Análisis
Apple iMac 27″ (Mid 2011)
Unos días después de que Apple anunciase el lanzamiento de su nueva generación de iMacs (mid 2011) recibimos en nuestro laboratorio técnico un flamante iMac de 27 pulgadas, equipado con un Intel Core i5 a 2,7 GHz, 4 Gbytes de memoria RAM y 1 Tbyte de disco duro.
Como principales novedades, Apple revisa su nueva generación de iMacs con la incorporación de procesadores quad-core (montados sobre la arquitectura Sandy Bridge), nuevas tarjetas gráficas (en nuestro caso una AMD Radeon HD 6770M), el nuevo puerto Thunderbolt y cámara FaceTime HD. En definitiva, un equipo que, como veremos a continuación, está a la altura de lo que demandan los usuarios más exigentes.
Ficha técnica
Novedades internas
Aunque en MuyComputer hemos hablado largo y tendido de la arquitectura Sandy Bridge, no está de más recordar que lo que ha conseguido Intel con su nueva arquietctura es desarrollar procesadores que integran la CPU, cache y controladores de memoria en un solo chip, permitiendo de esta forma que el intercambio de datos entre todos estos elementos sea mucho más rápido.
Curiosamente, en el caso de los iMacs equipados con Core i5, Apple ha optado por no ofrecer otras tecnologías de Intel como Hyper-Threading o Turbo Boost, que mejorarían aún más el rendimiento ya sobresaliente de nuestro equipo. En caso de estar interesados en estas características, deberemos solicitar en la Apple Store la actualización a Intel Core i7, lo cual encarece el precio de nuestro iMac en 200 euros. Esto aunque puede resultar interesante en determinados escenarios, puede no merecer la pena para la mayoría de los usuarios, sobre todo si no necesitan realizar tareas especialmente exigentes.
Más nos ha llamado la atención el hecho de que los de Cupertino hayan optado por mantener los clásicos 4 Gbytes de memoria, exigiendo de nuevo otros 200 euros en caso de que queramos actualizar nuestro equipo a unos ya más que vistos 8 Gbytes que suelen equipar de serie fabricantes más modestos. En este punto, no obstante, tenemos que admitir que Apple permite que añadamos por nuestra cuenta módulos de memoria adicional, y en el caso del modelo de 27 pulgadas que centra nuestro análisis podemos ampliar fácilmente la memoria RAM hasta los 32 Gbytes desde las dos bahías que se encuentran en el marco inferior de la pantalla.
Como comentábamos en la introducción, el disco duro de serie que ofrece Apple tiene una capacidad de 1 Tbyte (7200-rpm). También en este caso, podemos ampliar fácilmente en la Apple Store su capacidad hasta los 2 Tbytes (150 euros adicionales) o añadir una unidad SSD de 256 Gbytes (600 euros adicionales) que nos encantaría ver incluida de serie en la próxima generación de iMacs.
La cuestión de los discos duros de los nuevos iMacs ha estado rodeado de polémica en las últimas semanas, y es que la Red se hacía eco de una noticia en la que se informaba que los nuevos modelos no permitían ampliar o cambiar el disco duro por otro que no contase con el beneplácito de Cupertino. Esta limitación se debe a que Apple ha comenzado a usar en sus nuevos iMac un cable SATA con siete pines en vez de los cuatro tradicionales. Según afirman las mismas fuentes esto sólo funciona con el firmware oficial de Apple que viene con el disco duro. Si se intenta meter otro disco duro, el equipo responderá con mensajes de error sobre la temperatura de equipo y pondrá el ventilador al máximo de su capacidad.
No es que aplaudamos la decisión de Apple, pero de sobra es sabido que a los chicos de Jobs nunca les ha gustado que fabricantes de componentes “no autorizados” se instalen con total libertad en las tripas de sus equipos. El conjunto interno se completa con la clásica unidad Superdrive (x8) y una ranura con la que leer los archivos de nuestra tarjeta SD.
Thunderbolt llega a los nuevos iMacs
Thunderbolt es una de las grandes novedades que incorpora Apple en la actualización de sus iMac. Como comentábamos en el análisis del último MacBook Pro, Thunderbolt es un nuevo puerto que ofrece un ancho de banda de hasta 10 Gbps, es decir, transferencias teóricas de 1.250 Mbytes/segundo, suficiente para transferir la información de un disco Blu-ray en poco más de 30 segundos.
En el caso del equipo que nos ocupa, Apple incorpora nada menos que dos puertos Thunderbolt, lo que unido a la potencia de su tarjeta gráfica nos permite conectar por ejemplo dos monitores adicionales (a través de conectores Display Port) y crear de esta forma un espacio de trabajo que puede ser un sueño muy real más de un aficionado a tareas como diseño gráfico, edición de vídeo, o incluso jugar. Ahondando sobre este asunto no podemos sino llamar la atención sobre el hecho de que no hablamos de una conexión cualquiera: pruebas recientes desarrolladas por Engadget demuestran que los dos monitores adicionales podrían ser de hasta 30 pulgadas. ¿No está nada mal, verdad?
Y hablando de jugar, queremos llamar la atención sobre un particular poco conocido hasta la fecha. Mientras que en las anteriores generaciones de iMacs podíamos conectar nuestra consola preferida vía HDMI, ahora sólo podremos hacerlo en el puerto Thunderbolt, para lo cual necesitaremos un nuevo accesorio adicional que nos costará 45 euros.
Más allá de la conexión de un monitor adicional, Thunderbolt sigue siendo un puerto que se popularizará a medio plazo, cuando el resto de fabricantes vayan incorporando esta tecnología (no nos olvidemos que está basada en Lightpeak de Intel) a sus dispositivos. Es cierto que LaCie, por ejemplo, está a punto de presentar en sociedad su «Little Big Disk» (uno de los primeros que se beneficiarán de esta tecnología), pero auguramos que todavía tendrá que pasar al menos un año antes de que veamos en el mercado todo tipo de periféricos que se beneficien de esta conectitividad.
Los chicos de iFixit desmontan el iMac de 27 pulgadas
Diseño y FaceTime HD
La nueva generación de iMacs mantiene exactamente el mismo diseño que la generación anterior. Aunque en Internet comienzan a aumentar las voces que reclaman cambios estéticos tanto en el iMac como en el MacBook Pro, lo cierto es que antes de que Apple ponga a trabajar a su equipo de ingenieros habría que preguntarse sobre la utilidad de dicho cambio.
En el caso del equipo que nos ocupa, por ejemplo no hay más que repasar la teórica competencia para darse cuenta que ninguno de los equipos que juegan en la misma liga del iMac han conseguido desarrollar un equipo que en términos de elegancia, diseño, calidad de construcción, acabado final o sencillez se acerque a lo que Apple desde hace años ha conseguido son su iMac. Es cierto que a muchos de nosotros nos gustaría que generación tras generación Apple apostase por equipos sorprendentes, nunca vistos hasta ahora, que nos dejasen con la boca abierta pero… ¿por qué hacerlo?
Estéticamente el iMac de 27 pulgadas es impecable, y salvo el hecho que complica de forma extrema cambiar cualquiera de sus componentes (más allá de la memoria RAM), no parece haber en el mercado un equipo que exija a los de Cupertino una inversión adicional en este terreno, sobre todo si tenemos en cuenta que buena parte de los esfuerzos de la mayoría de los fabricantes se centran en este momento en diseñar tabletas que puedan competir de tú a tú con el iPad.
La única concesión que hace en este sentido Apple es la de incluir una cama FaceTime HD, que ofrece una resolución de 720p en las aplicaciones que la admiten. Decimos esto porque mientras que, por ejemplo, podemos utilizar la máxima resolución al utilizar FaceTime, no podemos hacer lo mismo al utilizar otras aplicaciones como PhotoBooth o Skype, que todavía no han actualizado sus drivers para sacar el máximo partido de la nueva cámara.
Tabla de rendimiento Geekbench Apple iMac 27 » mid 2011
Tabla rendimiento Geekbench Apple iMac 27″ mid 2010
Rendimiento
Tras someter al iMac a algunas pruebas de rendimiento en nuestro laboratorio, el Geekbench Score determina para el iMac de 27 pulgadas una puntuación total de 7839 puntos. El mismo modelo que hace menos de un año analizábamos en MuyComputer ofrecía una puntuación de 6.585 puntos, lo que sin entrar en un análisis más profundo evidencia desde el primer momento cómo la arquitectura Sandybridge realmente consigue incrementar la velocidad del equipo.
Si analizamos detenidamente los dos datos pormenorizados de rendimiento, descubrimos incrementos notables en prácticamente cualquier aspecto, desde la gestión de la memoria al rendimiento global de procesador. En términos prácticos esto se traduce en una experiencia de usuario que solo podemos calificar de sobresaliente. El equipo, completamente silencioso, ejecuta casi cualquier aplicación de forma instantánea, e incluso trabajando con aplicaciones pesadas como Photoshop, no hemos conseguido que spinning gear (la famosa ruleta de colores que en Mac OS X indica que el procesador está «pensando») haga acto de presencia.
Aunque debemos reconocer que no hemos instalado ningún juego que realmente ponga a prueba el equipo, la AMD Radeon HD 667M y sus 512 Mbytes de memoria marcan la diferencia con respecto a la generación anterior. En este sentido, leemos en MacWorld que al instalar juegos exigentes como por ejemplo Call of Duty 4, conseguimos rendimientos que superan en más del 40% (y del 60% en modelos superiores) a los obtenidos sólo hace unos meses.
Conclusiones
El iMac de 27 pulgadas que recibimos en nuestro laboratorio técnico sigue siendo, un año más, uno de los mejores equipos de su categoría que podemos encontrar en el mercado. Si bien es cierto que rivales como la gama HP Touch Smart han demostrado que saben mejorar generación tras generación, todavía les queda una largo camino que recorrer si quieren ponerse a la altura de los equipos «made in Cupertino».
En el lado negativo, no podemos sino señalar el empeño que está poniendo Apple en construir equipos cada vez más cerrados. Es verdad que esto siempre ha sido una de las señas de identidad de la casa, pero también lo es que detalles como el impedir cambiar libremente el disco duro por otro de nuestra elección pueden sentar mal incluso a los más fanáticos.
¿Qué le pedimos a Apple para la próxima generación de iMacs? Estamos seguros que todos tenéis vuestra lista de deseos, porque todos tenemos una idea diferente sobre lo que esperamos cuando Apple presenta una nueva generación de equipos. Sin embargo, a nadie se le escapa que cuando Apple encuentra un producto ganador, puede convertirse en una compañía realmente conservadora.
En este sentido está aún por ver cómo afectará Mac OS X Lion al desarrollo de nuevos equipos. De momento parece claro que «Magic Trackpad» va a tener mucho que decir cuando se presente en sociedad el nuevo sistema operativo. La experiencia y el feedback de los usuarios será entonces un buen termómetro para medir si se continua con esa integración entre Mac OS X e iOS que inaugura Lion y que puede dar lugar, en este sentido, a una nueva forma de comunicarnos con nuestros equipos de sobremesa.
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