplen, pero si como a mi os gusta tomaros un respiro y disfrutar del entorno del juego os daréis cuenta de que esas cosas que se podrían haber pulido y que empañan ligeramente un acabado gráfico muy bueno.
Terminamos este apartado hablando de los tiempos de carga. Gracias al SSD son muy reducidos, pero en alguna ocasión, y sobre todo al inicio del juego, se produjeron esperas que me parecieron excesivas. Nada especialmente grave, pero tenedlo en cuenta si utilizáis soluciones duales (SSD más HDD).
Sonido, jugabilidad e historia
La historia de Mirrors Edge Catalyst es emotiva, tiene momentos intensos y cuadra a la perfección con el desarrollo general del juego, tanto en la línea de misiones principales como secundarias, pero la etapa final de la misma se podría haber desarrollado de una forma más calmada y menos precipitada.
A pesar de todo es buena y se disfruta, ya que cada personaje tiene su propia personalidad y aporta su granito de arena para que te sumerjas en cada historia y en cada misión. Especial mención merece en este sentido el doblaje.
EA ha apostado por doblar todo el juego y el resultado ha sido muy bueno, los actores han hecho un buen trabajo e incluso la voz de Faith es notable, aunque presenta algunos momentos mejorables que empañan ligeramente el conjunto.
Los efectos de sonido también rayan a un buen nivel y nos hacen sentir que todo lo que hacemos y lo que ocurre a nuestro alrededor es «real». El ruido que generan nuestros pasos al correr o el de nuestros movimientos de parkour es sólo un pequeño aperitivo de lo que vamos viendo según avanzamos.
Especial mención merece la banda sonora, que ya era fantástica en la primera entrega. En Mirrors Edge Catalyst se han superado, y lo mejor es que podemos disfrutarla desde el principio en la máquina de música que encontraremos en la guarida de Noah. Sobresaliente, sin duda.
Pasamos a la jugabilidad, uno de los puntos que más controversia ha generado, sobre todo por el salto a un mundo abierto con misiones principales y secundarias. La integración de ambos elementos es muy buena, ya que podemos realizar ambas como creamos conveniente y podemos explorar diferentes caminos.
Sí, a pesar de que disponemos de lo que se conoce como «visión de runner», que nos indica el camino a cada misión, tenemos atajos «ocultos» por descubrir que dan más vida al juego y hacen que supere ese punto lineal que supone «ir cogido de la mano».
También disponemos de la opción de viaje rápido entre zonas, una ayuda que nos permite agilizar bastante la resolución de misiones secundarias y evita tener que repetir recorridos de forma innecesaria que podrían acabar provocando hastío.
Algunas misiones secundarias son todo un reto, especialmente las que van por tiempo, y en general son interesantes y recomendables, ya que dan experiencia y ayudan a subir de nivel porque sí, en esta entrega subes de nivel.
Es otra de las grandes novedades a nivel jugable y creo que se ha resuelto con gran acierto. Cuando subimos un nivel podemos elegir una nueva habilidad entre las categorías disponibles. Al principio lo mejor es que os centréis en las habilidades de la rama de movimiento, ya que hay algunas imprescindibles como rodar al caer.
¿Y el combate? Pues no podemos usar armas porque ahora están vinculadas a los enemigos, cosa que sí era posible en el juego original, pero disponemos de movimientos suficientes para hacer frente sin problemas a nuestros enemigos.
En general los combates son ágiles y podemos hacer cosillas espectaculares, como esquivar y dar una patada por la espalda para empujar al enemigo o hacer «carambolas» dando una patada a uno para empujarlo hacia el otro.
La inteligencia artificial de los enemigos no es gran cosa, pero la respuesta de Faith tanto en combate como al explorar y recorrer los escenarios es perfecta aunque eso sí, os recomiendo jugarlo con buen mando de control.
Notas finales
¿Ha cumplido Mirrors Edge Catalyst con mis expectativas? Sí, pero todavía hay un buen margen de mejora. Con ello no quiero decir que sea un mal juego, ni mucho menos, pero creo que con la potencia actual que ofrece cualquier PC de gama alta hay cosillas en el apartado gráfico que directamente sobran y empañan un conjunto que podría haber sido sobresaliente.
Me ocurre lo mismo con el argumento, la historia engancha pero se podría haber desarrollado de otra forma. Con todo cumple y nos invita a seguir jugando hasta terminar. Obviamente no entro en detalles para no haceros «spoilers».
Los cambios a nivel jugable me parecen sin embargo muy buenos, como anticipé Faith se mueve de maravilla y disfrutamos de una acción dinámica y fluida, incluso en los combates cuando acabamos cogiendo práctica y sabemos cómo encarar a cada enemigo. El apartado sonoro es sobresaliente y contribuye a mejorar la nota final del juego.
¿Y su duración? Lo terminé en unas 12 horas haciendo alguna misión secundaria, pero tened en cuenta que jugué a la primera parte y estaba acostumbrado. Si os lo tomáis con calma y hacéis todas las misiones secundarias tendréis unas cuantas horas más de juego.
A eso debéis unir la posibilidad de hacer «carreras» de tiempo con vuestros amigos, un pequeño detalle que aporta un plus de valor.
En definitiva Mirrors Edge Catalyst es un buen juego, recomendable incluso para aquellos a los que no les convenció la primera entrega.