Samsung Galaxy Tab S, análisis
A Samsung (como a cualquier otra gran tecnológica) se le pueden criticar muchas cosas pero desde luego no la falta de ambición. La maquinaria coreana no para de diversificar su catálogo para ofrecer productos para cada tipo de usuario, al tiempo que pivota sobre ideas que funcionan para ir puliendo proyectos que no terminaron de salir bien. Lo consiguieron en smartphones, inventaron y dominaron el concepto phablet y, a tenor del protagonista de nuestro análisis, van muy en serio a por el trono del iPad.
Empezando casi por el final, dos semanas de pruebas con el Samsung Galaxy Tab S nos han servido para comprobar que estamos ante una de las mejores tabletas del mercado y, sin lugar a dudas, lo mejor que ha presentado la asiática en el segmento. Nuestro modelo, con pantalla de 8,4 pulgadas viene a competir directamente con el iPad Mini pero también disponen de otro con idénticas especificaciones y una diagonal de 10,5″.
Desde el punto de vista del diseño nuestras sensaciones son encontradas. La tableta sigue las líneas de diseño que ya vimos en el excelente Samsung Galaxy S5 y cuenta con una cubierta trasera llena de pequeños orificios de un tacto agradable, pero que no convence desde el punto de vista estético. La elección de un marco metálico dorado (en nuestra unidad de prueba) no nos parece acertada y hubieramos preferido algo más clásico, aunque también es cierto que habrá público al que le atraiga esta diferenciación respecto a la competencia. En cualquier caso, existe otro modelo en color blanco.
En lo relativo a calidad de construcción el producto es notable; los ingenieros de Samsung han conseguido montar una tableta de última generación en un chasis de solo 6,6 mm. de grosor (el iPad Mini Retina mide 7,5 mm.) y solo 465 gramos de peso. En su contra, el sistema de anclajes retráctiles para la funda nos parece mucho más engorrosos que unos sencillos imanes (como los que usa parte de su competencia) y suceptibles de deteriorarse con el tiempo.
La diferencia se llama Super AMOLED
El nuevo Samsung Galaxy Tab S puede presumir de la mejor pantalla para tabletas del mercado. El panel con tecnología Super AMOLED ofrece una resolución nativa de 2.560 x 1.600 píxeles, nada menos que 359 píxeles por pulgada (de nuevo, el iPad Mini se queda en 324). Más allá de la brutal resolución, el excelente nivel de brillo y la viveza de los colores (sin los artificios excesivos habituales en otros fabricantes) dan como resultado una tablet que se puede utilizar en exteriores y que resulta una compañera ideal para el uso multimedia.
Llegados a este punto debemos comentar que seguimos detectando pequeños retardos en la interfaz a la hora de cambiar de aplicación o navegar entre menús. No resultan especialmente molestos, pero sí denotan una falta de optimización por parte de Samsung que esperamos se resuelva en futuras actualizaciones.
Ficha técnica
El equipo está basado en Android 4.4 KitKat con la capa de personalización TouchWiz de Samsung, cada vez más liviana y mejor optimizada. La marca incluye un conjunto de aplicaciones propietarias entre las que merece la pena destacar la función Adaptative Display, que ajusta los parámetros de la pantalla automáticamente en función del contenido que estemos visualizando y el modo multiventana, muy práctico.
Para desmarcarse de la competencia, la nueva tableta de Samsung ofrece extras tan interesantes como el lector de huellas (idéntico al del smartphone de la casa), 50 Gbytes gratis de espacio en Dropbox o Galaxy Gifts, que ofrece acceso a algunas de las mejores aplicaciones para sacar el máximo partido a nuestro disposivivo.
Conclusiones
La Samsung Galaxy Tab S es una tablet sobresaliente, que destaca especialmente por su espectacular pantalla y un chasis muy fino y ligero. La combinación de una dotación de hardware notable con la última iteración de Android dan como resultado un dispositivo práctico para el trabajo y el ocio, que supera a cualquier otro cuando se trata de consumir contenidos.
En el lado negativo, echamos de menos una mayor calidad de sonido (los auriculares son casi imprescindibles), un sistema de anclaje más solido y un punto más de optimización en el software, un lastre clásico que los fabricantes deberían esforzarse por superar teniendo en cuenta la capacidad del hardware que montan en sus dispositivos.
En lo relativo a precios, podemos comprar un Samsung Galaxy Tab S por 399 euros, diez euros más que su principal competidor (si bien esta lleva bastante más tiempo en el mercado). La relación calidad precio nos parece ajustada y no nos cabe duda de que estamos ante una de las mejores opciones basadas en Android del mercado, así que si para usurarios que consideren la pantalla es una variable fundamental y busquenun dispositivo compacto y ligero deberían contemplar este modelo como una gran opción de compra.