Análisis
Lenovo Yoga 2 Pro, análisis
Cuando el Lenovo IdeaPad Yoga salió al mercado el año pasado, se convirtió en uno de los convertibles más interesantes por su peculiar formato, con una pantalla capaz de oscilar 360º y que permite posicionar el equipo en distintas posiciones. De esta forma, es posible utilizarlo como portátil al uso, como tableta (con el teclado plegado en el reverso de la pantalla) o en modo atril (apoyándose sobre los bordes y dejando el teclado orientado hacia nosotros y la pantalla hacia el otro lado, perfecto para visionado de películas).
Ahora, el nuevo Lenovo Yoga 2 Pro mejora las prestaciones de su antecesor y se convierte en una de las mejores opciones del mercado para quienes busquen un ultrabook táctil capaz de funcionar también como tablet. Eso sí, no es posible separar el chasis de la pantalla, pero al menos el peso se ha visto reducido a 1,39 kg, frente a los 1,54 kg del modelo anterior, y ahora disponemos de extras como el teclado retroiluminado, un diseño más pulido y con materiales de alta calidad y, sobre todo, una impresionante resolución Quad HD+ con 3.200 x 1.800 puntos de resolución, muy por encima de lo habitual en diagonales de 13,3 pulgadas.
Diseño
El botón de Windows ahora es táctil, y tanto con el teclado como con el trackpad los ingenieros de Lenovo han realizado un excelente trabajo, resultando realmente cómodos de utilizar. El recorrido, tacto y separación de las teclas son impecables, mientras que el trackpad dispone de un área más que suficiente y responde de forma excelente al movimiento. Todo esto se completa con un agradable recubrimiento de goma que impide que las manos se deslicen y que facilitan que las muñecas descansen con naturalidad, con bordes redondeados para evitar roces.
Si nos fijamos en el diseño, el grosor es de tan solo 15,5 mm y la carcasa externa tiene un atractivo acabado en naranja o plata que imita al aluminio cepillado, mientras que la bisagra gira con facilidad y firmeza, perfecto para orientar la pantalla como más cómodo nos resulte en cualquier situación y sin riesgo a que oscile por sí sola. En funcionamiento, el calor y el ruido apenas son perceptibles, lo que unido al peso del equipo contribuye a un confort máximo si lo utilizamos apoyado sobre nuestras piernas.
Características técnicas
Si nos centramos en su interior, su procesador Intel Core i5 de cuarta generación (Haswell) es más que suficiente para hacer frente a cualquier escenario actual, pero en cambio hubiese sido deseable incluir más memoria RAM (se queda solo en 4 Gbytes) y un disco de mayor capacidad (la configuración que hemos analizado disponía de 128 Gbytes en formato SSD). Con estas credenciales, el rendimiento del Yoga 2 Pro en el benchmark PCMark8 fue notable, con una puntuación de 3.129 puntos que le sitúa por encima de la media de otros ultrabooks.
Ficha técnica
En lo que respecta al apartado gráfico, el comportamiento de la GPU integrada Intel HD Graphics 4400 es correcto sin más, con 613 puntos en la prueba Fire Strike del test 3DMark, la más exigente de este benchmark. Por tanto, resulta apropiada para ofimática y multimedia pero se queda muy corta para videojuegos, como suele ser habitual en estos casos.
Por su parte, Lenovo afirma que la batería del Yoga 2 Pro es capaz de aguantar hasta 9 horas con un solo uso, una cifra buena pero por debajo de las de otros portátiles recientes (como el MacBook Air de 13″ y sus 10 horas de autonomía, por ejemplo). Sobre el terreno, fuimos capaces de reproducir video durante algo más de seis horas sin problemas, lo que encaja con las nueve horas prometidas con un uso más heterogéneo alternando tareas cotidianas.
En cambio, en lo que apabulla sin paliativos es en la calidad y resolución de su pantalla táctil IPS (3.200 x 1.800 píxeles), con una viveza de color y niveles de brillo excepcionales (350 nits), mientras que en materia de conexiones, echamos en falta algún puerto más (solo tiene un USB 3.0 y otro 2.0, uno a cada lado, además de lector de tarjetas), y como salida de video disponemos de una de tipo micro-HDMI.
A modo de curiosidad, Lenovo ha incluido dos modos de control interesantes, uno por voz (Voice Control) y otro que nos permite utilizar la webcam (Motion Control) para avanzar o retroceder en el navegador, subir el volumen o controlar la reproducción multimedia con solo mover la mano, lo que resulta muy útil en determinadas situaciones.
Conclusiones
Sin lugar a dudas, este Lenovo Yoga 2 Pro merece ser considerado como uno de los ultrabooks convertibles más interesantes en la actualidad, tanto por su versatilidad como por su diseño y prestaciones, y por supuesto, por la calidad de su pantalla. No obstante, costando casi 1.300 euros la memoria RAM se queda corta, y el almacenamiento de 128 Gbytes también nos parece escaso, por lo que es recomendable mirar configuraciones superiores en el momento de la compra. En cuanto a su uso en modo tablet, cuesta acostumbrarse a tener las teclas a la vista y estar tocándolas constantemente al agarrar la pantalla, pero para uso puntual más allá de como portátil cumple.
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