Análisis
Análisis Sony VAIO T13
El equipo que analizamos se puede considerar como el primer Ultrabook que lanza la compañía japonesa. A pesar de su dilatada trayectoria en portátiles ultraligeros (no podemos dejar de recordar aquel Sony Vaio Z que analizamos hace unos meses) no fue hasta hace poco cuando Sony pasó por el aro de las especificaciones que exige Intel para entrar en el equipo Ultrabook. Ha sido nuestro compañero de viaje durante un par de semanas y estas son nuestras impresiones.
Lo primero que sorprende del Sony VAIO T13 es su precio. La firma japonesa se anima a competir en gama de entrada, poniendo en el mercado un ordenador de cuidado diseño, especificaciones aceptables y algún detalle más que interesante por debajo de los 900 euros. Para abaratar costes Sony prescinde de un procesador de última generación y recurre a una solución híbrida para el almacenamiento, entre otros detalles que pueden ser clave para determinados perfiles de usuario. Veamos qué puede ofrecernos el nuevo Ultrabook de Sony.
Ficha técnica
El nuevo Sony VAIO T13 (nuestro modelo de evaluación es el SVT1311M1E) presume de un diseño estilizado y una construcción más que correcta. A pesar de que hablamos de uno de los modelos más económicos del catálogo, Sony recurre a materiales como el magnesio y el aluminio en un chasis que no supera los 17,8 mm. de grosor. Únicamente detalles como la bandeja del teclado o la parte posterior del panel, completamente realizados en plástico sirven para recordar que estamos lejos de la series premium.
Sony ha aprovechado al máximo los laterales del equipo para dotarlo de una conectividad que poco tiene que envidiar a la de un portátil tradicional: con Ethernet Gigabit, salidas HDMI y VGA, puertos USB 3.0 y un lector de tarjetas multiformato no necesitaremos cargar con accesorios ni adaptadores. Tres discretísimos LED situados bajo el frontal nos informan en todo momento de la autonomía, el funcionamiento del disco duro y la conectividad inalámbrica.
El Sony VAIO T13 incorpora una pantalla de 13,3 pulgadas, que ofrece una resolución nativa de 1.366 x 768 y está retroiluminada por LED. Ofrece una calidad por encima de la media y unos ángulos de visión excelentes, aspecto fundamental teniendo hablando de un producto portátil. Mención especial para el sistema de bisagras, resuelto de manera tan eficaz como elegante por parte de los ingenieros de la compañía asiática.
El equipo ofrece un teclado chiclet de tacto correcto, aunque las teclas pecan de poco recorrido y no está retroiluminado, opción reservada para opciones de precio más elevado. El touchpad ha resultado ser una agradable sorpresa. Parece que, por fin, fabricantes distintos a Apple comienzan a integrar superficies de tamaño generoso y con la precisión necesaria para aprovechar la tecnología multitáctil. Sobresaliente en este punto.
En el interior de este Ultrabook encontraremos un procesador Intel i3-2367M funcionando a 1,4 GHz y 4 Gbytes de memoria DDR3. Por 50 euros más podemos mejorar el micro hasta un Intel Core i5-3317U y dar el salto a la plataforma Ivy Bridge, una opción que recomendamos encarecidamente. También conviene advertir que la gráfica integrada de Intel ofrece una combinación ideal de rendimiento y bajo consumo para uso ofimático pero, evidentemente, no es la mejor opción en aplicaciones que necesiten potencia de cálculo 3D.
Incluso con la configuración más básica el Sony VAIO T13 se muestra muy ágil, incluso en escenarios multitarea. Gran parte de la culpa la tiene la pequeña unidad SSD de 32 Gbytes que Sony destina a la instalación del sistema operativo y archivos de intercambio. Para el usuario se reserva un disco duro de 320 Gbytes de capacidad, una opción que permite mantener un precio competitivo y ofrecer un rendimiento más que aceptable. De nuevo, el configurador de Sony permite cambiar a un SSD de 128 Gbytes (50 euros más), una opción interesante para usuarios que no necesiten tanto espacio y quieran mejorar notablemente el comportamiento del equipo.
En lo relativo a autonomía, el Sony VAIO T13 no termina de convencernos. Con nivel de brillo medio y conectividad inalámbrica activada hemos conseguido medias de uso real que no superan las cinco horas, por debajo de otras propuestas similares. Una referencia más objetiva: el test con Battery Eater Pro concluyó en 212 minutos, casi 30 minutos que la mayoría de equipos de su categoría que han pasado por el laboratorio.
Conclusiones
Con este Sony VAIO T13 la firma japonesa ha apostado por el equilibrio. Consciente de que hay muchos usuarios que no están dispuestos a pagar más de 1.000 euros por un portátil, Sony ataca ofreciendo muchas de las cosas que podemos ver en los flamantes VAIO de gama alta a precio contenido. Para ello, renuncia al hardware de última generación y ofrece un producto muy bien diseñado, ligero y con potencia más que suficiente para el escenario de uso al que va dirigido.
En el lado negativo encontramos una batería peor de los que esperábamos y unas opciones de ampliación demasiado caras (especialmente las relacionadas con el almacenamiento). A pesar de su precio, no debería ser considerado como un VAIO para todos los públicos, sino como un producto destinado al usuario que prime, por encima de cualquier otro factor, el diseño, la calidad de construcción y la ligereza de un equipo diseñado para viajar.
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