AMD Richland contra Intel Haswell en gráficos

Tras la presentación de toda la gama APU móvil 2013 con los chips Richland para portátiles incluidos, llega el turno de las nuevas unidades de procesamiento acelerado pero en esta ocasión, para equipos de sobremesa.

Hablamos de las nuevas APU segunda generación de la Serie A que bajo el nombre en clave Richland reemplazan como las APU más potentes de AMD a la actual serie Trinity, aunque manteniendo su compatibilidad por lo que podremos utilizar las placas base con socket FM2 con la nueva serie.

Unas APU que se han convertido en el producto estrella de la compañía desplazando lo que conocíamos hasta la fecha como CPUs tradicionales ya que representan el 75 por ciento de las ventas de procesadores.

Como el resto de las APU, la nueva serie A incluye CPU, GPU y controladora de memoria en el mismo encapsulado conformando la serie los A10-6800K, A10-6700, A8-6600K, A8-6500, A6-6400K y A4-4000:

Como ves en la imagen, la serie incluye modelos de dos y cuatro núcleos de procesamiento nativo con arquitectura ‘Piledriver’, con frecuencias de trabajo de hasta 4,4 GHz y nueva gráfica integrada Radeon 8xxx con 384 núcleos de shader y 844 MHz de frecuencia en su versión más potente.

Es la versión que equipa el modelo tope de gama de la serie A, el A10-6800K con multiplicador desbloqueado. Frente a su predecesor (A10-5800K ‘Trinity’) aumenta las frecuencias de reloj de CPU y GPU, con mejora en la gestión del Turbo Core y soporte para memorias en doble canal que ahora se eleva a DDR3-2133 MHz.

A una potencia de proceso y gráfico suficiente para el segmento al que va dirigido y con un precio de referencia de 150 dólares contenido (como siempre en AMD) ya se puede encontrar en el canal español en los entornos de los 140 euros. Pero ¿cuál es su rendimiento frente a las alternativas de Intel o a las actuales serie A?

Es lo que ha intentado responder Anandtech con un análisis especialmente enfocado al apartado gráfico, enfrentando a los nuevos Intel Haswell contra el A10-6800K. La comparativa también incluye la APU serie A de este generación A10-5800K y una combinación del tope de gama Haswell Core i7-4770K junto a una NVIDIA GeForce GT 640.

Antes de nada conviene matizar que los Haswell de sobremesa no utilizan la gráfica integrada más potente de Intel, serie 5xxx Iris, sino que se quedan en la HD 4600, también de nueva generación (un 30% por ciento superior a la HD 4000) sin poder hacer frente, en general, a las integradas de AMD, como vemos en las comparativas directas en juegos:

Con resultados mixtos, algo mejor es el rendimiento de Haswell en test sintéticos aunque ello evalúa más arquitectura que su potencia en pruebas reales:

Otros test donde destacó la Radeon integrada fue en DirectCompute o simulación de fluidos, aunque en aceleración OpenCL y OpenGL brilla el Haswell apoyado en su apartado de CPU:

Finalmente, llegan las pruebas con 3DMark y GFXBench, los benchmark más populares del mercado para evaluar el rendimiento de tarjetas gráficas ejecutando videojuegos y donde salvo alguna excepción, la nueva serie A se muestra muy superior a Haswell:

En resumen, la nueva serie A sigue ganando en el apartado gráfico a los Haswell de Intel de sobremesa y si quieres la mejor solución de escritorio con gráficos integrados, por precio/rendimiento AMD sigue siendo imbatible. Si buscas menor consumo o rendimiento de CPU tendrás que apostar por Intel. Eso sí, nos hubiera gustado que Intel ofreciera la serie superior de sus IGP (Iris 5200 Pro) con muy buen comportamiento según pruebas previas.

Te estarás preguntando si estas nuevas generaciones de soluciones integradas son suficientes para montarte tu equipo de sobremesa y la respuesta es depende. Si buscas consumo contenido, buen precio, ofimática, navegación y entretenimiento multimedia, y ejecución básica de juegos, a respuesta es sí.

En el momento que quieras algo más en juegos, filtros activados, mayores resoluciones o rendimiento, tendrás que apostar por una gráfica dedicada, cualquiera de gama media de AMD o NVIDIA fulminará a estos desarrollos integrados.