GIGABYTE Z77X-D3H

La nueva GIGABYTE Z77X-D3H se presenta como una de las apuestas más equilibradas que ha preparado el fabricante asiático para el desembarco de los nuevos Intel Ivy Bridge. Manteniendo el soporte con la generación anterior, Z77 ofrece novedades interesantes en el terreno de la conectividad incluyendo el esperado soporte nativo para USB 3.0 y puerto PCIe x16 de tercera generación. La hemos probado y estas son nuestras impresiones.

A diferencia de otras propuestas de la firma, mucho más orientadas al gamer, la GIGABYTE Z77X-D3H es una placa para todos los públicos. Su precio moderado no debe llevar a engaño: estamos ante un producto perfecto para configuraciones avanzadas, con gran capacidad de ampliación y con prestaciones más que suficientes para casi cualquier perfil de usuario.

Con un PCB de color negro y dispadores en azul eléctrico la GA-Z77X-D3H ofrece una estética moderna y discreta. La distribución de puertos es excelente y no tendremos problemas para montar configuraciones de hasta tres tarjetas gráficas simultáneamente. El sistema de disipación es muy discreto, aprovechando el nivel de eficiencia que Intel ha alcanzado con el Z77 y la orientación del producto hacia el mercado de consumo. Un breve vistazo revela que no estamos ante la mejor opción para afrontar procesos de overclocking extremo, aunque no hay problemas para exprimir los componentes dentro de límites razonables.

La nueva placa de GIGABYTE incorpora todas las ventajas que llegan con la plataforma Z77, incluyendo mSATA, Lucid Virtu MVP, QuickSync, 3D BIOS, soporte para SLI y Crossfire y muchas de las novedades que ya hemos visto en otros modelos de la serie. En el panel de conexiones posterior encontramos seis puertos USB 3.0, dos USB 2.0, Ethernet Gigabit, conexiones de audio y salidas de video D-Sub y un combo PS/2.

Este producto está certificado dentro de la serie Ultra Durable 4, toda una garantía de calidad de fabricación, fiabilidad a largo plazo y protección frente a posibles problemas de alimentación. También incluye la tecnología UEFI DualBIOS, exclusiva de GIGABTYE, que ofrece una segunda interfaz para el BIOS que permite acceder a casi todas sus opciones de forma fácil e intuitiva. Por supuesto, el modo avanzado sigue estando disponible para los usuarios que prefieren lo clásico.

Probamos la placa con un con un procesador Intel Core i7-3770K, 8 Gbytes de RAM DDR3 1.600 MHz y un disco Western Digital Caviar de un terabyte. Lo alimentamos con una Antec de 850w y ejecutamos los test en un Windows 7 Home Premium 64 bits recién instalado. La GIGABYTE Z77X-D3H demostró un funcionamiento estable en todo momento, obteniendo 7.444 puntos con 3D Mark 06 (solo CPU) y 26911 en 3D Mark Vantage (solo CPU), con parámetros por defecto y los componentes de serie.

A pesar de que no hablamos de una placa especialmente diseñada para overclocking y como ya habíamos adelantado no hay demasiados problemas en subir la frecuencia del procesador y la memoria dentro de lo razonable. Jugando con el multiplicador y el voltaje se puede llegar a unos 4,6 GHz estables sin problemas aparentes , aunque conviene estudiar cada escenario de uso para valorar hasta qué punto merece la pena en la práctica.

Conclusiones

La GIGABYTE Z77X-D3H se puede comprar por un precio que ronda los 125 euros, realmente competitivo si tenemos en cuenta lo que ofrece. Estamos ante una base ideal para un equipo de altas prestaciones, que ofrece excelentes opciones de conectividad, un arsenal tecnológico y casi todas las novedades que podemos encontrar en los topes de gama del fabricante. Nos parece todo un acierto la inclusión de SATA a 6 GB/s, el amplio soporte a USB 3.0 o la inclusión de un mSATA para SSD.

Detalles como un sistema de dispación más sofisticado, la ausencia de botones de reset en placa o la falta de un conector de 8 pines para la CPU alejan el producto del nicho overclocking, pero no deja de ser una de las alternativas más equilibradas basadas en Z77, con la fiabilidad y la garantía de soporte y actualizaciones de una marca como GIGABYTE. Por su ajustada relación entre calidad, precio y prestaciones siempre debería ser una opción a valorar a la hora de montar un equipo de consumo.