Análisis: Xbox One vs PS4

Sony y Microsoft ya han movido ficha mostrando las «vergüenzas» de sus consolas de próxima generación, algo que, en resumen, pone de manifiesto a todas luces la apuesta por el esquema de «un PC disfrazado de consola de sobremesa».

Con los detalles de ambas en el candelero resulta muy interesante llevar a cabo una comparación que nos permite ver, en base a la información oficial que se ha publicado, las principales y más importantes diferencias que encontramos a nivel de hardware entre ambas consolas.

En primer lugar tenemos una APU Jaguar con una CPU de 8 núcleos en ambos sistemas. La de Xbox One corre a 1,6 GHz mientras que la de PS4 no ha sido determinada aún, aunque la diferencia más notable estaría en la GPU. Sí, Xbox One tiene una GPU al nivel de una Radeon HD 7790, mientras que la de PS4 está más cerca del rendimiento de una Radeon HD 7870.

Otro punto a tener en cuenta es la RAM. PS4 monta 8 GB de GDDR5, mucho más rápida que los 8 GB de DDR3 que incorpora Xbox One. En este último punto Microsoft ha optado por utilizar 32 MB de eDRAM en la GPU para intentar paliar las diferencias entre la memoria DDR3 y la GDDR5.

Finalmente entramos a valorar la CPU. En teoría esta versión personalizada de AMD tendría un rendimiento superior en un 10% al anterior núcleo Bobcat lo que, haciendo una comparativa «a groso modo», nos deja un rendimiento equivalente a la mitad de un Core i7 basado en Ivy Bridge.

Queda claro, tras lo dicho, que PS4 tendría el extra de músculo necesario para ser considerada más potente, pero también para ser más cara. Dicho esto parece evidente que no veremos juegos en formato 4K en la nueva generación, donde, casi con total seguridad, la resolución predominante serán los 1.080p.