A Fondo
¿Son seguras las cámaras IP?
Hace unas horas Christopher Graham, máximo responsable de agencia de protección británica (ICO) lanzaba una advertencia a través de la BBC a los usuarios de cámaras IP, avisando de que una web rusa que ofrece enlaces directos a las grabaciones de miles de cámaras IP en toda Europa (casi 400 solo en España). En este artículo analizamos qué ha ocurrido y os ofrecemos algunos consejos para mejorar considerablemente la seguridad de vuestro dispositivo.
Aunque la noticia ha saltado a los medios a raíz de la página rusa, este fenómeno no es ni mucho menos nuevo. Hay miles de webs (por lo hablar de lo sencillo que puede ser compartir un enlace con acceso directo) que ofrecen acceso a lo que ven las cámaras IP que tenemos instaladas en hogares y negocios a golpe de clic. De hecho, esta no es una historia de hackers sino de ingenieria social: se aprovechan de la pasividad e ignorancia del usuario para acceder a los dispositivos en remoto utilizando el nombre de usuario y contraseña que los fabricantes ofrecen por defecto.
¿Podemos considerar a las cámaras IP como un dispositivo peligroso? Lo primero que hay que tener en cuenta es que cualquier máquina conectada a Internet está sometido a riesgos, empezando por la webcam integrada que casi todos tenemos en la pantalla de nuestros portátiles. Cualquier cámara IP de calidad cuenta con la tecnología suficiente para garantizar un excelente nivel de seguridad, siempre que se realice una instalación correcta. Y no, dejar las contraseñas por defecto no entra en esta definición.
El primer consejo es leer detenidamente el manual de instrucciones y seguir las instrucciones del fabricante. Puede parece una obviedad (es probable que para muchos lectores lo sea), pero suele ser la causa más habitual de una cámara mal configurada. Las empresas invierten tiempo y recursos en desarrollar asistentes de instalación amigables que guían al usuario durante el proceso y le invitan a poner una contraseña compleja y activar opciones de seguridad. Si nos limitamos a conectarla y poner los datos por defecto para que funcione nos exponemos a un grave riesgo.
Sin ser obsesivos, una buena contraseña debe tener más de diez caracteres alfanuméricos (si es posible con algún caracter no habitual) que no corresponda a ninguna palabra real y que combine mayúsculas y minúsculas. Lo ideal cambiarla cada cierto tiempo (un par de meses por ejemplo) y, si te resulta muy pesado, siempre puedes establecer un patron o utilizar algún gestor de contraseñas.
En lo relativo al software, es fundamental instalar únicamente el proporcionado por el fabricante tanto en el PC como en las aplicaciones para smartphones y tablets (muchísimo cuidado con los programas de terceros). Por supuesto, mantenerlo actualizado es la forma más sencilla de garantizar la seguridad por ese lado.
Las cámaras IP de uso doméstico se han convertido en dispositivos amigables, de fácil configuración y que se pueden encontrar a buen precio. Sin embargo, no debemos minusvalorar sus capacidades y el hecho de que nos permiten visualizar qué ocurre en nuestra casa o en nuestro negocio desde cualquier lugar con conexión a Internet. Por ello, si no tenemos los conocimientos suficientes para realizar una instalación con garantías, lo mejor es pedir ayuda a un profesional. Quizás sea el momento de recurrir a una tienda local que nos ofrezca ese plus de asesoramiento en lugar de ahorrarnos unos euros y pedirla por Internet.
Otro error habitual es elegir una cámara IP únicamente por precio. Más allá de las diferencias en el hardware (que pueden ser pocas en un rango de precios bajo) debemos tener en cuenta que los fabricantes reconocidos tienen un equipo de ingeniería detrás de su producto, que se preocupa de solucionar posibles agujeros de seguridad vía firmware y nos ofrece un software seguro y actualizado. Mucho cuidado con cámaras de origen dudoso que podemos comprar a precios increíblemente bajos; probablemente su nivel de seguridad va en consonacia.
Finalmente, es importante prestar atención a la seguridad de nuestro ecosistema digital. Así, medidas como un buen antivirus en el PC, no instalar software de dudosa procedencia o mantener nuestro router actualizado son consejos que no solo nos ayudarán a mejorar la seguridad de nuestra cámara, sino de cualquier dispositivo que tengamos instalado en nuestro hogar o negocio.
Conclusiones
Más allá de noticias que puedan suscitar alarma entre los usuarios final, no nos parece justo calificar a las cámaras IP como un producto inseguro o peligroso. O, al menos, no más que cualquier otro dispositivo que utilizamos a diario y conectamos a Internet, como el smartphone que casi todos llevamos en el bolsillo o el router desde el que accedemos a Internet en nuestro hogar.
Sí es necesario tomar buena nota de los posibles riesgos y afrontar la instalación y el mantenimiento de este tipo de dispositivos con la seriedad que requiere, especialmente cuando estamos cuidando la intimidad de nuestro hogar. La técnica ha avanzado muchísimo en los últimos años y hace posible que cualquier pueda disfrutar de las innegables ventajas de la vigilancia IP, pero nunca debemos olvidar que los riesgos suelen ir en consonancia con el valor de la información.
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