iMac 21,5″ – 2013
El pasado 24 de septiembre os contábamos que al calor de la presentación de los nuevos iPhone, Apple había aprovechado la ocasión para renovar también la gama iMac, manteniendo el diseño de los modelos presentados el año pasado y actualizando algunas características internas, como la apuesta por los nuevos procesadores Haswell, la puesta al día de las unidades gráficas y algunos detalles más, como el soporte para el estándar Wi-Fi AC o una mejora en el rendimiento de Fusion Drive, la unidad que combina un disco SSD con un HD.
Unos días después del anuncio, tenemos en nuestro laboratorio el primer representante de esta nueva generación: un iMac de 21″, que equipa el nuevo Intel i5 de cuatro núcleos a 2,7Ghz, 8 GB de memoria RAM y unidad Fusion Drive de 1 TB de capacidad, de los cuales 128 GB corresponden a la unidad SSD. Como particularidad de este modelo y que le distingue de todos los demás, es la apuesta de Apple por la gráfica integrada Intel Iris Pro 5200, equipando el resto de modelos con las tradicionales gráficas NVIDIA.
Por lo demás, tenemos sobre nuestro escritorio el mismo equipo que se presentó el año pasado. Esto es, una pantalla de 21″ (1080 x 1920), Facetime HD (720p), dos puertos Thunderbolt, cuatro puertos USB 3.0 y ranura para tarjetas SD. De la misma manera, se mantiene el precio de la generación anterior y el modelo de entrada en la gama iMac parte de los 1.329 euros. Debido a su similitud por lo tanto con el modelo del año pasado, os remitimos al análisis que hicimos en su momento, pasando a continuación a analizar con más detenimiento las novedades del equipo.
¿Haswell? Sí, pero con matices
Una de las principales novedades de la nueva generación iMac es la inclusión de la cuarta generación de procesadores Intel Core i5/i7 conocidos como Haswell. En términos generales la nueva generación Intel, dependiendo de la aplicación, nos promete un aumento del rendimiento de entre el 5 y el 20%, ofreciendo eso sí un consumo muy inferior.
Ficha técnica
Esto los convierte en todo un lujo para portátiles y ultraportátiles que, como en el caso del propio MacBook Air de Apple, son capaces de estirar la duración de la batería algunas horas más. Sin embargo en equipos de sobremesa como en este iMac, el cambio apenas lo vamos a notar. Pero eso no es todo. Mientras que en el resto de la gama iMac Intel ha desplegado toda la potencia que Haswell es capaz de ofrecer, en este modelo la apuesta es parcial.
En este sentido, en este modelo Intel ha decidido no incluir la Haswell TSX extensions (su nueva tecnología de gestión de memoria) y por otro lado nos ofrece únicamente 4 MB de L3 Cache, mientras que en el resto de modelos llega hasta los 6 MB.
¿Van a notar esto la mayor parte de los usuarios? En general no deberían apreciarse grandes diferencias, pero tenemos que considerar que si Haswell es la principal razón que tenemos para cambiar de equipo, tal vez deberíamos pensarlo mejor y dar un pequeño salto dentro de la misma gama.
Intel Iris Pro 5200
Otra de las grandes novedades en este modelo de entrada es la apuesta por la gráfica integrada Intel Iris Pro 5200, abandonando la antigua NVIDIA GeForce GT 640M que se montaba en el modelo «básico» del año pasado.
¿Qué tiene de interesante esta gráfica? Que añade 128 MB de memoria DRAM embebida en la CPU (proyecto Crystalwell) lo que permite solucionar uno de los grandes problemas de rendimiento que históricamente han tenido las gráficas integradas: el ancho de banda para el intercambio de información entre el procesador y la GPU, permitiendo por primera vez un intercambio de información bidireccional
A nivel práctico lo que ha conseguido Intel es ofrecer una gráfica que tiene un rendimiento ligeramente superior a la NVIDIA GeForce GT 640M que montaba Apple el año pasado, con la ventaja añadida de que consume menos energía y exige menos recursos al procesador. Mejoras en todo caso que como en el caso de Haswell vamos a apreciar muy especialmente en un equipo portátil, lo cual no por otro lado no desmerece el buen rendimiento que la Intel Iris Pro 5200 está ofreciendo en este equipo.
A pesar de ello, teniendo en cuenta que el equipo cuesta 1.329 euros consideramos que la apuesta por la NVIDIA GeForce GT 750M que Apple ofrece también en los modelos de 21″ debería ser la que se incluyese en este modelo.
Mejora Fusion Drive
La presentación de la nueva generación de MacBook Air supuso entre otras cosas la apuesta de Apple por el almacenamiento flash PCIe. Trasladado por primera vez al iMac, se ha conseguido que el rendimiento y la velocidad de Fusion Drive mejore en un 50%, lo cual no supone sino mejorar increíblemente un sistema que ya era excelente.
Llama la atención que ninguno de los competidores de Apple haya conseguido replicar un sistema que funcione tan bien como Fusion Drive, por mucho que a algunos usuarios les gustaría poder controlar qué es lo que almacena en la unidad SSD y qué se guarda en el disco duro.
¿La única pega? Que Apple siga ofreciendo 128 GB en su unidad SSD, cuando en una actualización como la actual esperábamos que hubiese subido el listón hasta los 256 GB. Y otro detalle a tener en cuenta: aunque el modelo que ha llegado a nuestro laboratorio técnico sí cuenta con Fusion Drive, en realidad en el modelo básico de 21″ se ofrece como un extra que cuesta 200 euros.
Conclusiones
La renovación de los sobremesa de Apple nos deja un sabor agridulce. Por un lado seguimos teniendo en nuestras manos el mismo gran equipo que se presentó el año pasado y es cierto que la renovación que se ha producido en los modelos superiores de la gama ha sido significativa.
Pero por otro, la actualización del modelo de entrada a la gama iMac de 21″ se ha quedado corta, con decisiones cuestionables como la nueva gráfica de Intel o las restricciones en Haswell. Estas razones nos llevan a recomendar a los entusiastas de los All In One de Apple que apuesten por el modelo superior dentro de las 21,5″, que si bien eleva su precio hasta los 1.529 euros, incluye las auténticas novedades de la actualización de este año.