Hasta el gorro de ‘Bloatware’
Una carta abierta a los fabricantes de ordenadores pone sobre el tapete el problema del bloatware o lo que es lo mismo, la cantidad de basura a base de software no deseado con la que los fabricantes de equipos originales castigan a los consumidores. Ya no es que el usuario no pueda elegir su sistema operativo (no hay casi alternativas) sino que el equipo viene cargado con software adicional que no son parte del mismo y que penaliza su rendimiento.
Una carta abierta a los fabricantes de ordenadores pone sobre el tapete el problema del bloatware o lo que es lo mismo, la cantidad de basura a base de software no deseado con la que los fabricantes de equipos originales castigan a los consumidores. Ya no es que el usuario no pueda elegir su sistema operativo (no hay casi alternativas) sino que el equipo viene cargado con software adicional que no son parte del mismo.
A la hora de comprar un ordenador, el consumidor se plantea los distintos componentes que necesita y tiene respuesta por los fabricantes que suelen esmerarse en ofrecer opciones hardware de procesadores, gráficas, cantidades de memoria, almacenamiento y en general bastantes componentes.
Molestísimo popup sin posibilidad de cancelación cargado en el arranque. Las suites de seguridad, de lo más cargante.
Curiosamente en el apartado de software la situación es radicalmente distinta. A la falta de alternativas en sistemas operativos o simplemente la venta de equipos limpios sin sistema para el usuario que lo desee (hay una demanda judicial colectiva contra Microsoft por el ‘Impuesto Windows’) se une el problema del Bloatware o la inclusión de infinidad de aplicaciones que no tienen que ver con el funcionamiento del equipo y que el usuario no necesita o no ha solicitado.
¿Realmente necesitas todo eso cargado en el primer arranque?
Estas aplicaciones, de todo tipo, tanto del mismo fabricante como de terceras compañías, arrancan en el inicio del sistema retrasando el mismo, algunas se cargan en memoria y otras incluso obligan a su instalación y uso en el primer arranque, destrozando el rendimiento del equipo penalizando la ‘experiencia de usuario’ que tanto publicitan las compañías.
Las barritas de los navegadores
No tiene lógica alguna que la primera hora del usuario tras el desembalaje de su flamante equipo se emplee en limpiar la basura instalada por el fabricante o en la mayor parte de los casos, usuarios avanzados apuesten directamente por un formateo para dejar el equipo tal y como lo desea el usuario que acaba de pagar religiosamente por el equipo.
Carga de procesos en el arranque de un Inspiron Duo. Normal que el rendimiento esté penalizado
La solución es bien sencilla, incluir todas esas herramientas en un paquete fuera del sistema para que el usuario instale lo que desee. Los equipos serán más rápidos desde el principio y el usuario tendrá una mejor impresión del ordenador adquirido mejorando la experiencia con esa marca. Los ingresos que reciben los fabricantes por instalar basura en sus equipos no compensan la pérdida de rendimiento del equipo ni el malestar de los usuarios.