Nueve grandes consolas que no triunfaron
Atari Lynx
En 1989 llegaba al mercado una consola portátil que se adelantó a su tiempo, superando con creces lo que ofrecían Nintendo y Sega con Game Boy y Game Gear respectivamente. Dotada con una espectacular pantalla LCD a todo color y sonido estéreo, la combinación de un catálogo muy mejorable, un precio desorbitado para la época y una autonomía de cuatro horas (con seis pilas AA) terminó por condenarla a un estrepitoso fracaso.
Sega Saturn
La penúltima incursión de Sega en el terreno del hardware doméstico se saldó con el que, para muchos, supone el mayor fracaso de la historia del videojuego; Saturn era una máquina interesante desde el punto de vista técnico, pero más capacitada para los juegos 2D que para la revolución 3D que traería Sony con su PlayStation. Los ingenieros de la compañía japonesa decidieron a última hora duplicar su procesador (un Super Hitachi 2), que era la solución más sencilla pero, al mismo tiempo, complicaba mucho el desarrollo de las third party (quizás Namco fue la única que se salvó).
Sin falta de apoyo más allá de la propia Sega y con Nintendo 64 ya en el mercado, la máquina cosechó unas discretas ventas en occidente, si bien se mantuvo en Japón (curiosamente, es la consola de Sega más vendida de la historia en aquel país).
Virtual Boy
Ahora que la realidad virtual vuelve con fuerza merece la pena recordar a Virtual Boy, diseñada por el creador de Game Boy, Gumpei Yokoi. En la práctica, resultaba incómoda de utilizar durante más de unos minutos y la paleta de colores reducida a dos (rojo y negro) restaba mucho atractivo a los juegos. Tras vender solo 800.000 unidades en Japón y EE.UU. ni siquiera pisó suelo europeo.
Apple Bandai Pippin
El único intento de Apple de entrar en el mundo del videojuego se saldó con uno de los fiascos tecnológicos más recordados. Diseñada por Apple como un producto para licenciar fue la japonesa Bandai la que se encargó de su lanzamiento a un precio de 599 dólares (una locura para la época). Equipada con un potente procesador y bien dotada técnicamente (fue pionera en integrar modem de serie), no tuvo la repercusión esperada y apenas apoyo de terceros, vendiendo unas 42.000 unidades.
Atari Jaguar
Si rozáis la treintena es probable que recordéis la brutal campaña de publicidad (entonces no sabíamos lo que era el hype) que precedió al lanzamiento de Atari Jaguar, la primera consola de 64 bits destinada a competir con Super Nintendo y Sega Megadrive. Muy adelantada a su tiempo (se puso a la venta un año antes de PlayStation o Sega Saturn) los desarrolladores no pudieron sacarle el partido que se esperaba y la mayoría de su catálogo eran conversiones mejoradas de títulos ya conocidos en 16 bits. Se dejo de vender en 1996, colocando unos 2,5 millones de unidades en todo el mundo.
Sega Dreamcast
En realidad, Dreamcast no fue una consola sino dos: en una decisión insual para la época el entonces presidente de Sega, Shoichiro Irimajiri, decidió encargar a IBM el desarrollo de su nuevo hardware. Esto no gustó nada en la división japonesa, que optó por trabajar de forma paralela en otra consola. Las dos máquinas compartían CPU (Hitachi SH4), aunque había diferencias en el sistema gráfico. Un malentendido enre Sega y 3DFX (¿alguien recuerda a Vodoo?) provocó que se optara por la consola japonesa como el que llegaría a las tiendas. Su presentación en el E3 de 1998 todavía es recordada por los profesionales del sector.
Las causas del fracaso de Dreamcast son complejas para explicarlas en unas pocas líneas, pero variables como el éxito de PlayStation 2, la facilidad para piratear la consola (bastaba un disco de arranque para saltar cargar copias en CD estándar) y la falta de músculo financiero por parte de Sega tuvieron mucho que ver. No obstante, merece la pena destacar un catálogo lleno de joyas que la convierten en una de las más buscadas por los aficionados al retrograming.
Phillips CD-i
Tras fracasar en sus negociaciones como proveedora de un lector de CD para Super Nintendo, la multinacional holandesa decidió aprovechar el desarrollo en su propia máquina; más cerca de un reproductor multimedia que de una consola como tal, era una máquina potente a la que no acompañó el catálogo, con títulos más enfocados en lo educativo que en el aspecto puramente lúdico y mucha película interactiva. En el verano de 1996, Phillips anunció el abandono del sistema CD-i y reconocía unas pérdidas cercanas a los mil millones de dólares con el proyecto.
3DO Interactive Multiplayer
A lo largo de esta lista hemos vistos varios ejemplos de cómo ser superior tecnológicamente no garantiza el éxito; probablemente no hay mejor ejemplo de ello que 3DO, una máquina con procesador de 32 bits, juegos en formato CD y un modelo de comercialización bajo licencia poco visto hasta entonces. Los 699 dólares que comenzó costando penalizaron mucho sus ventas y, aunque tuvo títulos importantes, el catálogo nunca estuvo a la altura de su hardware. Rebajada posterioremente a 399 dólares, no soportó el huracán PlayStation y dejó de fabricarse en 1996, con unos dos millones entregadas.
Nokia N-Gage
En 2003 Nokia dominaba con mano de hierro el sector móvil y sorprendio a casi todos con un híbrido entre teléfono móvil, reproductor multimedia y consola portátil. Sobresaliente desde el punto de vista técnico le faltó un catálogo a la altura de su competencia y sufrió mucho por el pirateo de juegos (se vendían en tarjetas MMC sin protección alguna), además de tener que competir con las versiones evolucionadas de Game Boy, muchos más baratas y con miles de juegos, Con todo, se vendieron más de un millón de unidades y la compañía lo volvió a intentar con una vesión mejorada, la N- Cage QD.
______________________
El comportamiento del mercado en el mundo del videojuego resulta casi imposible de predecir. En este artículo repasamos algunas videoconsolas brillantes desde el punto de vista técnico pero que no consiguieron la confianza de los consumidores, demostrando que en tecnología no siempre lo más puntero acaba siendo la mejor opción (que le pregunten al VHS). Rescatadas ahora por la fiebre de lo retro y objetos de culto para los aficionados, se cotizan ahora a precios astronómicos. Esta es nuestra selección que, como siempre, os animamos a completar en la sección de comentarios.