Tres claves del estándar 5G que debes conocer
Como sabemos el estándar 5G está llamado a ser el sucesor del actual 4G y promete alcanzar mejoras importantes a nivel de velocidad, pero lo cierto es que con esta nueva tecnología disfrutaremos de algo más que un simple aumento de rendimiento en general.
En este artículo os daremos tres claves sencillas sobre el nuevo estándar 5G que os permitirán conocer sus puntos más importantes, aunque antes de empezar debéis tener claro que esta tecnología tendrá un despliegue gradual y que todavía tiene camino por delante antes de llegar a materializarse.
Dicho esto entramos al centro del artículo.
1-La velocidad no es lo único que importa
Con el 5G se habla de un salto importante a nivel de velocidad que, en el mejor de los casos, permitiría conseguir unos 10 Gbps. Sí, hemos dicho en el mejor de los casos, lo que implica que en realidad la velocidad media que disfrutaremos los usuarios en entornos menos «idílicos» será mucho menor.
Es complicado concretar una cifra, pero se comenta que incluso en el peor de los casos podría rondar los 10 Mbps (como zonas muy aisladas y entornos rurales, por ejemplo).
Sin embargo como decimos lo más importante no es la velocidad, sino la latencia. Ésta juega un papel fundamental, ya que influye en la calidad de la conexión a Internet y por tanto en la experiencia general de uso.
Según las primeras informaciones con el 5G la latencia se habría reducido hasta 1 ms, lo que implicaría una fluidez total en el envío de datos y la ausencia absoluta de retrasos.
2-Un estándar mucho más inteligente
Hemos visto el tema de la velocidad y la latencia, pero el estándar 5G también trabajará de forma más inteligente, lo que supone una serie de ventajas importantes que de nuevo van más allá del rendimiento bruto.
Uno de los cambios más importantes es que el 5G permite priorizar el tráfico más importante, de manera que éste gozará de una posición privilegiada y por tanto se moverá a mayor velocidad. A esto se une la inclusión de funciones avanzadas que permitirían reducir el consumo de batería de nuestro dispositivo móvil, reduciendo por ejemplo el número de peticiones.
Esto quiere decir que las propias redes podrían identificar el estado de nuestro smartphone y adaptarse, por tanto, a situaciones en las que le quede poca batería, adoptando las medidas necesarias para maximizar su autonomía.
3-Disponibilidad y compatibilidad
El 5G ya es una realidad en fase de pruebas, pero su disponibilidad a nivel general no se espera hasta 2020, una fecha que ha sido calificada como «conservadora», y que obviamente no está marcada «a fuego».
Esto implica que la misma puede cambiar, para bien o para mal. Tirando un poco de intuición y viendo lo que ocurrió en su momento con el 4G no sería extraño que el nuevo estándar desembarque primero en ciertos países, como Corea del Sur, por ejemplo, y posteriormente se extienda a otros como España.
Con respecto a la compatibilidad ocurrirá lo mismo que con el salto del 3G al 4G, lo que implica que necesitaremos equipos nuevos con soporte.